viernes, 22 de marzo de 2019

LOS OJOS… SON EL REFLEJO DEL ALMA...





Capítulo 46: La cizaña puede ocasionar problemas… II Parte.



Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…


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Horas más tarde…

Un joven estaba llegando a su mansión, los sirvientes lo recibían amenamente y en cuanto entró preguntó si se encontraba su hermano a lo que respondieron…

El señor Kaiba se encuentra en su despacho.

Muchas gracias. – Al contestar, se dirigió de inmediato hacia allá.

Una vez que llegó…

Hermano, ¿puedo pasar?

Adelante Mokuba, pasa.

Qué bueno que te encuentro, me gustaría hablar contigo, más bien quiero pedirte un favor. – Hablaba angustiado, haciendo que la otra persona se preocupara.

¿Qué sucede? ¿Por qué traes esa carita de tristeza?

Seto, antes de pedirte el favor, hay algo que debo decirte. – Bajó un poco la mirada.

¿Qué cosa?

Verás, pues… Yo…

Si no me lo dices, no podré ayudarte.

Lo sé, eso lo se… Seto, por mi culpa castigaron a Noah y ahora su padre le ha prohibido que me acerque a él. – Comenzó a llorar, el castaño se sorprendió por lo que su hermanito le decía. 

Necesito que te calmes y me expliques bien lo que me estás diciendo.

El pelinegro empezó a contarle lo que había sucedido el viernes por la tarde…


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Hola, ¿puedo pasar? – Al no recibir respuesta, decidió entrar a la habitación. – Te he traído tu comida favorita, tu hermana la preparó con mucho cariño especialmente para ti.

No tengo hambre. – Respondió con melancolía.

Oh vamos, no puedes quedarte sin comer todo el día, te puedes enfermar.

No me importa. – Respondía con la cabeza en la almohada tratando de no llorar.

Ryou, no puedes seguir así, te la has pasado todo el día encerrado en tu cuarto, ni siquiera asististe a clases, es que no te das cuenta que todos estamos preocupados por ti. Anda mírame por favor, es que no deseas hablar conmigo.

El menor levantaba su cabecita lentamente, miró a la persona que se encontraba sentado en la orilla de la cama sosteniendo una bandeja con comida.

Malik… Snif, snif, snif, snif, snif… – Rompió en llanto tirándosele encima haciendo que el otro se le cayera al suelo toda la bandeja que sostenía. – Malik… Snif, snif, snif, snif, snif… Todo lo que pasó ayer fue mi culpa… Snif, snif, snif, snif, snif… Por mi culpa se pelearon las dos personas que más quiero en la vida… Snif, snif, snif, snif, snif…

Ya, ya, cálmate Ryou, echándote la culpa y llorando no solucionarás nada.

Snif, snif, snif, snif, snif… No sé cómo solucionar este problema, por más que lo pienso no se me ocurre nada… Snif, snif, snif, snif, snif…

Primero, necesito que dejes de llorar y segundo, explícame exactamente qué fue lo que pasó ayer, para que tu novio y tu hermano se agredieran de esa manera.

El menor hacia lo posible para dejar de llorar, una vez que empezó a tranquilizarse, decidió contarle todo lo sucedido a su cuñado…


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Casa de la familia Mutō.

Gracias por acompañarme a mi casa amigos.

Ni lo menciones Yūgi.

No se les hizo extraño que Ryou faltara a clases.

De seguro amaneció enfermo Tea.

No, como crees Tristán, a mí se me hace que finalmente logró escaparse con su novio.

Hay por favor Tea, eso es absurdo, Ryou no es de esas personas.

Mhg… Entonces, dime por que faltó a la escuela.

De seguro se quedó dormido.

Si como no… O quizás no se pudo levantar por otra cosa. – Rió con sarcasmo.

Como siempre eres una mal pensada.

Ve, no tiene nada de malo hacerlo con tu pareja.

Ya te dije Tea, Ryou no es un chico fácil como otras personas que conozco por ahí.

QUE QUISISTE DECIR CON ESO. – Gritó con enfado.

Amigos, es que de plano ustedes no piensan en llevarse bien.

Tristán tiene la culpa, por hacerme enojar.

Uno es libre de opinar, en todo caso yo no he dicho nombres. – La miraba con burla.

Miren, que les parece si mejor cambiamos de tema.

Está bien Yūgi. 


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Un joven finalmente había llegado a su mansión, estaba molesto por todo, sobre todo que su padre lo estuviera tratando como si todavía fuera un niño.

“¡Auch! Como me duele todo el cuerpo. Que rabia me da que ese estúpido Doctor al que me llevó mi padre me dejó que descansara por algunos días, no era necesario ir al hospital, lo mismo que me dijo ese viejo fue exactamente lo mismo que me dijo el Doctor Malik, ir allá no fue más que una pérdida de tiempo y peor aún, me tengo que quedar en mi habitación acostado en la cama. En vez de estar aquí, debería de ir a buscar a Ryou”. – Todo eso se lo decía así mismo. – “Ryou, no dejo de pensar quien será la persona que te esta envenenando tu inocente alma, tu no eras así, siempre has sido un niño bueno, noble y alegre. Y ahora… En lo único que piensas es hacer el amor conmigo, como si eso fuera vital para ti. Es que no te das cuenta que muero por hacerte mío, deseo con todo mi corazón ser el primer hombre en tu vida. Pero no así, no de esta manera, lo que realmente quiero es que lo nuestro sea algo especial, algo no planeado, que simplemente se dé el momento, que no sea obligado, solamente que cuando llegue ese momento nos entreguemos sin medida, nos entreguemos por completo y podamos sentir el amor que nos tenemos. Te amo mi pequeño, pero no por eso accederé a tus caprichos, y si eso te va alejar de mí, entonces no merecemos estar juntos, no te merezco y tú no me mereces”.

El joven miraba una pequeña foto que había sacado de su billetera, unas finas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, hacía mucho tiempo que no lloraba de esa manera, la última vez que lo hizo fue en el funeral de su madre… 


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No puedo creer lo que hiciste Mokuba.

Perdóname por favor, yo solamente quería saber que era lo que te preocupaba tanto.

Pues debiste preguntármelo a mí personalmente, odio que siempre andes metiendo a terceros.

Seto, por favor no te enojes conmigo.

Y como quieres que no lo esté.

Entiéndeme por favor, últimamente casi no te veo, te pasas todo el día afuera y hay días que ni llegas a dormir.

No trates de justificarte Mokuba, sí, es cierto que paso todo el día afuera pero eso no significa que no me puedas llamar a mi celular.

Perdóname por favor. – Tenia la mirada agachada, no quería que su hermano lo viera llorar.

El castaño suspiró profundamente para calmarse, se estaba dando cuenta que estaba siendo muy duro con su hermanito.

Ya, está bien, ya no llores Mokuba, discúlpame tu a mí por haberme exaltado, sé que no es excusa pero en estos momentos tengo muchas cosas en que pensar y cosas que hacer.

El CEO se acercó al menor para abrazarlo, luego le levantó la carita y con sus manos le limpiaba las lágrimas que le salían de sus hermosos ojos azules.

Mejor dime, ¿Cuál era ese favor que me ibas a pedir?

La otra persona lo miraba directamente a los ojos, medio le sonrió al ver que ya no estaba enojado.

Podrías hablar con el padre de Noah, por favor.

Mokuba, debes saber que yo no puedo intervenir en las decisiones que tome el señor Pegasus con su hijo.

Pero…

Porque no dejas a Noah que lo pueda resolver a su manera, mientras tanto tendrás que conformarte verlo solamente en la escuela.

Está bien hermano. – Contestó con tristeza.

Levanta esos ánimos, y vamos a almorzar juntos. ¿Qué dices?

Si, de acuerdo. 


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Comprendo, así que eso fue lo que sucedió.

Si, la verdad es que me puse nervioso y por eso es que comencé a gritar desesperado, pero él es incapaz de lastimarme.

Pues déjame decirte algo, yo creo que no sólo tú tienes la culpa.

¿En serio?

Es lo que creo, también tu hermano se precipitó en golpear a tu novio, debió de haberles preguntado qué era lo que pasaba. Con esto que te estoy diciendo no quiero decir que te esté justificando.

Lo sé.

Pienso que deberías de hablar con tu hermano y explicarle todo el asunto tal y como me lo has contado a mí.

No creo que Marik quiera escucharme, no después de todas las cosas feas que le dije. – Bajó su mirada de lo avergonzado que se sentía.

Hey, no digas eso, conozco muy bien a Marik y sé que él te escuchará, no olvides que él te quiere muchísimo y por esa razón es que reaccionó así, lo hizo para protegerte.

Eso lo sé muy bien.

Que te parece si te traigo algo para que comas, descansas un poco y más tarde puedes hablar con tu hermano.

Me parece una excelente idea.

Bien, iré a la cocina y después limpiaré este desorden.

Malik.

Si, dime.

Muchas gracias por escucharme y por tus consejos.

No tienes nada que agradecer, y te diré algo aquí entre nos.

¿Qué?

También Marik se siente culpable por lo ocurrido.

El menor medio sonrió por lo que su cuñado le decía, el mayor al terminar de hablar salió de la habitación… 


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En algún lugar de Ciudad Domino…

Buenas tardes, lamento el retraso.

Buenas tardes, no se preocupe, por favor siéntese. Deseas pedir algo.

No gracias.

Ayer me dio gusto encontrarte de nuevo después de tantos años.

Yo igual me alegré mucho, y me sorprendió verlo en la ciudad.

Digamos que estoy aquí por cuestión de trabajo. Pero no quiero aburrirte con mis cosas, mejor cuéntame ¿Cómo te ha ido en la vida?

Que te puedo decir, hace tiempo que me casé.

¿Cómo? No me digas que finalmente te casaste con… – No terminó de hablar ya que fue interrumpido.

Me casé con una mujer.

¡Oh! – Exclamó sorprendido.

Si así es, logré tener dos hijos. Mi primer hijo fue un varón y el segundo fue una niña.

Baia, me alegra que hayas podido formar un hogar. – Manifestó con algo de tristeza.

Creo que te tomaré la palabra de pedir algo.

Claro, pide lo que quieras.

Un café sencillo.

De acuerdo. – La persona levantó su mano y enseguida una mesera se le acercó, preguntando…

¿Qué desea ordenar caballero?

A él, tráigale un café expreso con dos cucharaditas de azúcar y a mí me trae un café con leche sin azúcar por favor.

Enseguida. – Al terminar de hablar se retiró.

Me doy cuenta que no has olvidado mis gustos.

Oye, como olvidar los gustos del que era mi mejor amigo.

Mhg… Pues yo tampoco he olvidado los tuyos. – Medio sonrió, sacándole una media sonrisa al otro.

A ver cuéntame, eres feliz en tu matrimonio.

Hace cinco años que me divorcié.

Cuanto lo siento.

Tranquilo, está bien, de todas maneras ya no importa… Y tú, ¿lograste hacer realidad tu sueño?

Por supuesto, logré convertirme en el mejor detective del mundo. – Justo en ese momento, fue interrumpido por una joven que traía sus órdenes.

Muchas gracias señorita.

De nada, con su permiso.

Hace tiempo escuché de ti en las noticias y ahora tus servicios son muy costosos.

Que puedo decirte, me gusta mi trabajo, pero sobre todo amo complacer a mis clientes.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja…

Baia, lo veo y no lo creo.

¿Qué?

Tenía años que no te veía reír de esa manera.

Es verdad. – Le dio un sorbo a su café.

Puedo preguntarte algo.

Claro, hazlo.

¿Cómo se llaman tus hijos?

El hombre puso la taza de café sobre la mesa, su mirada cambió drásticamente y después del breve silencio dijo…

Mi hijo mayor se llama Joseph Wheeler y mi hija se llama Serenity Wheeler, el primero tiene 15 años y la segunda 12 años de edad.

La otra persona se sorprendió al escuchar uno de los nombres, palideció de inmediato al reconocer un nombre…

¿Sucede algo? ¿Por qué de pronto te quedaste callado?

¡Eh! Por nada en especial, no me hagas caso.

Si no quieres decírmelo, está bien, puedo entenderlo.

Me gustaría conocer a tus hijos, crees que se pueda.

Lo siento, por el momento no puedes. – Bajó un poco la mirada.

Tienes razón, disculpa mi atrevimiento.

No me mal entiendas por favor Hime, es sólo que…

¿Qué sucede Jou? Si hay algo en que pueda ayudarte.

Verás, mi hijo está pasando por un mal momento, un estúpido docente le desgració la vida y pues…

No terminó de hablar cuando se escuchó el ruido de una taza quebrarse al caer al suelo.

¿Estás bien? – Preguntaba preocupado. – Mira no más como te quemaste.

No te preocupes, estoy bien.

La joven que los había atendido llegó para limpiar el pequeño desorden.

Discúlpeme señorita, a veces suelo ser tan torpe.

No se preocupe señor, estas cosas le puede pasar a cualquiera.

Gracias se lo agradezco y dígale al encargado de la tienda que pagaré por la taza rota.

Muchas gracias señor. – Al terminar de limpiar todo, la mujer se retira del lugar.

Creo que lo mejor será que me vaya.

Espera Hime, sé que a ti no te gusta hablar de tu trabajo, pero necesito pedirte un favor. Por el dinero no te preocupes, puedo conseguirlo de alguna manera.

Jou, se lo que vas a decirme, solamente te pido que no lo hagas.

Por favor, no me quites esta oportunidad que la vida me ofrece, por algo el destino quiso que nos encontráramos.

Jou, escúchame por favor.

No, escúchame tú a mí por favor, no tienes idea por todos los problemas que he tenido que enfrentar yo solo, y no se me hace justo que…

El hombre suspiró profundamente cerrando levemente sus ojos…

De acuerdo, si es lo que quieres.

Es lo que más deseo en esta vida.

Bien, por el dinero no te preocupes, creo que llegó el momento de devolverte aquel favor que me hiciste hace tiempo.

Oye amigo, no te estoy cobrando nada.

Lo sé, pero jamás olvidaré el día en que tú salvaste mi vida.

Y lo volvería a hacer con gusto.

Estoy seguro de ello.

Entonces que…

Dame tu número de teléfono para llamarte y estar en contacto.

Gracias amigo, sabía que podía contar contigo.

En cuanto se intercambiaron números de teléfonos y uno de ellos se fue a pagar la cuenta, cada quien se fue por su lado.


Continuará…   



N/A: Espero que la continuación haya sido de su agrado… Bien se dice por ahí… Que pequeño es el mundo… A mí me ha pasado en varias ocasiones, hasta me he quedado admirada diciéndome a mí misma… Que chiquito es el mundo… Y se me ocurrió reflejarlo un poco a la realidad… ¿Qué sucederá con este encuentro? ¿Se acabarán los problemas? ¿Descubrirán que Hime y Jou son viejos amigos? Todo esto y más no se lo pierdan en los siguientes capítulos. Muchas gracias por leer esta historia.

Me despido de ustedes con mucho cariño, no olviden dejar sus comentarios y sugerencias.


Atte.:

        KAT.




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