sábado, 12 de junio de 2021

SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…



Capítulo 111: Tú siempre serás mi cachorro…

 

 

Notas del capítulo: Cuando el amor de una pareja es sincera son capaces de superar cualquier obstáculo que se les presente en la vida, y entre ellos aprenden a resolverlos juntos. ¿Creen que exista el amor verdadero en la vida real? Si conocen de alguien dejen sus comentarios.

 

 

Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

 

******************************

 

Horas más tarde…

 

Un hombre se encontraba en su oficina pero en esta ocasión no estaba haciendo lo habitual sino más bien se había puesto a hacer otra clase de actividades.

 

         Eso es mi amor, a ver agarra mi dedito… ¡Muy bien! ¡Esa es mi niña! Ahora tu mi pequeño Seto. Ah, miren que fuerza tienen ya. – Jugaba con los niños. – No Kisara, eso no se hace, no jales de mis cabellos, le duele a papá, si, si, duele mi amor. – Su voz sonaba toda infantil. – Están creciendo muy rápido y dentro de poco ya podrán decir sus primeras palabras. Me pregunto, ¿quién de ustedes dos hablará primero? – Estaba en lo mejor de divertirse con sus hijos cuando el sonido del teléfono de su escritorio lo interrumpió. – Si diga.

 

         Disculpe que lo moleste señor Kaiba, acaban de llegar los nuevos inversionistas. – Se escuchaba la voz de una mujer del otro lado del teléfono.

 

         Bien, hágalos pasar.

 

         Sí señor.

 

En cuanto el hombre colgó el teléfono se levantó de la silla de su escritorio con sus hijos en brazos para irlos a poner a su cuna.

 

         Papá tiene que trabajar, no llores mi pequeño Seto, les prometo que me desocuparé rápido para seguir jugando con ustedes. Ya, ya mi niño. – Lo volvía a cargar en sus brazos para tranquilizarlo, en eso estaba cuando dos hombres entraban a su oficina.


         Buenas tardes señor Kaiba.

 

         Buenas tardes. – Respondió con seriedad.

 

         ¿Pero qué es esto? Aquí parece una guardería. – Manifestaba uno de los hombres.

 

         Señor Kaiba, ¿qué significa esto? – Le cuestionaba la otra persona.

 

         Como verán, estos son… – No pudo terminar de hablar porque fue interrumpido.

 

         Con todo respeto señor Kaiba, a nosotros nos informaron que usted es una persona bastante seria y formal a la hora de hacer negocios, también nos dijeron que usted no se distrae con nada y siempre está atento a escuchar las ofertas de sus clientes. Y lo que estamos viendo aquí es todo lo contrario a lo que nos han dicho.

 

El castaño seguía cargando a su hijo en sus brazos, si no fuera por él hace ratos que hubiera explotado mandando todos al diablo.

 

         ¿Qué derecho tiene usted de hablarme de esa manera? – Ponía el niño en su cuna al lado de su hermanita.

 

         Señor Kaiba, quiero que entienda que los niños son… Como decirlo para que no suene tan ofensivo…

 

         Son una molestia. – Intervino el otro hombre.

 

         Ah sí, gracias, son una molestia, sólo sirven para distraerlo de sus obligaciones, en otras palabras son un estorbo que no sirven para nada. Si yo fuera usted los mandara a sacar inmediatamente de aquí. – Demandaba el recién llegado con autoridad. – Dese cuenta que no son más que unos mocosos culo cagados, ahora imagínese si serán hijos de algún doncello repugnante por ahí. ¡Qué horror! No me gustaría saber que usted le sirve de niñera a uno de esos. – El castaño rechinaba los dientes con fuerza y al mismo tiempo apretaba sus manos con fuerza haciéndolas puño.

 

         “Si este maldito desgraciado sigue abriendo su estúpida boca para decir más estupideces personalmente lo sacaré de aquí a patadas”. – Pensaba para sí mismo.

 

         Lo que mi colega quiere decir es que los doncellos son una vergüenza para nuestro género, para la mujer y para toda la raza humana. Los hijos de doncellos no son muy bien visto en nuestra sociedad.

 

         Estoy de acuerdo con lo que acaba de decir mi socio, aunque viéndolo desde el otro lado de la moneda, los doncellos para lo único que sirven es para que nos podamos divertir y satisfacernos cuando nos llegan a aburrir las mujeres, son tan sumisos que podemos tratarlos como se nos dé la gana, están hechos para aguantar cualquier tipo de maltrato y golpes que le demos, sin mencionar que siempre están dispuesto a ser nuestra puta en la cama. Es tan divertido maltratar a los doncellos que hasta se ha convertido en un pasatiempo.

 

         ¿Te acuerdas cuando salías con aquel doncello?

 

         Como olvidarlo, fue tan estúpido que creyó que lo nuestro era serio y que me iba a casar con él. Fue tan idiota al desafiarme y por eso obtuvo su merecido, aprendió tanto la lección que hasta llegó a pedirme perdón de rodillas.

 

Ambos hombres se reían burlonamente.

 

         Pero bueno, creo que nos hemos salido demasiado del tema.

 

         Tienes razón amigo, quizás el señor Kaiba tenga una buena explicación del por qué tiene a unos bodoques con patas dentro de su oficina.

 

         El punto es que nos interesamos en invertir en su compañía porque es una de las mejores a nivel mundial, y como hemos escuchado buenas referencias de parte suya fue que nos animamos a viajar hasta la Ciudad Domino para conocer la clase de inversión que vamos hacer.

 

         Si eso era todo lo que van a decir únicamente les voy a pedir una sola cosa. – Su voz sonaba calmada e intimidante a la vez.

 

         Antes que nos la pida, podría sacar esas dos basuras que tiene ahí. – Señalaba los bebés de manera despectiva. – En lo personal me desagradan los niños, sólo sirven para mearse, cagarse, llorar, joder, comer, vomitar y destruirle la vida a cualquier hombre de negocio.

 

         Está bien, les concederé su deseo. – Sonrió con maldad en lo que caminaba a su escritorio, agarró el teléfono para luego apretar un botón. – Roland, quiero que vengas a mi oficina de inmediato y por favor ven acompañado por dos guardaespaldas más.

 

         Sí señor. – Se escuchó del otro lado del teléfono.

 

En menos de cinco minutos entraban tres hombres a la oficina del CEO.

 

         Creo que ha exagerado señor Kaiba.

 

         Para sacar a dos engendros como esos no era necesario llamar tantos guardaespaldas.

 

         ¿Qué desea señor?

 

         Retírame a estas dos basuras de aquí inmediatamente.

 

         A sus órdenes señor.

 

         OIGA, ¿QUÉ LE PASA?

 

         QUÍTEME LAS MANOS DE ENCIMA. – Gritaban ambos hombres.

 

         ¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?

 

         ¿CÓMO SE ATREVE A TRATARNOS ASÍ SEÑOR KAIBA?

 

         No pienso ni debo hacer ninguna clase de negocios con unas ratas como ustedes, así que pueden largarse por donde vinieron.

 

         ESTÁ COMETIENDO UNA GRAN EQUIVOCACIÓN.

 

         ES QUE NO SE DA CUENTA QUE NUESTRA INVERSIÓN TAMBIÉN LE PUEDE TRAER GRANDES BENEFICIOS PARA USTED Y SU EMPRESA.

 

         NO ME INTERESA, AHORA SÁQUENLOS DE AQUÍ. – Gritó furioso provocando que los bebés se asustaran.

 

         A la orden señor.

 

Una vez que salieron, el ojiazul se acercó a sus hijos para calmarlos.

 

         Perdónenme por haberlos asustados, ya mis amores, ya no lloren. – Los cargaba en sus brazos. – Papi ya no está enojado porque ya se fueron esos hombres feos y malos. – Los niños se fueron tranquilizando poco a poco.

 

******************************

 

         ¿Estás bien?

 

         Si.

 

         Me preocupé al verte salir un poco serio.

 

         Es que sentí que la terapia de este día fue bastante fuerte, la verdad es que el Licenciado Shada me dio un buen regaño. – Tenía la mirada en el suelo.

 

         ¿Y ese regaño fue a mi favor o fue a tu favor? – Trataba de animarlo un poco.


         Fue a tu favor. – Musitó.

 

La otra persona lo agarró del mentón para que lo viera a los ojos.

 

         Déjame decirte que yo también tuve mi regaño.

 

         ¿De verdad?

 

         Si, y fue a tu favor. – El joven albino sonrió ante las palabras de su novio. – Me gustas más cuando sonríes mi amor.

 

         No digas eso Baki que me apenas.

 

         Únicamente te digo la verdad. ¿Te gustaría ir a almorzar conmigo?

 

El otro se quedó pensando por un buen rato.

 

         ¿Sabes que me gustaría?

 

         A ver dime, que te gustaría.

 

         Quiero que vayamos a tu departamento para poderte cocinar.

 

         ¿Estás seguro?

 

         Si.

 

         En ese caso vamos.

 

         Baki.

 

         Dime.

 

         Hay algo que he querido preguntarte.

 

         Pregúntame lo que quieras.

 

         ¿Por qué decidiste ayudar a Yūgi?

 

El hombre detuvo su caminar al escuchar la pregunta, y volteándose para ver a su novio le respondió.

 

         Tú conoces muy bien mi pasado y por ende sabrás como fue que hice mi fortuna, y la logré hacer matando a muchas personas, por esa razón… – El joven prestaba atención a lo que su pareja le decía. – Es que gracias a ti puedo usar ese mismo dinero para salvar una vida y no para quitarla.

 

         ¿De verdad estás hablando en serio? O solamente me lo dices para quedar bien conmigo.

 

         Yo no necesito quedar bien contigo, porque no tengo nada que demostrarte, así que por ende estoy hablando muy en serio.

 

         Muchas gracias por decirme la verdad.

 

         Ryou, si has decidido en darle una oportunidad a nuestra relación la base fundamental es hablar siempre con la verdad.

 

         Tienes toda la razón, aunque te recuerdo que no salvarás una vida sino más bien dos.

 

         Es verdad. – Acarició su mejilla suavemente.

 

         Es mejor que caminemos o se nos hará tarde. – Manifestó todo sonrojado.

 

         Está bien, vamos.

 

******************************

 

En algún lugar de Ciudad Domino…

 

         Tuviste buena idea en llamarle al Doctor Mahādo para que me viera hoy y no mañana.

 

         Quise aprovechar este momento en que estaría contigo, porque mañana no te iba a poder acompañar.

 

         Eres un amor Noah. – Le da un beso en los labios.

 

         Afortunadamente el Doctor Mahādo nos verá después del almuerzo.

 

         Si, tuvimos mucha suerte de que uno de sus pacientes cancelara su cita.

 

         Es verdad.

 

         Gracias por haber estado conmigo durante todo el día.

 

         No tienes nada que agradecer Mokuba.

 

         No sé por qué últimamente he estado cambiando de humor, a veces estoy alegre y a veces triste, pero otras veces me dan ganas de llorar.

 

         Creo que tiene que ver con los síntomas del embarazo, pero para estar más seguro se lo podemos preguntar al Doctor cuando pasemos consulta.

 

         Está bien Noah, y gracias por haberme sacado a pasear.

 

         No tienes nada que agradecer mi amor, quiero que estés lo más tranquilo posible y que nuestro hijo se sienta muy consentido.

 

         Me muero de ganas por saber qué será.

 

         La verdad es que yo no quiero saber.

 

         ¿Por qué? – Cuestionó sorprendido. – ¿No te interesa saber el sexo de nuestro hijo?

 

         No me mal entiendas Mokuba, claro que quiero saber, pero me gustaría que fuera una sorpresa y descubrirlo hasta que nazca.

 

         ¿No tienes curiosidad?

 

         Presupuesto que sí, pero como te dije anteriormente prefiero descubrirlo cuando nazca.

 

         Está bien, voy a respetar tu decisión.

 

         Muchas gracias Mokuba.

 

         Te amo mucho mi amor.

 

         Y yo a ti. – Le da un beso en los labios. – ¿Dónde te gustaría almorzar?

 

         ¿Y si nos vamos de una vez al hospital y comemos en la cafetería?

 

         No, deseo que vayamos a otra parte.

 

         Pero…

 

         Por el dinero no te preocupes.

 

         Pero…

 

         Tú dime a dónde quieres ir.


         ¿Estás seguro?

 

         Si.

 

         De acuerdo, he oído que por aquí cerca hay un restaurante en donde venden variedad de comida y deliciosos postres. La verdad es que se me atoja comer espagueti Alfredo con pollo, jamón, albóndigas, salsa boloñesa encima, acompañado de jugo de limón, salsa picante, unas gotitas de aceite de oliva y además que lleve una deliciosa crema chantilly acompañada de muchas pasas, y si es posible un filete de pescado con abundante ajonjolí encima, salsa de hongos acompañada de una deliciosa crema de ajo, semillas de marañón, pistacho y unos cortes de manzana verde. – El peliverde estaba boquiabierto al escuchar los antojos de su novio. – Y como postre quiero una enorme rebanada de pastel de chocolate que lleve fresa, mora, melocotón, arándanos, banano, salsa agridulce revuelta con miel de abeja y jalea de piña.

 

         Perdón amor, pero creo que ya se me quitó el hambre.

 

         NOAH. – Gritó algo molesto.

 

         Sólo bromeaba, vamos a donde me dijiste y preguntaremos todo lo que me has mencionado.

 

         Está bien. – Contestó apenado.

 

         Hey, no pongas esa cara amor, perdóname por lo que dije hace rato, fui un tonto.

 

         Está bien mi amor, te perdono.

 

         Gracias mi vida. – Le da un beso en los labios. – A ti también te pido perdón mi niño hermoso. – Le acariciaba la pancita suavemente.

 

         Noah.

 

         Dime amor.

 

         ¿Y si es niña?

 

         Si es niña también le pido perdón. – Se agachó para darle un beso en la pancita de su novio.

 

******************************

 

Horas más tarde…

 

Un hombre caminaba por uno de los pasillos del hospital y a la vez hacia lo posible por tranquilizarse, aún seguía molesto por el incidente que pasó en la mañana al llegar esos dos hombres a su oficina.

 

         “Tengo que calmarme antes de llegar a verlo, definitivamente no puedo entrar de esta manera”. – Pensaba para sí mismo. – Esos malditos idiotas, cómo se atrevieron a insultar a mis hijos, y lo peor es que se jactaron de tratar mal a los doncellos, más no saben que son personas de nobles sentimientos. – Suspiró profundamente para serenarse, se quedó parado por un buen rato y luego abrió la puerta para poder entrar al lugar. – Hola mi amor, aquí me tienes tal y como te lo prometí que te iba a visitar todos los días. Déjame contarte que nuestros hijos están bien, están creciendo muy rápido, todavía no puedo creer que ya tengan tres meses y medio, y es el mismo tiempo en el que tú aun no despiertas. – Hacía lo posible para que su voz no se le quebrara. – Kisara y el pequeño Seto ya me toman los dedos de mi mano, a Kisara le gusta jalar de mis cabellos y el pequeño Seto le encanta agarrar su juguete para después tirarlo al suelo. Ambos niños se empujan con las piernas apoyando los pies cuando se le coloca sobre una superficie firme, ya empiezan a reconocer a las personas que viven en la mansión, aunque Kisara sigue todavía de huraña. – Medio sonrió. – No tienes idea de la falta que me haces, a veces traigo a nuestros hijos para que puedan estar un ratito contigo, y cuando se tienen que ir se ponen a llorar, es como que si no quisieran dejarte solo. Mokuba ya lleva cuatro meses y medio de gestación, él es feliz junto a su novio Noah, se ven que ambos se llevan bien, también me mandó algunas fotografías tuyas en donde te celebraban tu Baby Shower y donde celebraban la cena de navidad. – Sin poderlo evitar sus ojos comenzaron a humedecerse. – Cada vez que miro esas fotografías me hacen pensar lo estúpido que fui, debí de haber estado contigo en todo momento, y sin embargo no estuve a tu lado. Te vez lindo estando embarazado, y en esas fotos sales sonriendo muy contento, pero detrás de tu sonrisa ocultas una inmensa tristeza, y yo soy el causante de esa tristeza. Si no hubiera sido tan estúpido quizás nada de esto habría pasado, y estarías a mi lado disfrutando de nuestros hijos. – Se quedó callado por un segundo. – Por primera vez pasé una navidad sin ti, y por si eso no fuera poco en ese tiempo no me llevaba con mi hermano, no te imaginas como se sentía la mansión toda vacía y lúgubre adornada solamente con luces navideñas y el enorme dragón blanco de ojos azules brillando en lo alto, pero faltaba lo más importante… Faltabas tú y mi hermano. La verdad es que fue la peor navidad que he tenido en mi vida, y sabes por qué… Porque sin cachorro… No hay navidad.  – Tragó saliva en seco para continuar hablando. – A quien trato de engañar, la verdad es que no te merezco cachorro, el sólo recordar cuántas promesas te he roto se me parte el corazón. Hace poco estuve viendo el álbum de fotografías de nuestra luna de miel, llevábamos varios días de estar en París, y ahí solía hablarte de un magnifico lugar llamado: Islas Seychelles, te presumía que era una isla muy bonita en donde podríamos haber terminado nuestra luna de miel. Pero como siempre lo eché todo a perder, porque una semana antes de viajar recibí una llamada para terminar de cerrar un negocio sumamente importante, por lo que tuve que cancelar nuestra luna de miel con la promesa de que te lo iba a compensar. – Sentía un gran nudo en su garganta. – Los años pasaron y nunca te lo compensé, y sin embargo tu nunca me lo echaste en cara ni tampoco me reclamaste del por qué había estropeado nuestra luna de miel. No he sido más que un tonto. La ambición y el poder me cegaron tanto que ya casi no te prestaba atención, casi no te veía ni te hacia el amor, solía llegar noche a la mansión y tu como siempre me recibías con una amplia sonrisa, en cambio yo te hacia a un lado diciéndote lo cansado que venía y que no tenía humor para nada, que si tenías algo que decirme que lo podíamos hablar en la mañana. Una mañana que nunca llegaba. – Apretaba sus manos sobre sus piernas con todas sus fuerzas. – Cuando la empresa entró en crisis fue ahí que más me dedicaba a trabajar buscando la manera de poderla fortalecer para que siguiera siendo la número uno en todo el mundo… ¿Y todo para qué? Para llegar a perder lo más valioso que tenía en la vida, para desilusionarte, lastimarte y romper tu corazón varias veces, ahora me doy cuenta que he sido un grandísimo tonto. – Cerró sus ojos con fuerza tratando de tranquilizarse, su cuerpo temblaba debido al llanto. – Ni con toda mi fortuna iba a poder recuperar lo más valioso de mi vida, y que estaría solo pagando las consecuencias de mis actos, no iba a ver nadie que pudiera tenderme una mano… Esas fueron las palabras de mi hermano, y tenía razón… Demonios, ¿por qué no lo escuché? ¿Por qué no le presté atención a sus advertencias? ¿Por qué no fui a buscarte desde el comienzo? No tienes idea de lo arrepentido que estoy, perdóname por favor. Hoy comprendo las palabras de Marik y de Mokuba cuando ellos me decían que no te merezco, y que a la larga no cumplía con mis promesas y tú siempre te quedabas callado quizás esperando a que cumpliera con algunas de ellas, y aun así seguías confiando en mí. Tanta es la confianza que me tenías que me encargaste a nuestros hijos para que cuidara de ellos, creo que es la única promesa que no he roto. – Se limpiaba las lágrimas con sus manos. – Perdóname por haberte hecho la vida imposible, perdóname por ponerte condiciones absurdas en la demanda del divorcio, mi único objetivo era que tu llegaras a verme, que llegaras todo enojado reclamándome el porque te pedía todas esas cosas, mi intención era mirarte por última vez, y escuchar tu voz una vez más. Sin embargo no tenía idea de que por esa estupidez casi pierdes la vida y a tus bebés. – No pudo más y comenzó a llorar desconsoladamente. – No quiero perderte, te amo cachorro, no te imaginas la angustia que tengo que pasar a diario preguntándome una y otra vez, ¿qué pasará cuando logres despertar? ¿Querrás volver a estar a mi lado? ¿Podrás perdonar a este idiota? ¿Me darás una segunda oportunidad? La verdad es que tengo miedo de que ahora seas tú el que quiera divorciarse de mí, el que seas tú que no me permita ver a mis hijos, no podría vivir sin esos pequeños angelitos, mi vida no sería la misma sin ellos y sin ti. No quiero perderlos, ustedes lo son todo para mí, quiero que entiendas que eres el único que le da calor, color y alegría a mi vida, eres el único que sabe entenderme, escucharme y soportar mi mal humor, te necesito cachorro, por favor no te apartes de mí lado, esta vez déjame compensarte todos mis errores, déjame demostrarte que si cumpliré con todas mis promesas, y que esta vez no pienso dejarte solo, porque tú lo eres todo para mí. ¿Qué haría yo sin ti? ¿Qué puedo hacer para volverme a ganar tu perdón? Por favor cachorro, abre tus ojos, ¿es que de verdad no quieres verme? Porque yo si muero por abrazarte, besarte, tocarte, oír tu voz y ver esos ojos mieles que tanto me gustan. – Agarró su mano suavemente para llevársela a su mejilla y ahí darle un beso. – Por favor, vuelve a mi lado, si despiertas te prometo que nada ni nadie nos volverá a separar jamás, esta vez lucharé con todas mis fuerzas para enamorarte de nuevo, tal y como lo hice en aquella ocasión, ¿te acuerdas? ¿Recuerdas cuando fue nuestra primera cita? ¿Recuerdas cuando te me declaré? ¿De cuáles fueron mis palabras? ¿Y de cómo me sentía nervioso al estarte confesando mi amor? Ese día te repetía una y otra vez que tú… – Se quedó callado por un buen rato, tenía la cabeza agachada apoyando su rostro en la mano de su esposo, tratando inútilmente de calmar su llanto, tan metido estaba en sus pensamientos hasta que una débil voz los sacó de ellos.

 

         Tú siempre serás mi cachorro…



Continuará…


 

 

N/A: ¿Qué creen que vaya a pasar? ¿Desean que queden juntos? ¿Qué quieren que sea el bebé de Mokuba, niño o niña? ¿Hizo bien el neko al defender a sus hijos de esos hombres? Como que Noah metió las cuatro la decir que ya se le había quitado el hambre… XD… Todo esto y más lo iremos descubriendo en el siguiente capítulo. Los invito para que no se pierdan la continuación de esta interesante historia, no olviden dejar sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

 

Me voy despidiendo cariñosamente de todos y cada uno de ustedes, cuídense mucho y pórtense bien, no salgan de casa al menos que sea estrictamente necesario. Les mando muchos besos virtuales y una súper mega ultra abrazo virtual desde la distancia.

 

Atte.:

 

              KAT.

 

 

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario