sábado, 5 de noviembre de 2022

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 57: ¿Quiénes son?... ¿Qué es lo que quieren?... II parte.

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

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Semanas después…

 

Un joven, de cabellos negros y ojos azules iba muy pensativo en el asiento de atrás de una limusina, durante el camino se decía así mismo…

 

         Desde que mi primo llegó todo golpeado a la mansión no me ha dejado salir solo. Roland es quien se encarga de irme a dejar a la escuela y en algunas ocasiones lo hace mi primo. Lo que no entiendo es, ¿por qué esos hombres lo atacaron? ¿Quiénes son? ¿Qué es lo que quieren? Y por culpa de ese suceso tan extraño ya no puedo salir como antes. – Suspiró por enésima vez. – Se ve que mi primo está tan preocupado que hasta se atrevió a hablar con los padres de Noah, y ahora a él tampoco no lo dejan salir solo. ¿Por qué tuvo que pasar esto? Justamente cuando empezaba a salir con Noah más seguido. Yami piensa que quizás esos hombres andan buscando a Joey, pero eso se me hace difícil de creer porque fui yo quien lo encontró en aquella noche. Y si de verdad lo buscaran lo lógico sería que me atacaran a mí y no a mi primo. ¡Rayos! Cuando mi hermano se entere de todo esto va ser capaz de encerrarme en la mansión de por vida. – Medio sonrió ante su propio comentario. – Solamente espero que esos hombres no vayan a lastimar a Joey. A todo esto, se me hace raro que mi hermano y él aun no hayan llegado a la mansión. – Una voz lo sacó de sus pensamientos.

 

         Joven Kaiba, hemos llegado.

 

         Muchas gracias Roland. – Se bajaba de la limusina.

 

         Vendré por usted después de clases.

 

         Si, y gracias de nuevo.

 

         Cuídese mucho joven.

 

         Lo haré. – Cerró la puerta y luego caminaba hacia el interior de la escuela.


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En algún lugar de Ciudad de Japón…

 

Un hombre de alta estatura, piel morena, cabellos castaños y ojos azules, caminaba por un sendero acompañado por otra persona. Al poco tiempo detuvo su caminar para voltear a ver a su acompañante y al ver que venía lejos decidió regresarse a donde él estaba.

 

         ¿Estás bien?

 

         Ssi. – Respondió algo fatigado.

 

         Estas temblando.

 

         Yo…

 

         ¿Tienes frío?

 

         Un poco.

 

El hombre se quitaba su chaqueta para ponérsela al joven.

 

         Hace tres días que estamos recorriendo el lugar y tú aun no te acostumbras al clima.

 

         Lo siento. – Se sentó en una roca.

 

         Será mejor darnos prisa.

 

         ¿Me dirá a dónde vamos?

 

         Lo sabrás en cuanto lleguemos. Anda, levántate.

 

         Ya voy. – Respondió algo molesto.

 

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Un joven de baja estatura, cabellos de tres colores, llevaba varios días encerrado en su habitación tratando de traducir el libro que había encontrado en la biblioteca.

 

         ¡Por un demonio! Casi no entiendo nada. – Reclinó el asiento de la silla hacia atrás para des estresarse un poco. – A este paso no terminaré nunca. – Le dio vuelta a la página. – Que raro… – Volvía a hojear el libro con sumo cuidado. – Alguien arrancó algunas páginas, me pregunto… ¿Quién habrá hecho tal cosa? ¿Y por qué? – Revisaba el libro una y otra vez. – A pesar que el libro se mira viejo, no parece tan desgastado. – El ruido de la puerta abriéndose lo distrajo.

 

         Yūgi, ¿puedo pasar?

 

         Pasa abuelito.

 

         Vengo a decirte que Rebecca, acaba de llegar.

 

         Hazla pasar por favor.

 

         De acuerdo.

 

Al cabo de cinco minutos, entra una mujer a la habitación.

 

         ¿Cómo vas Yūgi?

 

         No muy bien que digamos. – Contestó melancólico.

 

         ¿Ya le enseñaste el libro a tu abuelo?

 

         Todavía no.

 

         ¿Por qué?

 

         Porque quiero ver si puedo traducirlo por mi cuenta.

 

         Y qué has logrado traducir.

 

         No mucho, pero acabo de darme cuenta que este libro no está completo.

 

         ¿A qué te refieres?

 

         Mira. – Se lo mostraba.

 

         A ver. – Comenzaba a hojearlo. – No le veo nada de malo.

 

         Le hacen falta muchas páginas. Y no sólo eso, sino que además intentaron reemplazarlas poniendo otra cosa.

 

         ¿Cómo que otra cosa?

 

         El manuscrito es diferente y no coinciden con el relato anterior.


         ¿Estás seguro?

 

         Si.

 

         Baia, ¿quién haría tal cosa?

 

         Alguien que no quiere que se sepa lo que aquí está escrito.

 

         Si es verdad todo lo que me dices, entonces sí, está muy extraño todo esto.

 

         Ya lo sé.

 

         ¿Me dirás lo poco que has traducido?

 

         Claro que sí. – Agarró el libro para poder leerlo. – Vivo en un tormento infinito todos los días, un tormento que desearía no tener que pasar. Al despertar todas las mañanas me sigo haciendo las mismas preguntas, ¿por qué yo? ¿Por qué tuvo que llegar a mi vida? ¿Por qué tuve que conocerlo? Después de meditarlo me doy cuenta que sólo es algo pasajero, que solamente es una estúpida obstinación que tengo… ¡Oh, por los dioses! Juro que acabaré con mi pesadilla, no sé cómo, no sé cuándo, pero de una forma u otra terminaré con mi propio tormento. Pero por ahora, haré como si nada pasara a mí alrededor, y seguiré con el camino que mi destino me ha indicado que siga. Una deidad como yo, no tiene por qué rebajarse ante un insignificante ser inferior, no es más que un vil insecto al que puedo aplastar sin problemas. ¡Oh cruel destino, si tan sólo te tuviera enfrente de mí te diría lo mal que te has portado conmigo! Te podrás estar riendo de mi desgracia por ahora, pero ya verás que seré yo quien ría al último. Y llegará el día en que todos lamentarán el haberse cruzado en mi camino…

 

         Yūgi… – Interrumpió su lectura.

 

         ¿Qué sucede?

 

         No entiendo nada de lo que estás leyendo, y no sé qué tiene que ver con lo que estamos buscando.

 

         Eso es justamente lo que te decía al principio, hay muchas cosas incoherentes escritas aquí.

 

         Hmmm… Y antes de eso, que es lo que dice.

 

         Es el párrafo que te leí cuando estábamos en la biblioteca. Y después comienza con esta historia.

 

         Pienso que no es una historia, más bien creo que es como una especie de amenaza.

 

         ¿Una amenaza?

 

         Así es, la parte que dice… Y llegará el día en que todos lamentarán el haberse cruzado en mi camino… Para mí eso es como una especie de amenaza.

 

         Es posible que tengas razón, pero…

 

         ¿Pero qué?

 

         ¿A quién estará amenazando y por qué?

 

         No lo sé.

 

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         ¡Guau! Este es un lugar muy bonito.

 

         Sabía que te iba a gustar.

 

         La vista aquí es preciosa, esta es la segunda vez que puedo ver algo hermoso.

 

         ¿Qué fue lo que viste primero?

 

         Recuerdo que Yami me llevó en la noche a una especie de mirador para que yo pudiera ver las luces de la ciudad y ahí me dejó que volara por los alrededores.

 

         ¿Qué? ¿De verdad te dejó que te transformaras?

 

         Si. – Medio le sonrió.

 

         ¿Hasta cuándo aprenderá? Fue un irresponsable por haberte permitido hacerlo.

 

         Él lo hizo porque yo se lo pedí. – Expresó con la mirada agachada.

 

         Ni hablar, lo hecho, hecho esta.

 

         Me gustaría explorar el lugar.

 

         De acuerdo, puedes hacerlo. Pero no te alejes demasiado.

 

         No, no lo haré.

 

         En lo que tú andas por ahí, yo comenzaré a poner las tiendas de acampar antes de que oscurezca.

 

         Está bien. – Comenzó a caminar hacia el interior del bosque.

 

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         Gracias al incidente que tuvo mi primo, ya no me deja salir solo.

 

         Debes entender que él está muy preocupado por lo que le pasó.

 

         Eso lo sé muy bien, pero no se te hace raro que esos hombres lo buscaran a él y no a mí.

 

         ¿Por qué deberían de buscarte a ti?

 

         Mi primo me contó que es posible que busquen a Joey.

 

         ¿Y?

 

         No te das cuenta Noah.

 

         ¿De qué?

 

         Fui yo quien encontró a Joey.

 

         Ooohhh, es cierto, se me había olvidado.

 

         En verdad lo siento.

 

         ¿Por qué?

 

         Porque ya no podemos salir por las tardes.

 

         No te preocupes por eso Mokuba, ya tendremos tiempo para salir.

 

         Gracias por ser tan comprensivo.

 

         De nada.

 

         Noah…

 

         Dime.

 

         Cuando todo esto acabe, me gustaría poder hablar contigo.

 

         ¿Sobre qué?

 

         Quiero que sea una sorpresa.

 

         En ese caso, esperaré. – Le sonrió con cariño, haciendo sonrojar a su amigo.

 

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Horas más tarde…

 

         Ya se tardó, creo que lo iré a buscar antes de que caiga la noche. – Dejó lo que estaba haciendo para comenzar a caminar. Llevaba un buen rato buscándolo y al no encontrarlo empezaba a enfadarse. – Le dije que no se alejara demasiado. – Se decía así mismo. – Cuando lo encuentre me va oír. – Al cabo de una hora logró verlo a los lejos y apresuró el paso para llegar rápido. – ¿Qué crees que haces?

 

         Nada, solamente me detuve a observar el lago. Todo este lugar es muy bonito.

 

         Y eso que aún no has visto nada.

 

         ¿Hay lugares más bonitos?

 

         Si.

 

         ¿Me llevarás a ver esos lugares?

 

         Si, y también escalaremos ese monte. – Señaló el lugar.

 

         Se ve que es muy alto.

 

         Y lo es.

 

         ¿Cómo se llamas ese monte?

 

         Es el monte Fuji, y es el pico más alto de Japón.

 

         ¡Increíble!

 

         Me doy cuenta que te está gustando este viaje.

 

         Si, si me está gustando. – Sonrió de felicidad.


         Es hora de volver.

 

         De acuerdo.

 

Ambos caminaban en silencio, ninguno decía nada y cada quién estaba metido en sus propios pensamientos. Al llegar al campamento, el hombre le ofreció comida al joven.

 

         Aquí tienes.

 

         Gracias. – Agarró el plato con comida.

 

         Mañana nos levantaremos al alba para seguir visitando algunos lugares.

 

         Está bien.

 

         ¿Qué ocurre? ¿No te gusta la comida?

 

         No es eso…

 

         ¿Entonces?

 

         No tengo hambre.

 

         Eso mismo me dijiste en la mañana y casi no comiste, y ahora…

 

         Lo siento mucho. – Bajó la mirada.

 

El hombre se le acercó para ver lo que le pasaba.

 

         ¿Qué ocurre? – Le levantó la cabeza lentamente.

 

         Creo que no me siento bien.

 

         De seguro has de estar cansado porque caminamos mucho.

 

         Quizás sea eso. – Puso el plato en el suelo.

 

         ¿Te gustaría ir a descansar un poco?

 

         Pero… Si hago eso me perderé de la aventura.

 

         No importa, lo podemos hacer mañana.

 

         ¿En serio?

 

         Si.

 

         Siendo así, entonces me iré a descansar.

 

         Está bien, ve.

 

El joven se levantó para dirigirse a una de las tiendas de acampar y antes de irse dijo…

 

         Señor Kaiba…

 

         ¿Qué ocurre?

 

         Muchas gracias por haberme traído aquí.

 

         De nada, Joey.

 

         Sabe algo…

 

         ¿Qué?

 

         Es la primera vez que me siento libre.

 

El castaño lo volteó a ver sin decirle nada, el joven lo miró a los ojos y luego le sonrió. Posteriormente se fue a descansar.

 

 


Continuará…

 

 



N/A: ¿Por qué esos hombres habrán agredido al faraón? ¿Qué estarán buscando? ¿Tendrá razón Yūgi en decir que el libro no está completo? ¿A qué amenaza se estarán refiriendo? ¿Quiénes serán los villanos? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos.

 

Quiero agradecerles por todo el apoyo que me dan y por tomarse su tiempo en leer esta historia. Los invito para que el próximo viernes no se pierdan la continuación de esta interesante aventura. Me despido cordialmente de todos y cada uno de ustedes, les mando muchos besos virtuales y un fuerte abrazo de oso desde la distancia.

 

Atte.:

 

               KAT.


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