Capítulo 46: La cizaña puede ocasionar
problemas… II Parte.
Declaimer: Como siempre…
Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me
pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra
cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se
diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la
dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…
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Horas más tarde…
Un
joven estaba llegando a su mansión, los sirvientes lo recibían amenamente y en
cuanto entró preguntó si se encontraba su hermano a lo que respondieron…
El
señor Kaiba se encuentra en su despacho.
Muchas
gracias. – Al contestar, se dirigió de inmediato hacia allá.
Una
vez que llegó…
Hermano,
¿puedo pasar?
Adelante
Mokuba, pasa.
Qué
bueno que te encuentro, me gustaría hablar contigo, más bien quiero pedirte un
favor. – Hablaba angustiado, haciendo que la otra persona se preocupara.
¿Qué
sucede? ¿Por qué traes esa carita de tristeza?
Seto,
antes de pedirte el favor, hay algo que debo decirte. – Bajó un poco la mirada.
¿Qué
cosa?
Verás,
pues… Yo…
Si
no me lo dices, no podré ayudarte.
Lo
sé, eso lo se… Seto, por mi culpa castigaron a Noah y ahora su padre le ha
prohibido que me acerque a él. – Comenzó a llorar, el castaño se sorprendió por
lo que su hermanito le decía.
Necesito
que te calmes y me expliques bien lo que me estás diciendo.
El
pelinegro empezó a contarle lo que había sucedido el viernes por la tarde…
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Hola,
¿puedo pasar? – Al no recibir respuesta, decidió entrar a la habitación. – Te
he traído tu comida favorita, tu hermana la preparó con mucho cariño
especialmente para ti.
No
tengo hambre. – Respondió con melancolía.
Oh
vamos, no puedes quedarte sin comer todo el día, te puedes enfermar.
No
me importa. – Respondía con la cabeza en la almohada tratando de no llorar.
Ryou,
no puedes seguir así, te la has pasado todo el día encerrado en tu cuarto, ni
siquiera asististe a clases, es que no te das cuenta que todos estamos
preocupados por ti. Anda mírame por favor, es que no deseas hablar conmigo.
El
menor levantaba su cabecita lentamente, miró a la persona que se encontraba
sentado en la orilla de la cama sosteniendo una bandeja con comida.
Malik…
Snif, snif, snif, snif, snif… – Rompió en llanto tirándosele encima haciendo
que el otro se le cayera al suelo toda la bandeja que sostenía. – Malik… Snif,
snif, snif, snif, snif… Todo lo que pasó ayer fue mi culpa… Snif, snif, snif,
snif, snif… Por mi culpa se pelearon las dos personas que más quiero en la
vida… Snif, snif, snif, snif, snif…
Ya,
ya, cálmate Ryou, echándote la culpa y llorando no solucionarás nada.
Snif,
snif, snif, snif, snif… No sé cómo solucionar este problema, por más que lo
pienso no se me ocurre nada… Snif, snif, snif, snif, snif…
Primero,
necesito que dejes de llorar y segundo, explícame exactamente qué fue lo que
pasó ayer, para que tu novio y tu hermano se agredieran de esa manera.
El
menor hacia lo posible para dejar de llorar, una vez que empezó a
tranquilizarse, decidió contarle todo lo sucedido a su cuñado…
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Casa de la familia Mutō.
Gracias
por acompañarme a mi casa amigos.
Ni
lo menciones Yūgi.
No
se les hizo extraño que Ryou faltara a clases.
De
seguro amaneció enfermo Tea.
No,
como crees Tristán, a mí se me hace que finalmente logró escaparse con su
novio.
Hay
por favor Tea, eso es absurdo, Ryou no es de esas personas.
Mhg…
Entonces, dime por que faltó a la escuela.
De
seguro se quedó dormido.
Si
como no… O quizás no se pudo levantar por otra cosa. – Rió con sarcasmo.
Como
siempre eres una mal pensada.
Ve,
no tiene nada de malo hacerlo con tu pareja.
Ya
te dije Tea, Ryou no es un chico fácil como otras personas que conozco por ahí.
QUE
QUISISTE DECIR CON ESO. – Gritó con enfado.
Amigos,
es que de plano ustedes no piensan en llevarse bien.
Tristán
tiene la culpa, por hacerme enojar.
Uno
es libre de opinar, en todo caso yo no he dicho nombres. – La miraba con burla.
Miren,
que les parece si mejor cambiamos de tema.
Está
bien Yūgi.
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Un
joven finalmente había llegado a su mansión, estaba molesto por todo, sobre
todo que su padre lo estuviera tratando como si todavía fuera un niño.
“¡Auch!
Como me duele todo el cuerpo. Que rabia me da que ese estúpido Doctor al que me
llevó mi padre me dejó que descansara por algunos días, no era necesario ir al
hospital, lo mismo que me dijo ese viejo fue exactamente lo mismo que me dijo
el Doctor Malik, ir allá no fue más que una pérdida de tiempo y peor aún, me
tengo que quedar en mi habitación acostado en la cama. En vez de estar aquí,
debería de ir a buscar a Ryou”. – Todo eso se lo decía así mismo. – “Ryou, no
dejo de pensar quien será la persona que te esta envenenando tu inocente alma,
tu no eras así, siempre has sido un niño bueno, noble y alegre. Y ahora… En lo
único que piensas es hacer el amor conmigo, como si eso fuera vital para ti. Es
que no te das cuenta que muero por hacerte mío, deseo con todo mi corazón ser
el primer hombre en tu vida. Pero no así, no de esta manera, lo que realmente
quiero es que lo nuestro sea algo especial, algo no planeado, que simplemente
se dé el momento, que no sea obligado, solamente que cuando llegue ese momento
nos entreguemos sin medida, nos entreguemos por completo y podamos sentir el
amor que nos tenemos. Te amo mi pequeño, pero no por eso accederé a tus
caprichos, y si eso te va alejar de mí, entonces no merecemos estar juntos, no
te merezco y tú no me mereces”.
El
joven miraba una pequeña foto que había sacado de su billetera, unas finas
lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, hacía mucho tiempo que no lloraba de
esa manera, la última vez que lo hizo fue en el funeral de su madre…
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No
puedo creer lo que hiciste Mokuba.
Perdóname
por favor, yo solamente quería saber que era lo que te preocupaba tanto.
Pues
debiste preguntármelo a mí personalmente, odio que siempre andes metiendo a
terceros.
Seto,
por favor no te enojes conmigo.
Y
como quieres que no lo esté.
Entiéndeme
por favor, últimamente casi no te veo, te pasas todo el día afuera y hay días
que ni llegas a dormir.
No
trates de justificarte Mokuba, sí, es cierto que paso todo el día afuera pero
eso no significa que no me puedas llamar a mi celular.
Perdóname
por favor. – Tenia la mirada agachada, no quería que su hermano lo viera
llorar.
El
castaño suspiró profundamente para calmarse, se estaba dando cuenta que estaba
siendo muy duro con su hermanito.
Ya,
está bien, ya no llores Mokuba, discúlpame tu a mí por haberme exaltado, sé que
no es excusa pero en estos momentos tengo muchas cosas en que pensar y cosas
que hacer.
El
CEO se acercó al menor para abrazarlo, luego le levantó la carita y con sus
manos le limpiaba las lágrimas que le salían de sus hermosos ojos azules.
Mejor
dime, ¿Cuál era ese favor que me ibas a pedir?
La
otra persona lo miraba directamente a los ojos, medio le sonrió al ver que ya
no estaba enojado.
Podrías
hablar con el padre de Noah, por favor.
Mokuba,
debes saber que yo no puedo intervenir en las decisiones que tome el señor
Pegasus con su hijo.
Pero…
Porque
no dejas a Noah que lo pueda resolver a su manera, mientras tanto tendrás que
conformarte verlo solamente en la escuela.
Está
bien hermano. – Contestó con tristeza.
Levanta
esos ánimos, y vamos a almorzar juntos. ¿Qué dices?
Si,
de acuerdo.
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Comprendo,
así que eso fue lo que sucedió.
Si,
la verdad es que me puse nervioso y por eso es que comencé a gritar
desesperado, pero él es incapaz de lastimarme.
Pues
déjame decirte algo, yo creo que no sólo tú tienes la culpa.
¿En
serio?
Es
lo que creo, también tu hermano se precipitó en golpear a tu novio, debió de
haberles preguntado qué era lo que pasaba. Con esto que te estoy diciendo no
quiero decir que te esté justificando.
Lo
sé.
Pienso
que deberías de hablar con tu hermano y explicarle todo el asunto tal y como me
lo has contado a mí.
No
creo que Marik quiera escucharme, no después de todas las cosas feas que le
dije. – Bajó su mirada de lo avergonzado que se sentía.
Hey,
no digas eso, conozco muy bien a Marik y sé que él te escuchará, no olvides que
él te quiere muchísimo y por esa razón es que reaccionó así, lo hizo para
protegerte.
Eso
lo sé muy bien.
Que
te parece si te traigo algo para que comas, descansas un poco y más tarde
puedes hablar con tu hermano.
Me
parece una excelente idea.
Bien,
iré a la cocina y después limpiaré este desorden.
Malik.
Si,
dime.
Muchas
gracias por escucharme y por tus consejos.
No
tienes nada que agradecer, y te diré algo aquí entre nos.
¿Qué?
También
Marik se siente culpable por lo ocurrido.
El
menor medio sonrió por lo que su cuñado le decía, el mayor al terminar de
hablar salió de la habitación…
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En algún lugar de Ciudad Domino…
Buenas
tardes, lamento el retraso.
Buenas
tardes, no se preocupe, por favor siéntese. Deseas pedir algo.
No
gracias.
Ayer
me dio gusto encontrarte de nuevo después de tantos años.
Yo
igual me alegré mucho, y me sorprendió verlo en la ciudad.
Digamos
que estoy aquí por cuestión de trabajo. Pero no quiero aburrirte con mis cosas,
mejor cuéntame ¿Cómo te ha ido en la vida?
Que
te puedo decir, hace tiempo que me casé.
¿Cómo?
No me digas que finalmente te casaste con… – No terminó de hablar ya que fue
interrumpido.
Me
casé con una mujer.
¡Oh!
– Exclamó sorprendido.
Si
así es, logré tener dos hijos. Mi primer hijo fue un varón y el segundo fue una
niña.
Baia,
me alegra que hayas podido formar un hogar. – Manifestó con algo de tristeza.
Creo
que te tomaré la palabra de pedir algo.
Claro,
pide lo que quieras.
Un
café sencillo.
De
acuerdo. – La persona levantó su mano y enseguida una mesera se le acercó,
preguntando…
¿Qué
desea ordenar caballero?
A
él, tráigale un café expreso con dos cucharaditas de azúcar y a mí me trae un
café con leche sin azúcar por favor.
Enseguida.
– Al terminar de hablar se retiró.
Me
doy cuenta que no has olvidado mis gustos.
Oye,
como olvidar los gustos del que era mi mejor amigo.
Mhg…
Pues yo tampoco he olvidado los tuyos. – Medio sonrió, sacándole una media
sonrisa al otro.
A
ver cuéntame, eres feliz en tu matrimonio.
Hace
cinco años que me divorcié.
Cuanto
lo siento.
Tranquilo,
está bien, de todas maneras ya no importa… Y tú, ¿lograste hacer realidad tu
sueño?
Por
supuesto, logré convertirme en el mejor detective del mundo. – Justo en ese
momento, fue interrumpido por una joven que traía sus órdenes.
Muchas
gracias señorita.
De
nada, con su permiso.
Hace
tiempo escuché de ti en las noticias y ahora tus servicios son muy costosos.
Que
puedo decirte, me gusta mi trabajo, pero sobre todo amo complacer a mis
clientes.
Ja,
ja, ja, ja, ja, ja…
Baia,
lo veo y no lo creo.
¿Qué?
Tenía
años que no te veía reír de esa manera.
Es
verdad. – Le dio un sorbo a su café.
Puedo
preguntarte algo.
Claro,
hazlo.
¿Cómo
se llaman tus hijos?
El
hombre puso la taza de café sobre la mesa, su mirada cambió drásticamente y
después del breve silencio dijo…
Mi
hijo mayor se llama Joseph Wheeler y mi hija se llama Serenity Wheeler, el primero
tiene 15 años y la segunda 12 años de edad.
La
otra persona se sorprendió al escuchar uno de los nombres, palideció de
inmediato al reconocer un nombre…
¿Sucede
algo? ¿Por qué de pronto te quedaste callado?
¡Eh!
Por nada en especial, no me hagas caso.
Si
no quieres decírmelo, está bien, puedo entenderlo.
Me
gustaría conocer a tus hijos, crees que se pueda.
Lo
siento, por el momento no puedes. – Bajó un poco la mirada.
Tienes
razón, disculpa mi atrevimiento.
No
me mal entiendas por favor Hime, es sólo que…
¿Qué
sucede Jou? Si hay algo en que pueda ayudarte.
Verás,
mi hijo está pasando por un mal momento, un estúpido docente le desgració la
vida y pues…
No
terminó de hablar cuando se escuchó el ruido de una taza quebrarse al caer al
suelo.
¿Estás
bien? – Preguntaba preocupado. – Mira no más como te quemaste.
No
te preocupes, estoy bien.
La
joven que los había atendido llegó para limpiar el pequeño desorden.
Discúlpeme
señorita, a veces suelo ser tan torpe.
No
se preocupe señor, estas cosas le puede pasar a cualquiera.
Gracias
se lo agradezco y dígale al encargado de la tienda que pagaré por la taza rota.
Muchas
gracias señor. – Al terminar de limpiar todo, la mujer se retira del lugar.
Creo
que lo mejor será que me vaya.
Espera
Hime, sé que a ti no te gusta hablar de tu trabajo, pero necesito pedirte un
favor. Por el dinero no te preocupes, puedo conseguirlo de alguna manera.
Jou,
se lo que vas a decirme, solamente te pido que no lo hagas.
Por
favor, no me quites esta oportunidad que la vida me ofrece, por algo el destino
quiso que nos encontráramos.
Jou,
escúchame por favor.
No,
escúchame tú a mí por favor, no tienes idea por todos los problemas que he
tenido que enfrentar yo solo, y no se me hace justo que…
El
hombre suspiró profundamente cerrando levemente sus ojos…
De
acuerdo, si es lo que quieres.
Es
lo que más deseo en esta vida.
Bien,
por el dinero no te preocupes, creo que llegó el momento de devolverte aquel
favor que me hiciste hace tiempo.
Oye
amigo, no te estoy cobrando nada.
Lo
sé, pero jamás olvidaré el día en que tú salvaste mi vida.
Y
lo volvería a hacer con gusto.
Estoy
seguro de ello.
Entonces
que…
Dame
tu número de teléfono para llamarte y estar en contacto.
Gracias
amigo, sabía que podía contar contigo.
En
cuanto se intercambiaron números de teléfonos y uno de ellos se fue a pagar la
cuenta, cada quien se fue por su lado.
Continuará…
N/A: Espero que la
continuación haya sido de su agrado… Bien se dice por ahí… Que pequeño es el
mundo… A mí me ha pasado en varias ocasiones, hasta me he quedado admirada
diciéndome a mí misma… Que chiquito es el mundo… Y se me ocurrió reflejarlo un
poco a la realidad… ¿Qué sucederá con este encuentro? ¿Se acabarán los
problemas? ¿Descubrirán que Hime y Jou son viejos amigos? Todo esto y más no se
lo pierdan en los siguientes capítulos. Muchas gracias por leer esta historia.
Me
despido de ustedes con mucho cariño, no olviden dejar sus comentarios y
sugerencias.
Atte.:
KAT.
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