Capítulo 58: La primera impresión no siempre es agradable…
Declaimer:
Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!,
“No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor,
abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se
diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la
dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…
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Días después…
Buenos días.
Buenos días Rebecca, llegas justo a
tiempo.
¿A tiempo para qué?
Para que puedas desayunar con nosotros.
Ay don Solomon, no quiero causarles
problemas.
Tú no causas ningún problema.
Pero…
Nada de peros y desayuna con nosotros.
De acuerdo. – Le sonrió amablemente.
Antes de sentarte a la mesa, le podrías
avisar a Yūgi que la comida ya está lista.
Voy enseguida.
Te lo agradezco mucho.
En
cuanto la mujer se fue…
Desde que ellos hicieron las paces, los
he notado más unidos que antes.
Yo también me he percatado de eso, mi
querido Shādī.
En la habitación…
Buenos días, Yūgi.
Buenos días, Rebecca.
Tu abuelo dice que bajes a desayunar.
Iré enseguida.
¿Qué es lo que ocurre?
Mira. – Le muestra el objeto que tenía
en sus manos.
Ooohhh, hace siglos que no veía tu
medallón.
Olvídate de eso y míralo bien.
A ver, dámelo. – Se lo quita de sus
manos. – Se ve que lo tienes bien cuidado, hasta te tomaste el tiempo de
pulirlo.
Te equivocas, lo he tenido guardado en
una de las gavetas del closet y nunca me he tomado el tiempo de limpiarlo.
¿En serio?
Si. – La miró fijamente a los ojos.
Si es así, ¿por qué brilla tanto?
No lo sé.
Parece como si tuviera resplandor
propio.
Que coincidencia, fue lo mismo que yo
pensé.
Aguarda un segundo.
¿Qué?
¿Te acuerdas cuando comenzaba a
oscurecerse?
Como olvidarlo, ¿qué con eso?
Creo que está volviendo a suceder, la
única diferencia es que ahora emite una luz resplandeciente.
Supongo que tienes razón. – Se quedó
callado por un segundo. – Pero me pregunto, ¿por qué?
No lo sé. – Se lo entrega en sus manos.
Sabes…
¿Qué?
Estaba pensando…
¿En qué?
Nada, mejor olvídalo.
Anda, dime.
Es una tontería.
Yūūūgi…
De acuerdo, te lo voy a decir. –
Carraspeó un poco su garganta. – He estado pensando en que tal vez sea como una
brújula.
¿Cómo que una brújula? – Se abstenía
las ganas de reírse.
Que tal vez nos quiera indicar algo.
Si claro, sólo falta que me digas que
esta cosa nos va señalar lo que andamos buscando.
Bueno… Yo…
Oh vamos, por favor, ¿no estarás
hablando en serio?
Sabía que era una tontería.
Yūgi, escúchame por favor, lo que me
dices es absurdo, no puedes andar por la calle y señalando a cada persona que
veas.
Hmmm… Supongo que tienes razón. Aun así
pienso llevarlo conmigo a partir de ahora. – Se lo puso alrededor de su cuello.
Como quieras. Ahora bajemos a desayunar
porque muero de hambre.
Está bien, vamos.
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Hola, buenos días.
Buenos días Noah.
¿A qué se debe que vienes contento a la
escuela?
Esta mañana muy temprano, mi primo me
dijo que mi hermano llegará hoy por la tarde.
¿De verdad?
Si.
¿Vendrá con Joey?
Así es. – Le sonrió feliz.
Esa sí que es una buena noticia.
Lo sé, por esa razón es que me apresuré
en venir temprano a la escuela para contártela.
En ese caso le llamaré a mi padre para
que me dé permiso de irme a tu mansión después de la escuela.
Lo siento mucho Noah. – Manifestó
melancólico.
¿Por qué dices eso?
Yami me pidió que no te dijera nada.
¿Por qué?
No lo sé.
De todas maneras te agradezco que me lo
hayas contado.
Pero…
Tranquilo, haré cuenta y caso que no me
has contado nada. – Le guiñó un ojo.
Muchas gracias Noah.
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En algún lugar de Japón…
Unos
hombres se encontraban en una casa hablando por teléfono, y al tener la llamada
en alta voz se podía escuchar la discusión que se tenían.
TODOS USTEDES SON UNOS INÚTILES.
Amo… Y señor…
CÁLLENSE, NO QUIERO ESCUCHAR SUS
ESTÚPIDAS EXCUSAS. LES ASIGNO UNA SIMPLE TAREA Y USTEDES PAR DE IDIOTAS LO
ECHAN TODO A PERDER.
No fue nuestra culpa. – Hablaban con
miedo.
No teníamos idea que ese hombre se
pudiera defender.
Nos logró dar una paliza…
¡SILENCIO! POR HABERME FALLADO VAN A
TENER QUE SUFRIR LAS CONSECUENCIAS.
Por favor…
Por favor, denos otra oportunidad.
Si, si, por favor amo y señor.
DENME UNA BUENA RAZÓN PARA QUE NO LOS
ANIQUILE AQUÍ MISMO.
Hemos planeado un plan que de seguro
resultará.
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja,
ja, ja, ja, ja… – Se escuchó una risa burlona. – ¿Dicen que tienen un plan?
Así es, amo y señor.
De acuerdo. – Su voz sonó amenazadora.
– Les daré una oportunidad, pero si fallan…
Le aseguramos que esta vez no
fallaremos.
Por su bien, así lo espero. – Colgó la
llamada.
¿Qué vamos hacer? – Preguntaba uno de
los hombres todo preocupado.
Algo se nos tendrá que ocurrir.
¿Qué?
¿Qué dijiste?
Entonces, ¿no tienes un plan?
Claro que no idiota.
¿Mentiste?
Miren idiotas, si mentí fue para salvar
mi pellejo y el de ustedes también.
¡Genial! Ahora sí que estamos muertos.
No.
¿Cómo qué no?
Si cumplimos con la orden, nuestro amo
y señor quedará tan complacido que hasta nos puede llegar a recompensar.
¿Y cómo se supone que la cumpliremos?
Si, ¿cómo?
De seguro ese hombre ya no saldrá solo
y estará más alerta.
Pueda que tengas razón, pero en cuanto
baje la guardia, le caeremos de sorpresa.
Por nuestro bien, espero que tengas
razón. – Se miraban unos a otros todos preocupados.
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Horas más tarde…
Ya deberían de estar aquí.
Tranquilízate Mokuba, de seguro que no tardarán
en llegar.
¿De verdad te dijo que viene con Joey?
Si.
Exactamente, ¿qué fue lo que te dijo?
Únicamente me llamó por teléfono para
avisarme que hoy venía a la mansión.
¿No te dijo por qué se tardó tanto?
No, sobre ese tema no hablamos casi
nada.
Baia, y yo que estaba a punto de
hacerte muchas preguntas.
Me doy cuenta que has extrañado mucho a
tu hermano, y a Joey también.
Si, los dos me han hecho mucha falta. –
Le sonrió con cariño.
Al
poco tiempo, la puerta principal comenzaba a abrirse, el primero en entrar fue
el chofer, luego el dueño de la mansión y por último su acompañante…
¡HERMANO! ¡BIENVENIDO A CASA! – Gritaba
de la emoción. – Joey, bienvenido. – Estaba a punto de tirársele encima para
abrazarlo.
¡NO TE LE ACERQUES! – Lo reprendió
molesto.
¿Qué? ¿Por qué? – Los miraba algo
preocupado.
Luego hablaremos. – Posteriormente
volteó a ver a su acompañante. – Ve a tu habitación a descansar.
¿De la forma que yo quiera? – Preguntó
con la mirada en el suelo.
Claro que sí, como tú quieras.
De acuerdo. – Al caminar, pasó de lado
del pelinegro sin ni siquiera mirarlo y mucho menos dirigirle la palabra.
Joey… – Musitó el joven.
Seto, tú y yo tenemos que hablar. –
Expresó el tricolor.
Lo haremos luego. – Le contestó
seriamente.
Continuará…
N/A: ¿Qué
tramarán esos sujetos? ¿Sobre qué quiere hablar Yami con su primo? ¿Por qué
habrá llegado de mal humor el gato pulgoso? Aunque si me lo preguntan, todo el
tiempo anda de mal humor… Aun así lo amooooooooooooooo… Cambiando de tema,
muchas gracias por tomarse su tiempo en leer esta historia y no perderse la
continuación que hago cada semana, gracias por todo su apoyo, si tienen dudas
no olviden dejar sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé. Los
invito para que el próximo viernes no se pierdan el siguiente capítulo.
Me
despido cariñosamente de todos y cada uno de ustedes, no sin antes mandarles
muchos besos virtuales y una súper mega abrazo de oso desde la distancia.
Cuídense mucho y pórtense bien.
Atte.:
KAT.
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