Capítulo 2: Búsqueda y masacre.
Notas del fanfic: Siempre que
hay guerras, los países son destruidos, ciudades enteras desaparecen, personas
inocentes mueren innecesariamente, las guerras solamente traen destrucción,
dolor, sufrimiento, odio, venganza, enfermedades, hambrunas, contaminación
ambiental etc. ¿De qué le sirve a la raza humana conquistar otros países si a
la larga lo deja todo en ruinas?, ¿de qué sirve gobernar unas tierras en donde
únicamente encontrarán escombros, sequias, personas lesionadas, niños
huérfanos?
A
la larga, las guerras vienen siendo innecesarias, no solamente afectan al País
que están invadiendo, sino que además, afecta el País invasor, porque también
están poniendo en riesgo la vida de su propia gente.
Pero
una guerra no se trata únicamente de invadir a otros países… ¡NO!... Las
guerras se dan en cualquier parte del mundo, por pequeñas que sean, hay varios
tipos de guerras que hoy en día se conocen: La ideología, es una guerra constante
que se está dando, incluso, las personas tenemos nuestra propia guerra interna.
Cada día nos enfrentamos a nuevos desafíos y problemas que tenemos que
solucionar.
Por
esa razón es que debemos de aprender a convivir con el medio, debemos de saber
cómo llevarnos bien con todo lo que nos rodea, hay cosas en la vida que son
importantes y hay cosas que no lo son… Yo les pregunto… ¿Cuál es su prioridad
en la vida?... ¿Prefieren vivir amargados todo el tiempo, o prefieren tener una
vida tranquila sin preocupaciones y sin problemas?…
Aclaración: A petición de
uno de mis lectores, me ha dicho que escriba un fic que trate del Apocalipsis,
debo decirles que para mí va ser un reto bastante grande ya que es la primera
vez que escribiré algo así, espero y no echarlo todo a perder. He de decirles
también, que la historia será un poco fuerte, no apta para personas sensibles, personas
que no soporten el gore (sangre), depresivas o que padezcan del corazón. Soldado avisado, no muere en guerra… Ya
están advertidos.
Por
otro lado, quiero agradecer a una amiga muy especial que me ha ayudado a dar
ideas para escribir este fic, muchas gracias Kyuubi Rosana Marcolini, por estar dispuesta siempre a ayudarme,
tus consejos son muy útiles para mí. Si alguien desea ayudarme a darme ideas o
que pueda manejar bien este tema, su ayuda será muy bien recibida.
Este
fic va dedicado a: Gelen Colmenarez,
fue la persona que me pidió escribir esta historia, espero que te guste amis.
Declaimer: Como siempre…
Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me
pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra
cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se
diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la
dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…
******************************
En alguna parte del mundo...
En
una ciudad, se estaba llevando a cabo una terrible guerra, todas las personas
corrían de un lado a otro para cubrirse de las lluvias de balas que caían del
cielo, todo era un caos total, ya no quedaba nada de aquella ciudad que era
hermosa y pacífica, ahora solamente habían escombros, edificios caídos, casas
totalmente destruidas, personas gravemente heridas, niños asustados muriéndose
de hambre, jóvenes muertos por defender sus tierras, por la calle principal de
la ciudad, había un sinfín de cadáveres regados por todo el suelo, el pavimento
era testigo del rio de sangre que se marcaba, parecía una guerra de nunca
acabar, los que luchaban, habían perdido la cuenta de cuantos días, meses, años
habían pasado ya desde que todo comenzó… Eso, ya no era prioridad para ellos,
ahora su deber era proteger a los civiles, rescatar familias que todavía quedaban…
¡CUIDADO,
CÚBRANSE! – Gritó un soldado que se le había tirado encima a un grupo de
personas que corrían para ocultarse. Justo en ese momento, cayó una bomba cerca
de ellos, se escuchó un gran ruido, se veía claramente como salían pedazos de
piedras, palos, vidrios volando por todas partes.
¿ESTÁN
BIEN? – Preguntaba a gritos el soldado.
Sí
señor, muchas gracias. – Respondió una humilde mujer quien cargaba en sus
brazos un bebé y alrededor de ella tenía otros cuatro pequeños más.
Vengan
conmigo, los llevaré a un lugar seguro.
******************************
En una Base Militar…
Señor,
las tropas enemigas han logrado destruir todas las defensas del lado sur de la
ciudad.
Señor,
el enemigo pronto estará aquí.
Señor,
nuestro pueblo está muriendo debido a la escasez de la comida y agua.
Disculpe
señor, pero el País que era nuestro aliado no nos vendrá a ayudar.
El
hombre a cargo, solamente escuchaba malas noticias, pareciera que no hubiera
esperanza alguna, todo estaba en su contra, pronto el enemigo llegaría al
centro de la ciudad, pero su vida era la que menos le importaba, su única
preocupación era su pueblo, salvar a su gente, no le importaba lo que hicieran
con él, podrían hacerle lo que quisieran con tal de que dejaran libre a las
personas. Pero sabía, que eso era algo imposible. Todos los hombres que se
encontraban en ese momento estaban esperando nuevas órdenes, cualquiera que
fuera ellos la cumplirían al pie de la letra.
Señor.
– Se atrevió a hablar uno de los soldados.
Quiero
que evacuen a todas las personas, y al mismo tiempo deseo que ustedes también
se vayan de aquí lo más pronto posible.
¿Qué?
– Todos estaban perplejos con lo que acababan de escuchar, se empezó a oír
muchos barullos que no se entendía nada.
Con
todo respeto señor, pero no podemos abandonarlo, tiene que venir con nosotros
también.
No,
es mi deber y mi obligación quedarme hasta el final, traten de salvar a todos
los que puedan y también, llévense las ultimas provisiones de comida que nos
queda.
Como
usted ordene Comandante Sugoroku. – Respondió un sargento.
YA
OYERON A NUESTRO COMANDANTE, DEBEMOS DE EVACUAR A TODAS LAS PERSONAS QUE
PODAMOS. – Gritó un General para incentivar a todos los soldados que se
encontraban ahí.
Estaban
por partir hasta que llegó otro soldado…
Comandante
Sugoroku, ya tenemos a su disposición helicópteros para evacuar.
Excelente,
partirán en cuanto hayan reunido a la mayoría de los civiles, especialmente a
los heridos, mujeres, niños y ancianos.
Usted
también debe venir con nosotros Comandante.
No
mi querido Shādī, acabo de dar la orden
sobre lo que tienen que hacer y a ti mi amigo, te encomendaré una misión muy
importante.
Pero…
No hay tiempo para poner
peros, te veré en el lugar de siempre a las cero doscientas horas.
A la orden señor.
El hombre se retiró junto con
el batallón para cumplir con su misión.
******************************
Mientras tanto en la base enemiga…
Muy
pronto esta ciudad caerá junto con mi rival, primero conquistaré esta Nación y
luego me apoderaré del mundo entero… Muajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja…
Y todos se postrarán a mis pies.
Disculpe
que lo interrumpa mi Comandante.
Más
vale que sea importante o aquí mismo te mueres.
La
persona que acababa de llegar palideció ante tal amenaza.
Nuestras
tropas han traspasado el lado Sur de la ciudad, será cuestión de horas para que
lleguemos al centro de la Capital.
Excelente,
excelente, como me gusta oír esas clases de noticias. Dígales a todos que se
preparen a destruir todo lo que encuentren a su paso.
Como
usted ordene Comandante. – Estaba a punto de marcharse hasta que una voz lo
detuvo.
Aguarde
un momento, avísenme en cuanto mis soldados estén ahí, maten a todas las
personas, esta vez no quiero prisioneros, pero… Dejen con vida a Sugoroku y me
lo traigan ante mí.
Sí
señor. – En cuanto hizo reverencia, se marchó.
Como
disfrutaré haciéndote pedazos Sugoroku, destruiré todos y cada uno de tus
patéticos sueños y esperanzas, no solamente rogarás por tu vida, sino que
además vas a desear nunca haber nacido… Muajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja…
******************************
El
primer escuadrón había llegado al hospital, comenzaron a evacuar a las personas
heridas que se encontraban ahí, daban indicaciones de cómo se tenían que
transportar a las personas lesionadas, trataban de actuar lo más rápido que
podían, teniendo cuidado de no encontrarse con el enemigo y a la vez protegerse
de las balas perdidas. Debían de llegar al refugio antes del anochecer, el
tiempo se había convertido en su peor enemigo.
Mientras
unos revisaban los hospitales, otros buscaban en las afueras de la ciudad a ver
si encontraban algún sobreviviente. Todo era un caos total, se miraban
escombros por todas partes, edificios siendo consumidos por las llamas, el aire
olía a cadáveres y sangre. Sin mencionar los múltiples cuerpos que estaban
tirados por todas partes, cada vez que revisaban un lugar, encontraban pedazos
de cuerpos humanos, las piedras estaban manchadas de sangre, tripas e
intestinos, todo aquello era escalofriante.
AYÚDENME,
HE ENCONTRADO UN SOBREVIVIENTE. – Gritó uno de los soldados que buscaba entre
los escombros de una casa. – No se mueva señor, la ayuda viene en camino.
Por
favor, salve a mi hijo, no sé por cuánto tiempo más podré resistir.
Aguante
un poco más, lo ayudaremos.
Si
el hombre se mueve, toda la biga se vendrá abajo y nosotros quedaremos
enterrados vivos. – Decía uno de los hombres que acompañaba ese escuadrón de
búsqueda.
Por
favor, apresúrense, ya no resisto.
El
estrecho es muy angosto, será difícil llegar al niño.
Yo
lo haré. – Manifestó uno de los soldados.
Pero Shādī…
De todos nosotros soy el más
indicado, mi cuerpo es delgado y no soy tan grande que digamos.
De acuerdo, sólo prométenos
que tendrás mucho cuidado.
Claro.
En cuanto le amarraron una
soga a la cintura, el joven se logró meter sin problemas por la abertura, sus
compañeros lo estaban dirigiendo para que pudiera llegar hasta el niño, se
arrastraba como una serpiente y a su paso quitaba algunas piedras de su camino,
en cuanto llegó al niño se dio cuenta que habían más personas atrapadas…
AQUÍ DENTRO HAY MÁS CIVILES… –
Gritaba con todas sus fuerzas.
Puedes repetir lo que dijiste.
AQUÍ HAY MÁS CIVILES SEÑOR.
¿Qué haremos General? – Se
atrevió a preguntar un soldado. – El hombre se ve claramente que le queda poco
tiempo de vida y esto se nos va venir encima.
Pero no podemos abandonarlos.
– Comentó otro soldado.
Hay que cumplir con la orden
del Comandante, ayudar a todos los sobrevivientes.
Sí señor.
SHĀDĪ, NECESITO QUE ACTÚES CON
PRECISIÓN Y CON CAUTELA, SI HAY NIÑOS MÁS PEQUEÑOS SÁCALOS A ELLOS PRIMERO,
NOSOTROS BUSCAREMOS LA MANERA DE REFORZAR ESA BIGA PARA QUE NO CAIGA.
A LA ORDEN GENERAL.
Con la ayuda de todos,
trabajaron en equipos para rescatar a las personas que estaban atrapadas, el
soldado que se encontraba dentro de la casa destruida empezó a sacar uno a uno
de los civiles y cuando finalmente sacó al último, todo se desplomó…
¡PADREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!
– Se escuchó un grito ensordecedor.
Shādī, sujetó con fuerza al
pequeño para que no se acercara al derrumbe.
Ya no llores pequeño, tu padre
ha sido muy valiente en salvarlos a todos.
Shādī, debemos de irnos,
ahora.
Si, vamos. Ven pequeño, es
hora de irnos. – Lo cargó en sus brazos y todos empezaron a caminar.
******************************
Base enemiga…
Todo
ha salido justo como lo planeé, esos desgraciados ya no les quedan fuerzas para
seguirse resistiendo, muajajajajajajajaajajajajajaja, no les quedará otra
opción que acatar mis mandatos y obedecerme…
Disculpe
señor.
¿Y
ahora qué?
El
General desea hablar con usted por la radio.
Deme
eso inútil. – Le arrebató la radio para poder hablar. – Más vale que sea
importante.
Comandante,
hemos encontrado lo que tanto ha estado buscando.
¿Qué?
¿Está seguro de lo que me dice?
Si
mi Comandante, no hay duda de ello, es justamente lo que quería obtener nuestro
líder.
Perfecto,
simplemente perfecto, nuestro amo y señor quedará muy complacido por su
excelente labor General.
Muchas
gracias señor.
Tráigamelo
inmediatamente y yo le avisaré a nuestro líder que por fin lo hemos conseguido.
Como
usted ordene Comandante.
Cuando
terminó de hablar por la radio, su mirada se volvió más sombría y temible e
inmediatamente comenzó a marcar un número desde su celular.
Más
te vale que tengas buenas noticias.
Claro
que si mi señor, uno de mis hombres me acaba de confirmar que ya encontraron lo
que usted tanto buscaba.
Espero
que no se trate de ninguna broma o tú pagarás las consecuencias.
Mi
señor, no es ninguna broma, he pedido que me lo traigan para podérselo entregar
a usted en sus propias manos.
Si
cumples con tu cometido serás recompensado.
Muchas
gracias mi señor.
Por
cierto, ¿cómo están las cosas por allá?
En
poco tiempo esta ciudad será suya mi amo, mis tropas han logrado penetrar sus
últimas defensas.
Has
hecho un excelente trabajo y como premio, puedes pedirme lo que tú quieras.
En
ese caso, quiero pedirle que me deje conservar al Comandante Sugoroku, lo
quiero solamente para mí.
Si
cumples con tu cometido, así será.
Muchas
gracias señor.
******************************
Finalmente la noche había caído, todo era
silencio total, los últimos helicópteros estaban por despegar, las personas que
subían miraban hacia atrás, con el dolor de su alma dejaban a su País, sus
tierras, sus casas, ya nada quedaba de aquella ciudad que una vez fue hermosa,
ya no quedaba nada, lo único que quedaba eran escombros, edificios destruidos,
casas quemadas, tenían que dejarlo todo, incluso debían de dejar a sus seres
queridos que habían fallecido. Llanto, el llanto era lo único que se escuchaba,
un llanto que desgarraba el corazón de cualquiera… Nunca se imaginaron que iban
ser atacados de una manera tan brutal y violenta, nunca se imaginaron que el
enemigo no iba a tener piedad, muchos de los sobrevivientes habían visto como
mataban a sus familiares y amigos a sangre fría, muchos de los sobrevivientes
experimentaron el verdadero miedo de no llegar con vida al día siguiente. Todo
era lamentable, ya nada se podía hacer. Los soldados, seguían ayudando a subir
a más gente en los helicópteros, muchos corrían de un lado a otro, mientras que
los pilotos escuchaban lo que podría ser la última orden.
Despegue
ya piloto. – Uno de los Sargentos que estaba arriba del helicóptero, fue el que
había dado la orden.
De
acuerdo, aquí vamos.
En
lo que terminaban de evacuar, un fiel soldado se dirigió al lugar que le
había pedido su Comandante que fuera, observaba de un lado a otro para no ser
sorprendido por uno de los enemigos, era una noche tan obscura con una inmensa
niebla que casi no se veía nada. En cuanto escuchó un pequeño ruido se exaltó
de sobre manera que estaba a punto de disparar.
Tranquilo
Shādī, soy yo.
Comandante
Sugoroku, que susto me dio casi lo mato.
Eso
déjalo para después. Quiero encomendarte una última misión.
Claro
que si comandante, sabe que puede confiar en mí.
Quiero
que subas a uno de los helicópteros y te lleves de aquí a mi bisnieto.
¿Su,
bisnieto?
Si.
Pero,
en dónde está, no lo veo.
Detrás
de aquel árbol. – Señaló el hombre, haciendo que el otro volteara a ver. – Ven
conmigo.
En
cuanto se acercaron al lugar, encontraron un pequeño niño, su cabello era de
tres colores y tenía unos hermosos ojos color lavanda.
Yūgi,
escúchame lo que te voy a decir pequeño.
Snif,
snif, snif, snif, snif… Bisabuelito, snif, snif, snif, snif, snif… No me dejes,
tengo miedo.
No
llores pequeño, ahora escúchame que no tenemos mucho tiempo. – El menor asentía
con la cabeza. – A partir de ahora Shādī se va a encargar de ti, él te cuidará
en mi lugar, quiero que seas un buen niño y no le vayas a dar problemas a mi
amigo.
Snif,
snif, snif, snif, snif… No bisabuelito. – Trataba de no llorar.
Yūgi,
cuando se llegue el momento, quiero que te encargues de reunir a las siete
familias, diles que fui yo quien te encomendó esa tarea.
¿Y
si no me creen?
Te
creerán pequeño, con el medallón que te puse en tu cuello, ellos deberán
creerte.
¿Y
qué debo hacer cuando los haya reunidos?
El
hombre no terminó de hablar ya que el enemigo los habían sorprendidos…
¡Ahí
están!
¡Mátenlos!
– El hombre comenzó a disparar, viendo como corrían sus víctimas.
¡Idiota!
– Expresó el General a cargo. – No dispares idiota, recuerda lo que dijo
nuestro Comandante, a Sugoroku lo quiere con vida.
¡Vete
Shādī!
Pero, Comandante...
¡Es
una orden! Vete de aquí, y no olvides tu misión, la micro memoria que te
entregué, te dirá a dónde debes ir.
Snif,
snif, snif, snif, snif… Bisabuelitoooooooooooooooooooooooo… Snif, snif, snif,
snif, snif… Ven conmigo por favor... Snif,
snif, snif, snif, snif…
Estaban
en medio de un tiroteo, los estaban acorralando, pero Sugoroku logró escuchar
que lo querían con vida, así que tuvo que entregarse para poder salvar a su
amigo y a su bisnieto. Aprovecharon la ocasión para poder escapar, corrió tan
rápido como pudo con el niño en sus brazos y antes de que partiera el último
helicóptero, pudo subirse sin problemas,
estando en el aire, observó como golpeaban brutalmente a su único amigo
y se sintió fatal por haberlo abandonado a su suerte.
Continuará…
N/A: Espero que les
hay gustado, no se pierdan el próximo capítulo y cualquier duda que tengan no
olviden dejar sus comentarios y yo con mucho gusto les responderé…
Gracias
por pasar a mi blog a leer, cuídense mucho, me despido de ustedes
cariñosamente.
Atte.:
KAT.
Muy bueno la verdad, espero el próximo
ResponderEliminarHola Kar3nFdZ!
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario, me alegra saber que le haya gustado la historia, pronto subiré un nuevo capítulo, mientras tanto, este viernes actualizaré el fic los ojos son el reflejo del alma.
Me despido de usted cariñosamente.
Atte.:
KAT.