Capítulo 5: ¿Qué duele más… Las palabras
o los golpes?
Aclaraciones del Capítulo:
Kat: Baia, baia, baia… ¡¡¡No puedo
creerlo!!! ¿Acaso estaré soñando? Miren nada más ¿Quién apareció?
Seto: Oye tú,
novata estúpida, ¿para qué demonios me mandaste a llamar?
Kat: Mira gato pulgoso, te mandé a
llamar para que participes en esta historia, ya que tú eres la estrella
principal... ^_^
Seto: Mhg….
Kat: ¡¡¡Oye!!! Pero… Por un demonio
¿Qué haces?
Seto: Leo el
libreto… ¿Acaso no ves que es “obvio”? – Hace señales de comillas con los
dedos.
Kat: ¬¬…
Seto: Esto es un
asco, no me gusta, ¡claro!… No esperaba menos de una novata como tú. Y no pienso
participar en esta locura. No eres más que una desquiciada, una patética ilusa que
no sabe ni lo que escribe.
Kat: Cuida tus modales, gato
zarrapastroso… No es necesario que me insultes… – A punto de perder la
paciencia.
Seto: ¡Bah! Te
aclaro que soy una persona muy ocupada y que no tengo tiempo para “historias
infantiles”.
Kat: Ja, ja, ja… Deja tu sarcasmo
para otro momento ¿Quieres? – Lo mira enojada.
Seto: Mhg…
¡Eh!...
Disculpen por esta pequeña discusión, pero es que aquí mi amiguito del alma y
yo…
Seto: “Amiguito del
alma”… Primero muerto, antes de ser tu “amiguito del alma”… ¬¬
Kat: Ya cállate Seto y déjame
continuar… Bueno en lo que resuelvo este
pequeño “problemita”, continuamos con la historia.
Declaimer: Los
personajes de YU – GI – OH!, “No son míos”… Snif, shif, snif, son propiedad de su respectivo autor, sólo
hago este fic porque me encanta escribir, pondré toda de mi parte para hacer de
esta historia muy interesante…
ADVERTENCIAS: Este capítulo
tendrá un argumento algo fuerte, así que antes de leerlo… te sugiero que lo
pienses bien antes de continuar….
ACLARACIÓN: ¿Ustedes que
piensan sobre el tema de este capítulo? Me gustaría mucho saber su opinión,
anímense en dejar sus comentarios, quiero que mis lectores también participen
en esta gran aventura.
RESUMEN: Por
naturaleza todos los seres humanos sentimos distintas clases de dolor… Por
ejemplo: Cuando nos herimos físicamente, nos golpeamos, etc. Pero también, hay
dolor emocional y es cuando nos sentimos deprimidos, se nos muere un ser
querido, peleamos con nuestros amigos, hermanos/as, padres, hijos/as,
esposos/as, etc… ¿Qué duele más… Las palabras o los golpes? Una herida o un
golpe físico que recibamos nos dolerán en el momento y con el tiempo tal vez ni
quede cicatriz. Pero, las agresiones verbales, insultos, desprecios,
humillaciones, gritos, mentiras, traiciones, engaños, etc. Son dolores
sentimentales de las cuales muchas veces no se curan, así pasen años… Hay
personas que hasta buscan ayuda ya sea psicológica para poder superar su trauma
o dolor emocional…
******************************
Hola,
ya estoy en casa mamá. – Saludó un joven de cabellera tricolor.
Hola
amor, ven estoy en la cocina. – Contestó una dulce mujer, ella era muy hermosa,
el color de su pelo era rubio y lo tenía largo hasta la cintura, tenía unos 37
años de edad, la mujer nunca se casó y no tuvo hijos, era independiente, ya que
había heredado una pequeña fortuna al morir sus padres. Y para no sentirse sola
decidió adoptar un hijo.
¿Cómo
te fue en la Escuela ?
¿Ya almorzaste? – Le preguntaba a su hijo que acababa de llegar.
En
la escuela me fue bien y no… Aún no he almorzado.
Mmmm….
Entiendo. – Habló un poco preocupada la rubia. – Hijo… Te noto algo triste,
acaso... Hay algo, que tu no quieres que yo sepa.
El
joven se quedó callado por unos segundos, su madre siempre se preocupaba por
él, era casi imposible ocultarle las cosas, ella lo conocía muy bien, incluso
cuando estaba triste, enojado, alegre, desanimado o cuando tenía algún
problema. La verdad, le seguía afectando por lo que le acababa de contar a su
amigo. Pero… Él, no era capaz de contarle lo que había sucedido hace dos años
atrás. Se sentía como un hijo malagradecido por no contarle a la única persona
que lo ha tratado muy bien y que lo ha cuidado como si fuera su verdadero hijo.
Sí, era verdad, esa mujer lo había adoptado desde que él tenía 8 años de edad,
ella siempre lo cuido, siempre le dio mucho cariño hasta tal punto que se logró
ganar su confianza y se hicieron no sólo buenos amigos, si no que además la
empezó a querer y a verla como a su propia madre.
Hijo… ¿Estás bien? – Volvió a
preguntar la mujer, ya que veía a su hijo más preocupado que antes.
El
joven salió de sus pensamientos y solamente le sonrió.
Sí madre, perdona es que estaba
pensando en…
¿En qué? Si se puede saber. – Volvió
a insistir
Finalmente,
levantó su mirada para verla a los ojos y le contestó:
Me preguntaba… ¿Por qué hay madres
que maltratan a sus propios hijos, no únicamente físicamente sino que también
emocional y moralmente?…
Bueno
eso no era lo que pensaba… Pero no podía decirle lo que realmente le preocupaba
y el verdadero motivo por el cual se sentía triste. Por otra parte, la rubia se
sorprendió un poco por la pregunta que le había hecho. Y antes de contestarle
le indicó:
Yami siéntate, será mejor que
hablemos un poco más calmados sobre este tema.
El
joven obedeció, se sentó en una de las sillas del comedor, mientras que la
mujer se fue directo a la cocina, le sirvió a su hijo para que comiera, luego ella
se sentó a la par de él para que ambos pudieran platicar.
Antes
que nada, quiero preguntarte una cosa.
¿Qué
cosa quieres preguntarme, mamá?
Lo
dices por tu amigo ¿Verdad?
Medio
sonrió y después asintió con la cabeza, mientras terminaba de comer.
Mira hijo… A veces los padres
cometemos errores en la vida y no nos damos cuenta de ello hasta que ya es muy
tarde para remediarlo…
¿Por qué mamá?
¿Por qué, qué?
Por qué las personas son tan estúpidas,
por qué cometen esa clase de injusticia, por qué los padres maltratan
cruelmente a sus hijos diciéndoles cosas muy dolorosas, y como si eso no fuera
suficiente, también los golpean sin piedad alguna. Es como… Es como si se
descargaran de toda la furia que han tenido guardada durante mucho tiempo. Y lo
peor es que los hijos no tienen la culpa de nada, ellos no pidieron venir al
mundo. – Su voz empezó a escucharse muy triste, al mismo tiempo que decía eso,
sentía cierto coraje por no saber qué hacer, por no encontrar una solución para
que los padres de su amigo pudieran cambiar de alguna manera.
Qué
ironía... ¿No te parece?… A veces la vida es injusta, en mi caso yo nunca me casé
y no tuve hijos, no sabes cómo deseé poder formar una familia, pero mi novio me
dejó cuando le dije la verdad de que yo era estéril, y fue por eso que él
rompió nuestro compromiso… ¿Puedes creerlo?
El
joven se sintió de la patada al mirar que su madre se había puesto muy triste
por recordar un pasado amargo que ella quería borrar para siempre de su vida.
Yo…
Perdón madre.
¿Perdón?
¿Por qué te disculpas? Yami.
No
quería hacerte recordar tu pasado, por una estúpida pregunta.
Yami,
Yami, Yami. – Le decía un tanto divertida. – Tú no debes de disculparte… En
ningún momento me has hecho sentir mal. Además si ese maldito cretino no me
hubiera dejado, yo no te habría adoptado. Me alegra mucho el haberte conocido.
– Le sonrió a su hijo maternalmente. Él también le sonrió de igual manera.
A
mí también me alegra muchísimo de que me hayas adoptado y de haberte conocido.
Bien, volviendo al tema… – Volvió a hablar la rubia. – Hay mujeres como
yo que desean tener hijos y no pueden… Pero también hay mujeres que paren como
conejos y tienen la osadía de maltratar a sus pequeños, cuando no debería de
ser así… Y hay mujeres que dan el todo por el todo por sus hijos, aun cuando
sean o no de su misma sangre.
El
faraón le sonrió a su madre, sus palabras en cierta forma lo confortaban pero debía
de hacerle una pregunta más…
Madre… ¿Qué sugieres que deba hacer
para ayudar a Joey?
Bien escucha, mi consejo es este… Si
realmente quieres ayudarlo, primero debes hacerte muy amigo de él, aconséjalo
lo más que puedas, hazle saber que pase lo que pase tu siempre estarás allí
para él. Hazle sentir que él no está solo, has que te tenga la suficiente
confianza para que poco a poco te vaya contando sus problemas y tal vez
encuentres una forma de hacerlo sentir mucho mejor.
El
muchacho le sonrió a su madre, le había hecho bastante bien conversar con ella.
Y después de meditar las palabras de su madre se levantó de la silla y le dio
un beso en la mejilla.
Gracias mamá, por escucharme
siempre. – Le sonrió con sinceridad.
No agradezcas hijo, para mí es un
placer poder ayudarte en todo lo que pueda, y bien sabes que me gusta que de
vez en cuando charlemos.
Bien, será mejor que suba a mi habitación
y me ponga a estudiar. – Pero antes de
irse su madre lo detuvo.
Yami espera, casi se me olvidaba,
esta mañana llegó una carta para ti.
¿Una
carta? ¿De quién? – Preguntó de forma curiosa.
No
sé, no trae remitente, sólo tiene escrito tu nombre. – Respondió la rubia y al
mismo tiempo le entregaba un sobre azul…
******************************
Mientras
un joven era bien recibido en su casa… En otro lugar de Ciudad Domino, un
pequeño niño llegaba a su casa…
Llegas tarde, ¿de dónde vienes? – Le
preguntó una señora de piel blanca, pelo color rojizo al igual que sus ojos, se
veía realmente molesta.
Buenas tardes mamá. – Respondió el
niño. – Perdón por el retraso, pero conocí a un nuevo amigo y…
¡¡¡¡PLAFT!!!! – Se escuchó un ruido
muy fuerte, el pequeño fue interrumpido debido a una bofetada que su madre le
dio en su rostro. Se llevó una de sus manos a su mejilla casi a punto de
llorar, la felicidad que traía en su rostro se borró de inmediato.
Pero… ¿CÓMO TE ATREVES A PERDER EL
TIEMPO DE ESA MANERA? LOS AMIGOS SON SOLAMENTE UNA PÉRDIDA DE TIEMPO, Y TIEMPO
PERDIDO HASTA LOS SANTOS LO LLORAN… SIEMPRE TE HE DADO LA ORDEN QUE A NOMÁS
TERMINAR LAS CLASES TE VENGAS PARA LA CASA INMEDIATAMENTE. ¡¡¡PERO CLARO!!! SI
TODO LO QUE TE DIGO TE ENTRA POR UN OÍDO Y TE SALE POR EL OTRO ¿NO? – Su madre
todo se lo decía a gritos, aparte de que estaba histérica.
Yo… Este…
Cállate, en vez de estar ahí parado
como un maldito idiota ve a hacer los que aceres de la casa, no seas como el
holgazán de tu padre, creen que por ser hombres no pueden ayudar en la casa,
pero estás muy equivocado si crees que yo voy a permitir que tú seas un maldito
holgazán…
Pero mamá, dejé todo hecho antes de
irme para la escuela. – El pequeño trataba de que su madre se calmara un poco,
pero lo que hizo fue empeorar más la situación…
¡Ah, sí! – Dijo en un tono de voz
muy severa. – Ven acá, pedazo de animal, no eres más que una mierda, no puedes
hacer nada bien, de haber sabido que en vez de parir un hijo, iba a parir un
cerote de mierda como tú… Créeme que te hubiera abortado o mejor aún, te
hubiera regalado a cualquier pendejo de mierda que se me cruzara en mi camino.
– Sus palabras cada vez eran más crueles, el pequeño solamente agachaba su
mirada para que su madre no lo viera llorar, pero ella lo agarró del brazo con
fuerza, y lo empujó hacia la sala tirándolo al piso.
¡¡¡Levántate!!! – Ordenó la mujer. –
Hizo lo posible para levantarse ya que se había lastimado un poco cuando cayó
al suelo. Una vez que se puso de pie… Su madre lo volvió a agarrar fuertemente
del pelo y lo estrelló contra la pared.
Aaaahhhhhh, mamá por favor, detente
por favor, me… Snif, snif, snif, duele… Snif, snif, snif. – Suplicaba, pero sus
súplicas no eran escuchadas.
Eres una maldita basura, un cerote
hecho de mierda, un verdadero inútil que lo único que haces es darme problemas,
que sea la última vez que llegas tarde a la casa ¿Me escuchaste Joseph Wheeler?
Ahora te quedarás aquí hincado y con los brazos arriba en este lugar hasta que
yo decida levantarte el castigo. Y ni se te ocurra bajar las manos o te irá muy
mal.
La
madre del niño salió de esa habitación, dejándolo muy lastimado, pero no
físicamente sino que sus palabras eran las que más le dolían.
Mamá… Snif, snif, snif… ¿Por qué?...
¿Por qué me tratas así?… No he hecho nada malo. – Se decía para sí mismo, mientras
trataba de no llorar… A su mente se le vino el recuerdo de lo que había
sucedido cuando el profesor Yami había terminado de curarle sus manos…
FLASH BACK
El
recreo ya había terminado, entró a su salón de clases, se sentó en su pupitre y
antes de que el docente entrara le dijo a su compañero lo siguiente:
¿Podemos hablar en el segundo
recreo? – Le preguntó en un tono de voz algo triste.
¡¡¡Claro!!! – Contestó muy animado
el otro niño.
Las
clases continuaron de lo más normal, unas interesantes y otras aburridas. Hasta
que al fin el timbre sonó para que los alumnos salieran al segundo recreo.
En la hora del recreo…
Dime Joey, ¿qué
sucede?... ¿Te puedo llamar Joey cierto? – Le sonrió y medio se sonrojó ante su
propia pregunta que había hecho.
Por supuesto. – Contestó el rubio
con una media sonrisita. – Yūgi… Hay algo que quiero preguntarte pero antes de
hacerlo… Quiero que seas sincero. – Lo miró fijamente a los ojos.
El
otro niño se puso un poco nervioso, ya que no sabía lo que realmente le iba a
preguntar su nuevo amigo…
De acuerdo, haz tu pregunta sin
rodeos, te prometo que seré sincero contigo.
Yūgi… ¿Por qué me ayudaste hace poco
con lo que ocurrió con el profesor Bakura? Es decir… Que fuiste el único que se
paró en medio de todo el salón para defenderme… ¿Por qué lo hiciste? – Deseaba
tanto saber por qué ese niño lo había ayudado, y si fue por qué sintió lástima…
Eso no lo iba a permitir, ya que realmente no le gustaba que las personas
sintieran lástima de él para que luego se burlaran y se rieran a sus espaldas…
La verdad… – Agachó un poco su
mirada, para luego levantarla nuevamente y ver a su compañero fijamente a sus
ojos. – A mí también me da miedo Bakura, y no me gusta ver como castiga a otros
niños.
Mmm… Entiendo Yūgi, pero… Por qué
precisamente hoy te armaste de valor para defenderme.
Aaah… Eso fue porque te sentaste a
la par mía, cosa que tú nunca habías hecho. – Le sonrió con naturalidad.
El
rubio al ver esos ojos color violeta que reflejaban sinceridad y que no lo
miraba con ninguna lástima, le sonrió de igual manera.
Gracias.
.
Al contrario Joey, gracias a ti.
¿A mí? ¿Por qué?
Porque si le hubieras dicho al
profesor Bakura que yo estaba mintiendo, el castigado no hubieras sido tú… Si
no que yo. – Se puso a reír a todo lo que daban sus pulmones.
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja,
ja, es verdad amigo, pero eso ya no importa, te lo agradezco.
Espero
que seamos buenos amigos. – Le decía y al mismo tiempo le tendía la mano…
También el rubio se la dio diciéndole que desde hoy serían buenos amigos.
Oye
Joey, mañana te presentaré unos amigos, hoy no pudieron asistir a clases.
Está
bien Yūgi, no hay problema. – Le sonrió.
Y
así fue como se la pasaron de lo mejor, riéndose y conociéndose un poco uno del
otro. Al finalizar las clases, Yūgi le insistió que se quedara para comer un
helado y seguir conversando. Pero cuando se dio cuenta de la hora, se despidió
rápidamente de su nuevo amigo y corrió a toda prisa para no llegar tan tarde a
su casa, para que su madre no lo regañara… Cosa que de todas maneras había
sucedido…
FIN DEL FLASHBACK
Horas después…
Su
cuerpo temblaba, al igual que sus manos, todavía tenía puesta su mochila en sus
hombros, llevaba dos horas hincado y con sus manos arribas, ni siquiera había
almorzado, es más, si no fuera por el helado que su amigo lo invitó a comer,
quizás no tendría nada en su estómago. Había dejado de llorar, pero aún se
sentía muy triste…
“¿Cuánto tiempo más me dejarás así
mamá?” – Se preguntaba a sí mismo, ya que sabía que muy pronto no iba a
aguantar mucho tiempo y se dejaría caer al piso… Eso en verdad lo aterraba ya
que conocía perfectamente a su madre y cumpliría con lo que le había dicho
antes de salir de ahí.
En
eso, se escuchó una voz que lo sacó de sus pensamientos.
Levántate ya, vete a cambiar el
uniforme. – Le ordenó su madre.
Poco
a poco bajó sus hombros, le dolían mucho y con dificultad trataba de ponerse de
pie ya que sentía que sus rodillas no querían responderles. Una vez que se logró
ponerse de pie, vio a su madre, pero le pareció extraño verla tan calmada…
Iré a traer a tu hermana de su clase
de natación, y cuando vuelva más vale que esté la casa limpia y la cena
hecha... Ya sabes que a tu padre le gusta encontrar servida la comida en la
mesa cuando él llega a casa de trabajar.
Sí mamá, pero… Yo también quiero ir
contigo. – Expresó con tristeza.
¿Eres idiota o qué? No escuchaste lo
que te acabo de decir, no me hagas repetirte las cosas, agradece que llevo un
poco de prisa, porque si no…
Está bien madre.
Victoria
Wheeler salía de la casa, mientras que el niño subía a su habitación para
cambiarse de ropa y hacer todo lo que su madre le había ordenado que hiciera.
******************************
Llevaba
dos horas tratando de estudiar, volvió a mirar por vigésima vez un reloj que
estaba colgado en la pared de su cuarto, marcaba las 4:30 p.m. pero le era casi
imposible concentrarse… No después de haber leído la carta que su madre le había
dado.
“El día en que tú fuiste a traerme,
ese día se estaba llevando a cabo un torneo de ajedrez, en un principio lo
creía un demente cuando me contó lo de su plan para poder salir de ese maldito
lugar”. – Suspiró alzando su mirada al techo, al bajarla agarró el sobre que
estaba encima de su mesita de estudio. Era un sobre de color azul, pero dentro
del sobre había la mitad de una hoja de papel. Volvió a leer la carta que decía
así:
Muy pronto estaré de vuelta a Ciudad
Domino…
Firma:
Seto
Kaiba.
Sonrió
al leer esas palabras.
“Siempre tan elocuente”. – Pensó
para sí mismo. – Metió dicho papel en el sobre y recordó el día en que él se
había ido del orfanato…
FLASH BACK
Yami,
cariño es hora de irnos. – Le hablaba una hermosa mujer de cabellos rubios.
Disculpe
señora, pero no podría quedarme un poco más. – Le respondió un pequeño niño de
tan sólo ocho años de edad.
Está
bien Yami, sé el motivo del por qué te quieres quedar, te gustaría ir a ver el
torneo de ajedrez que se está realizando. ¿Verdad?
Si,
así es, es que ese niño es mi amigo y quisiera apoyarlo por última vez antes de
salir de aquí.
¿Sabes?...
No te vayas a molestar por mi comentario… Pero dudo mucho que tu amiguito tenga
la menor oportunidad de ganarle al campeón mundial en ajedrez. – Decía la
rubia. Pero se percató de que su comentario no le agradó para nada al niño.
Señora,
con su debido respeto… Usted no conoce a mi amigo, sé muy bien lo que hace y si
él retó al campeón mundial, es porque sabe perfectamente que va a ganar.
La
mujer se sorprendió de las palabras de ese niño, a veces le era imposible creer
que él tuviera ocho años, así que simplemente le sonrió.
Me
has convencido Yami, vamos al lugar en donde se está llevando a cabo el torneo.
Cuando
llegaron al lugar… El torneo estaba por finalizar, casi se desmaya la mujer
cuando vio que ese chico le estaba ganando al campeón mundial. Lo veía y no lo
creía.
¡¡¡Vamos Seto!!! Tú puedes ganarle,
enséñale quien es el Rey ahora. – Le gritaba animadamente a su amigo.
¡¡¡Jaque Mate!!! – Dijo el pequeño
castaño después de haber pasado cinco minutos desde que el tricolor lo animaba.
Yami,
se alegró muchísimo por la victoria de su amigo, pero también pudo notar que él
no disfrutó de su triunfo, mejor él lo había disfrutado y no su amigo, le
pareció algo extraño, pero casi no le dio importancia.
Maldito mocoso. – Expresó el hombre
con rabia, al verse derrotado por un niño de seis años de edad.
¡¡¡Felicidades!!! – Hablaba muy
contento el tricolor y al mismo tiempo lo abrazaba fuertemente.
Ya suéltame Yami, no es para tanto.
– Exclamó el castaño con enfado.
¿Qué? ¿Cómo que no es para tanto Seto?
Derrotaste al ¡¡¡Campeón mundial en Ajedrez!!! Y dices que no es para tanto.
Únicamente tú sabes mis verdaderos
motivos del por qué lo hice.
Pues con más razón deberías estar
feliz, ahora tú y tu hermanito saldrán de este horrible lugar.
El
niño medio le sonrió al faraón, lo que le había dicho era verdad, todo fue por
salir de ese horrible lugar, aunque sabía que ese viejo no se quedaría así nada
más y que buscaría la forma de vengarse por haberlo humillado ante todo el
mundo… Pero era algo que por el momento no tenía por qué preocuparse. Los
pensamientos del castaño fueron interrumpidos por la suave voz de su amigo.
Eres un verdadero genio. – Lo
elogiaba su amigo y antes de que el otro respondiese, la mujer se acercó a
ellos, diciéndole a su hijo que ya tenían que irse. – Seto, te quiero presentar
a la señora que me adoptó, su nombre es Mai Valentine. – Le decía de forma muy
simpática.
Hola mucho gusto, baia, así que tú
eres el amiguito de Yami.
El
niño, mirándola seriamente le contestó:
Mucho gusto señora…
El gusto es mío, en verdad nunca
pensé que le fueras a ganar a Gozaburo Kaiba, si me lo hubieran contado o lo
hubiese visto por la televisión, no lo hubiera creído jamás. – La mujer sonreía,
pero detuvo su simpática sonrisa al ver a su hijo y a su amigo que la veían
algo molesto. – Bueno Yami es hora de irnos. – Volvió a insistir la rubia.
Adiós Seto, salúdame a Mokuba de mi
parte. – Su voz y su mirada reflejaban mucha tristeza, él odiaba las
despedidas, pero lo que más odiaba era separarse de su único amigo que tenía en
el orfanato.
Adiós Yami y no te preocupes yo le
doy tus saludos a Mokuba.
FIN DEL FLASHBACK
“Después de que me fui, a los pocos
días me di cuenta por los medios de comunicación que ese viejo decrépito, había
cumplido con su dizque palabra de honor. Él te adoptó junto con Mokuba, pero
después de un año... Ese maldito te llevó a ti y a tu hermanito a vivir en el extranjero.
Después de que te fuiste de Ciudad Domino, jamás volví a saber de ti… Hasta
ahora”. – Pensaba para sí mismo, volviendo a suspirar por tercera vez. Y sin
poder evitarlo unas pequeñas lágrimas rodaron por sus mejillas, ya que ese
recuerdo le era muy doloroso para él.
******************************
Se
había llegado la hora de cenar, afortunadamente logró terminar a tiempo los que
aceres de la casa y servir la comida en la mesa antes de que su padre llegara a
casa. Todos estaban comiendo en un sepulcral silencio, nadie decía nada… En
eso, la hermana menor de Joey, rompió con el maldito mutismo.
Hermano… ¿Qué te pasó?
Descuida, no es nada Serenity. – Le respondió
su hermano mayor.
Si no fuera nada, no tendrías por
qué tenerlas vendadas. – Contestó algo molesto su padre.
Pero que mala educación tienes Joseph,
al contestarle de esa manera a tu hermana, acaso ¿Es esa la educación que te estamos
dando tu padre y yo? – Se involucró la madre en la conversación.
Lo siento. La verdad es que el
profesor Bakura me castigó por no llevar la tarea que él nos había dejado. – Esto
último lo dijo con algo de melancolía.
¡Ja! Eso te pasa por holgazán. –
Terminó de decir su madre, el padre no dijo nada ya que sabía el verdadero
motivo de que su hijo no cumpliera con su tarea. Recordó cuando llegó a casa
después de trabajar, estaba molesto por una discusión que había tenido con su
jefe, así que se desquitó el coraje que traía con su hijo.
Tranquila mamá, no lo trates así. –
Intervino la pelirroja, sintiéndose un poco culpable por haber empezado una
discusión.
Serenity hija, no te sientas mal por
esta cosa que tienes como hermano. – Hablaba la madre. – Pero que bueno que te
fijaste, mañana temprano iré a la escuela para hablar con ese tal Bakura. –
Terminó de expresar la mujer.
Y… ¿Qué le vas a decir mamá? –
Preguntó el niño muy preocupado.
Eso no es de tu incumbencia, ya
mañana lo sabrás. – Respondió molesta la madre.
El
niño prefirió ya no seguir preguntando, ya que su padre hizo un gesto de mala
cara, y sabía que si su madre lo hacía enojar él pagaba las consecuencias.
Terminaron de comer y todos se fueron a dormir. Menos el rubio, claro, ya que
él tenía que dejar lavado los platos y limpiar la cocina. Una vez que terminó,
se fue a dormir a su habitación…
Continuará…
N/A: Quiero agradecerles a todas
las personas que han entrado a mi blog para leer este fic, no olviden dejar sus
comentarios que cualquier sugerencia que ustedes me hagan créanme que las
tomaré muy en cuenta.
Cambiando
de tema, quiero decirles que no falta mucho para que salga la estrella
principal…
Kat: ¿Verdad seto?
Seto: Lárgate de
aquí y no fastidies…
Kat: O.o… Pero que delicado me
saliste, deberías de ser más amable con las personas… xdxdxdxd.
Seto: Ja ja ja… No
me hagas reír que no me simpatizas en lo más mínimo, esquizofrénica barata,
alguien te debería de encerrar en un buen hospital psiquiátrico para que nunca
salgas de ahí.
Kat: Seto eres muy cruel conmigo… Snif, snif, snif, pero no importa ya buscaré la forma de vengarme de ti. Muhahaha.
Seto: Mhg… No te
tengo miedo.
Kat: O.o….
Bueno
en que iba… ¡Ah sí! Como les decía, muchas gracias por…
Seto: Deja de dar
tanto las gracias que los aburrirás ¬¬.
Kat: No me interrumpas quieres ¬¬.
Perdón,
pero este pulgoso me molesta demasiado y…
Seto: A quien
llamaste pulgoso, estúpida Noobs ¬¬.
Kat: Ya cállate y déjame terminar
¿Quieres? ¬¬.
Seto: Mhg…
Para
todas aquellas personitas que admiran mucho a nuestro lindo, tierno y simpático
niño dorado, les pido disculpas por hacerlo sufrir mucho, pero créanme que como
muchas lo conocemos perfectamente bien… Joey no se rendirá tan fácilmente.
Bueno amigos/as hasta aquí los dejo, y gracias, muchas gracias por su apoyo.
Cualquier duda que tengan, únicamente dejen sus comentarios y escucharé todas y
cada una de sus peticiones, ustedes mandan y yo obedezco… ^^
Atte.:
KAT.
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