viernes, 13 de marzo de 2020

SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…






Capítulo 7: Sueños de adolescentes.


Notas del capítulo: Todas las personas cuando llegan a cierta edad, empiezan por hacer planes en sus vidas, estos planes se convierten en sueños, objetivos y metas que se proponen a realizar. Pero con el paso del tiempo, muchos de los jóvenes no logran a realizar sus sueños, unos se dan por vencidos, otros siguen luchando por tratar de salir adelante, y habrá muchas razones, motivos o circunstancias de las cuales no cumplen con sus metas propuestas. Lo mejor es: No darse por vencido jamás. Porque cuando se comienzan a hacer los planes en la vida, así también debemos de luchar por conseguir nuestras metas y poder llegar hasta el final, un final en el cual, la persona quede satisfecha de lo que fue y ha sido su vida. En ocasiones, encontraremos más de un amigo/a que nos tienda una mano, pero otras veces, sólo encontraremos personas que lo único que desean es vernos derrotados. Por ende, nunca debemos de perder la fe y las esperanzas…


Notas del fanfic: Antes de comenzar, quiero hacer una pequeña aclaración, este capítulo es algo así como un pequeño relleno que servirá para aclarar algunas dudas, obviamente que no todas. No me gustaría descubrir el pastel antes de la fiesta. Sólo espero no confundirlos, pero si en algún momento se pierden y no logran entenderme, bastará únicamente que me dejen sus comentarios y yo con gusto les aclararé todas sus dudas.


Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor. Pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Me fascina inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^


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9 años atrás…

            “Escuchaba un sonido muy fuerte, por más que intentaba abrir mis ojos sentía que no podía hacerlo y enterraba mi cara en la almohada”. – Pensaba un joven que aún estaba somnoliento. – “Esa maldita campana del demonio por qué no se calla… Luego, dejé de escuchar ese detestable ruido y oía entre sueño que alguien me hablaba suavemente al oído.

            Cariño, levántate ya, o se te hará tarde. ¿Hijo, me estás escuchando?

            ¡Grrr! ¡Grrr…!

            Amor, despierta, anda hijo, no quiero que llegues tarde a la escuela.

            “Comencé a abrir mis ojos con pesadez, y lo primero que vi fue el rostro de una bella mujer, siempre que la  veía me sentía muy feliz… Me estiro un poco sobre la cama y bostezo con todas mis fuerzas, me siento en la orilla de la cama, y le doy mi mejor sonrisa diciéndole”:.. Buenos días madre.

            ¡Baia! Hasta que finalmente te despiertas. – Finge estar enojada.

            Lo siento mucho madre, la verdad es que me siento cansado.

            Hijo mío, no me gusta que trabajes tanto, no ha de ser nada fácil para ti estudiar y trabajar al mismo tiempo. – La mujer acaricia su rostro con ternura.

            ¿Pero qué cosas dices mamá? Sabes muy bien que eso no es cierto. – Toma su mano para acariciarla y darle un beso.

            Será mejor que te apresures a cambiarte o llegarás tarde a la escuela.

            Claro madre, enseguida estaré listo.

            De acuerdo, te espero abajo para que puedas desayunar.

Veinte minutos después…

            Apresúrate hijo, no quiero que te vayas sin desayunar. – Le grita la mujer desde la cocina.

            “Estaba por entrar al comedor cuando en eso escuché una voz detestable para mí”.

            A veces pienso que consientes demasiado a ese holgazán. Yo que tú, no le tuviera tantas consideraciones.

            No digas eso querido amigo, mi hijo es un buen muchacho, si tú lo vieras en todas las cosas que me ayuda, casi ni me deja hacer nada. – La mujer le sonríe cariñosamente a su amigo.

            Deberías de aprender modales muchacho, es que acaso tu madre no te ha enseñado a saludar. – Lo reprendió en cuanto lo vio entrar.

            Con todo respeto Señor, a mi madre no la meta en esto, si saludo es porque quiero y si no, simplemente no lo hago. – Respondió fastidiado.

            ¡Pero qué atrevido! Maldito mocoso ahora verás. – El hombre se levantó de su silla, y se dirigió al joven para poder golpearlo pero se detuvo al escuchar una voz diciendo.

            ¡No te atrevas a golpear a mi hijo! Sólo déjalo en paz.

            Está bien, sabes que por ti, yo haría cualquier cosa.

            Hijo, ¿a dónde vas?

            Perdóname madre, pero no me sentaré a comer estando él aquí.

            Espera por favor. – La mujer intentó seguirlo pero el hombre se lo impidió.

            Déjalo que se vaya Victoria, al fin y al cabo no es más que un mal agradecido.

            Sabes muy bien que eso no es cierto, lo mejor sería que tú lo comprendieras un poco, bien sabes que desde que su padre murió, ya no volvió a hacer el mismo.

            Pero eso sucedió hace varios años, ¿no crees que ya es tiempo de que lo supere?

            Tal vez tengas razón. – Bajó un poco la mirada. – “Pobre hijo mío, no me imagino lo que debe de estar sufriendo”. – Esto último lo pensó para sí misma.


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En algún lugar de Ciudad Domino…

            ¡Yūgi! ¡Hey, Yūgi! Espérame por favor.

            Hola, ¿qué tal Tea?

            Buenos días Yūgi. – Decía un poco cansada. – Pensé que nunca te iba a alcanzar.

            Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, pero ya ves que si pudiste alcanzarme.

            ¡Oye! No te burles de mí. – La chica empezó a hacer pucheros infantiles.

            De acuerdo tranquila, no es para que te enojes.

            Hay Yūgi, bien sabes que nunca me enojaría contigo… Por cierto, ¿no sabes si los demás quedaron en nuestro salón de clases?

            No, la verdad es que no lo sé, yo espero que hayamos tocado juntos en este año.

            Sí, yo también lo deseo.

            Será mejor que nos demos prisa, si es que no queremos llegar tarde.

            De acuerdo, vamos.


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Horas más tarde…

            Buenos días amigos.

            Muy buenos días Tristán.

            Que emoción, volvimos a estar juntos en este año.

            Tú te alegras por todo Tea.

            Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. – Comenzaron a reír todos, mientras que la castaña se sonrojaba.

            A todo esto, te salvaste por un pelo amigo.

            Es verdad, casi llegas tarde en tu primer día de clases Joey.

            ¡Oh, vamos amigos! No es para tanto, logré entrar justo a tiempo.

            Por poco, y te ganas tu primer castigo Joey. – Lo reprendía la castaña.

            Joey, ¿no crees que sea demasiada carga para ti? Eso de trabajar, y estudiar al mismo tiempo.

            ¡Shhhh! Calla Yūgi, alguien te podría oír. Además, no olviden que dentro de poco cumpliré 15 años, ya no soy un niño, llegó el momento de ayudarle a mamá un poco, ¿no creen?

            Sigues siendo el mismo cabeza dura de siempre Joey, mira que si el Director se entera que estás trabajando podría expulsarte de la escuela, ya que a los alumnos no se les permite trabajar mientras van a la escuela.

            Tea, tiene mucha razón Joey, podrías buscarte muchos problemas por lo que estás haciendo, aún eres menor de edad.

            Muchas gracias por preocuparse por mí, en verdad se los agradezco chicos, pero ustedes saben los verdaderos motivos que tengo para hacerlo.

            Lo único que te podemos decir, es que no descuides tus estudios, o levantaras sospechas.

            Pero Yūgi, Joey nunca levantaría sospechas si va mal en clases, con la única forma que levantaría sospechas es que si fuera muy bien en sus estudios.

            Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. – Se reían todos al unísono.

            Muy gracioso Tristán, no le veo la gracia. – Expresaba molesto.

En ese momento sonó el timbre de la campana, anunciando que el primer recreo había terminado. Todos los alumnos se dirigían a sus respectivos salones para continuar con las clases.

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En otro lugar…

            Por favor Victoria, no estés enojada conmigo.

            ¿Y cómo no voy a estarlo? Después de lo que ocurrió en la mañana, intentaste golpear a mi hijo.

            ¡Oh, vamos, por favor! Tu bien sabes que soy incapaz de lastimar a tu hijo, mucho menos de golpearlo. – Medio sonreía con falsedad.

            Entonces explícame, ¿por qué hiciste eso? Si yo no te digo que te detengas lo hubieras lastimado.

            Eso no es del todo cierto, solamente quería asustarlo un poco. Además, no viste la manera en cómo me trató.

            Te recuerdo que tú mismo lo provocaste.

            Bueno ya, si te hace feliz, en cuanto llegue de la escuela le pediré perdón. ¿Qué te parece?

            ¿Es en serio?

            Tienes mi palabra.

            ¡Oh, gracias Valon! Yo lo único que deseo es que ustedes dos se lleven bien, por favor amigo, porque no tratas la manera de llevarte bien con él, Joey es un buen muchacho, de buenos sentimientos, y con un corazón de oro.

            Si claro, lo que tú digas Victoria. Bueno, será mejor que me vaya, vendré esta noche para que los tres cenemos juntos, y así aprovecharé para poderme disculpar con Joey.

            ¡Oh Valon, eres un amor! No sabes cuánto te lo agradezco, eso va a significar mucho para mí que ustedes hagan las paces.

            Lo que realmente deseo es verte feliz mi querida Victoria.

La mujer no dijo nada y solamente lo vio marcharse.


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La mañana pasó volando, y al sonar el timbre de la escuela, el primero en salir corriendo era un joven de hermosa cabellera dorada, piel blanca, y estatura media, sus amigos se reían al verlo salir rápidamente, y cuando el docente preguntaba del por qué salía así, ellos se inventaban una excusa. Obviamente, tenían el pretexto perfecto  para no meter en problemas a ese chico alocado que disfrutaba mucho de la vida.

            Buenas tardes Señor Arkana, ya llegué.

            Llegas puntual como siempre muchacho, necesito que vayas a la cocina y le ayudes a Aknadin.

            Voy en seguida señor.

            Hola Aknadin, el señor Arkana me dijo que necesitas ayuda.

            Hola Joey, llegas justo a tiempo, hoy tendremos una tarde muy ajetreada.

            ¿Y eso? ¿Por qué?

            ¿No me digas que se te olvidó Joey? – El joven se quedó callado al ver a su compañero de trabajo algo confundido. – Joey, recuerda que hoy debemos de entregar los 300 platos de comida que nos encargaron para la fiesta de esta noche.

            ¡Oh, rayos! Lo había olvidado por completo.

            Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ¿en qué mundo vives?

            Lo siento mucho. – Respondió con una sonrisita de lo apenado que estaba. – Bueno, en ese caso hay que ponernos a trabajar muy duro para cumplir con ese pedido.

            Así se habla amigo.


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Casa de Yūgi…

            ¡Baia! Esta vez corrimos con mucha suerte amigos.

            Así es Tristán, por un pelo pensé que el profesor no nos iba a creer ni una sola palabra.

            Amigos cálmense, por fortuna, toda la escuela sabe sobre el problema que tiene Joey.

            Pobre, a veces siento pena por él.

            ¿Pero qué dices Tea? Nuestro amigo lo que menos quiere es nuestra lástima, en vez de decir eso, lo mejor será que lo sigamos apoyando como hasta ahora lo hemos hecho.

            Tristán, tiene razón Tea.

            Pero Yūgi… No me parece justo que él tenga que trabajar.

            Tu misma lo escuchaste, lo hace para ayudar a su madre, últimamente ella necesita de otros medicamentos que al parecer son más caros, y obviamente ellos no pueden costear esa cantidad de dinero.

            Eso lo sé muy bien Yūgi. – Sonó un tanto preocupada.

            Y también no olvidemos ese sujeto que llega todos los días a su casa.

            Tristán, ¿te refieres al amigo de la madre de Joey?

            Sí, no sé por qué pero ese sujeto no me agrada en lo absoluto, no después de lo que le hizo a Joey.

            Es verdad, el pobre tuvo que soportar sus golpes, y prefirió callar para no alterar a su madre. Yo en su lugar no me hubiera quedado callada, y se lo hubiera dicho a mi madre para hacerle ver de una vez por todas que él no es ningún santo como aparenta.

            Quizás yo también hubiera hecho lo mismo Tea, pero en el caso de nuestro amigo es totalmente diferente.

            Bueno, basta de caras tristes, como sus amigos lo mejor será apoyarlo en todo lo que el necesite, le haremos saber que siempre puede contar con nosotros incondicionalmente.

            Bien dicho Yūgi.


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En el restaurante…

            Aknadin, acabo de terminar de pelar, y picar todas las verduras que me dijiste.

            Buen trabajo Joey, ahora necesito que vayas al supermercado, y me traigas algunas cosas que me hacen falta. Te daré la lista y le dices al Señor Arkana, que me urgen para completar el pedido.

            De acuerdo.

            Aquí tienes la lista, por favor no te tardes.

            Descuida, te prometo que no me tardaré.

            Muchísimas gracias Joey, en verdad que eres de gran ayuda, anda vete ya.

Se dirigía rápidamente al supermercado para completar la lista que su amigo le había dado, en el camino no supo por qué, pero a su mente se le vino el recuerdo de una persona que hacía mucho no lo veía.

            Nunca olvidaré el día que te conocí, y sin decírselo a nadie te fuiste al extranjero. – Suspiró melancólico. – Soy un tonto el haberme enamorado de ti, si lo único que hacíamos era pelear, y agredirnos todo el tiempo con palabras. Y sin darme cuenta, me enamoré de ti.

Comenzó a recordar ese día que había sido tan especial para él…


FLASH BACK

5 años atrás…

            Se puede saber, ¿por qué diablos estás llorando perro?

            ¿Quién eres?

            Insolente, aquí las preguntas las hago yo. – Contestó un niño un poco mayor que el otro.

            Por favor váyase, quiero estar solo.

            Deberías de irte a lloriquear a otra parte perro.

            Yo no soy ningún perro para que me diga así. En todo caso, esta es una escuela, y puedo estar donde se me dé la gana. – Contestó molesto.

            Para mi desgracia estamos en la escuela, pero por si no lo has notado perro estúpido, estas en la zona donde los estudiantes van a grados mayores que tú. No deberías de estar aquí perro.

            Porque no simplemente me deja en paz.

            No eres más que un perro llorón, lo más seguro es que te escondes para que no te encuentren, eres un cobarde, huyes con el rabo entre las patas.

            ¡YO NO SOY NINGÚN PERRO COBARDE! Y NO ME ESCONDO DE NADIE. – Gritó enfadado.

            Haz lo que quieras, al fin y al cabo, si uno de los docentes te ven aquí tú serás perjudicado.

            Espere por favor…

            ¿Ahora qué quieres?

            Quédese conmigo por favor. – Lo miró tristemente.

            ¡Ja! ¿Qué no querías quedarte solo? – Preguntó con sarcasmo.

El niño volvió a bajar su cabeza, abrazó sus piernas, y ocultando su rostro comenzó a llorar. El otro joven dio un fuerte suspiro, y no teniendo otro remedio se sentó en el suelo a la par de él.

            ¡Por un demonio! ¿Quieres dejar de llorar perro?

            Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Yo… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Yo… Lo siento mucho… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Vine hasta acá porque no quería que mis amigos me vieran así… Snif, snif, snif, snif, snif, snif…

            Lo sabía, si te estás ocultando, ¿verdad? – Respondió algo molesto.

            Snif, snif, snif, snif, snif, snif… No… Yo no tengo problemas con nadie si es lo que usted piensa… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… – Levantó su cabecita para verlo a los ojos.

            ¿Entonces?

            Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Hoy… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… – Sentía un gran nudo en su garganta. – Hoy es el cumpleaños de mi padre, y han pasado cuatro años desde que falleció y lo extraño mucho... Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…

            ¿QUÉ? ¿ESTÁS LLORANDO POR ALGO TAN ESTÚPIDO? – Gritó enojado.

            El extrañarlo no es estúpido… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… – Le reprochó. – Además, ¿usted que sabe? No creo que sepa por lo que yo…

            CIERRA EL HOCICO ESTÚPIDO PERRO. – Lo calló de golpe, mientras se ponía de pie. – No eres más que un maldito perro llorón, ¿tú crees que con llorar a los muertos vas a revivirlo? Pues de una vez te digo que eso nunca va a suceder. Lo mejor que deberías de hacer es continuar con tu patética vida y seguir adelante, nada ganas con llorar como una niña. Hay mírenme, soy un perro llorón, que únicamente busco llamar la atención de los demás, por eso me escondo para que nadie me vea chichar como un perro asustado con el rabo entre las patas. ¿Madura quieres? Ya estas lo bastante grandecito para estar con tantas pendejadas. Yo me largo, tengo mejores cosas qué hacer que estar perdiendo mi valioso tiempo con un perro llorón.


FIN DEL FLASHBACK

            “Al principio no comprendía todas las cosas que me dijiste ese día, pensé que habías sido muy cruel conmigo, y que solamente habías llegado para burlarte de mí. – Miró hacia el cielo, cerrando levemente sus ojos. – Pero con el paso del tiempo, me di cuenta que tú fuiste muy severo conmigo para hacerme entrar en razón. Desde ese día, ya no volví a llorar, a pesar que todavía me hacía falta mi padre. – Se limpiaba las lágrimas que comenzaban a salir de sus ojos. – Al día siguiente, te busqué por toda la escuela, cuando finalmente te vi, me acerqué a ti para darte las gracias por haber estado conmigo ese día. Como siempre, tuve insultos por parte tuya, y yo también comencé a insultarte, y entre ofensas y gritos, nos presentamos diciéndonos nuestros nombres. Fue así como nos conocimos, tiempo después, sin saberlo me fui enamorando de ti poco a poco. Pero ahora, te has marchado muy lejos de aquí, no sé si podré verte algún día mi querido Seto. Yo siempre te amaré en silencio sin importarme que mi amor por ti nunca sea correspondido”. – Decidió continuar con su camino para comprar las cosas, y llegar rápido a su trabajo.


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Casa de Yūgi…

            ¡Qué rápido pasa el tiempo! Ya está por oscurecer.

            Es verdad, la tarde pasó volando, por fortuna logramos terminar a tiempo las tareas que nos dejaron.

            Oigan chicos, ¿alguno de ustedes puede ir al restaurante donde trabaja Joey?

            ¿Y eso, cómo para qué Yūgi?

            ¿Cómo qué para que Tea? Recuerda que le tenemos que llevar los problemas de matemáticas ya resueltos, para que así el sólo tenga que pasarlos en limpio.

            Es cierto Tristán, ya hasta se me estaba olvidando. – Sonrió la castaña un poco apenada.

            ¿Entonces? ¿Quién ira a dejarle los problemas? – Interrumpió un chico de baja estatura, pelo de tres colores, y ojos color lavanda.

            Yo iré Yūgi, al fin y al cabo suelo pasar por ahí cuando voy para mi casa.

            Muchas gracias Tris, y me disculpo de ante mano el no poder ir yo, pero como sabrán mi abuelo salió a hacer un mandando, y tengo que esperar su regreso.

            No te preocupes por eso amigo, lo entiendo perfectamente.

            Bueno chicos, no es por nada pero yo debo irme ya, no quiero que mi madre se enoje por llegar tarde a casa.

            En ese caso, vámonos juntos Tea, así te acompaño una parte del camino.

            ¡Tristán! ¿A qué se debe que te estás comportando como un caballero?

            No comiences con tus locuras Tea. – Contestaba algo molesto.

            Cálmate Tris, Tea lo dice para molestarte. – Sonreía su amigo en forma de burla.

            Ya lo sé Yūgi, es sólo que…

            ¡Oh, vamos Tris! No deberías de clavarte en tonterías, además, se perfectamente bien a quien te gusta.

En cuanto su amiga le dijo eso, sus mejillas se sonrojaron a más no poder. Y todos empezaron a reírse a carcajadas.

            Tú no sabes nada. – Fingió estar molesto.

            ¿Quieres apostar? Se de alguien que es muy apuesto, sus ojos son como de esmeraldas, y siempre llega peinado con una cola de caballo. – Se jactaba la castaña de todo lo que le decía.

            De acuerdo, de acuerdo, de acuerdo, pero deben de admitir que el chico es muy guapo.

            Lo malo es que es creído, antipático, odioso, altanero, y prepotente.

            Y no olvidemos también que está en un grado superior al de nosotros.

            Por favor Yūgi, no me ayudes, ¿quieres? – Manifestó de forma sarcástica.

            Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… Pero tú no eres el único que está en esa situación Tris. – Decía la castaña mientras miraba a su otro amigo.

            ¿Qué? ¿Tú también Yūgi? – Se sorprendió por lo que acababa de escuchar.

            No me digas qué no lo sabías Tristán. – Ahora la asombrada era su amiga.

            Pues no… No sabía nada de eso. Dime quién es Yūgi.

            Mejor olvidemos todo este asunto, ¿quieren amigos?

            ¡Ah no, eso sí que no! Hoy mismo me dirás, ¿quién es esa persona?

            Pues… Yo… Este… – El joven estaba un poco nervioso, con sólo el hecho de pensar en él sus mejillas se teñían de color rubí.

            Anda Yūgi, ya dime quién es.

            Su nombre es Yami.

            Baia, baia, baia, con que es una chica, eres todo un pilluelo amigo, ¿quién se lo hubiera imaginado? – Ahora era él quien se mofaba de su amigo.

            Si serás cabeza dura Tris. – Lo reprendía la castaña. – Yami, no es una chica, más bien es un chico.

            ¿Qué? ¿Es en serio? – Los miraba a ambos, pero al ver a su amigo que estaba muy apenado con la mirada en el suelo, dijo: – Y yo que creía que estaba loco por enamorarme de un imposible.

Ambos comenzaron a reír al escuchar el comentario de su amigo…

            Bueno, ahora ya sabes mi pequeño secreto Tristán, lo único que te pido es que no le digas nada a mi abuelo.

            Tu tranquilo mi pequeño Yūgi, tu secreto está a salvo conmigo.

            Y tu Tristán, deja de ser tan obvio cuando veas pasar a ese chico.

            ¿Tan así me doy a color?

            ¡Hay tris! ¿Hasta cuándo aprenderás?

            Es que no puedo evitarlo. – Suspiró enamorado. – Cada vez que lo veo me pongo sumamente nervioso, y digo cosas incoherentes.

            Aun así deberías de moderarte un poco, haznos caso a Tea y a mí.

            Sí, creo que tienen razón, muchas gracias amigos.

            Para que son los amigos. – Le sonrió tiernamente la castaña. – Ahora sí, ya debemos irnos porque ya se hizo muy tarde.

            De acuerdo, vámonos.

            Adiós Yūgi, hasta mañana.

            Si Yūgi, hasta mañana.

            Adiós chicos, se van con cuidado.


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Finalmente la noche cubrió toda la ciudad, algunas personas dormían plácidamente en sus casas, mientras que otras, llegaban a sus casas cansados de tanto trabajar, lo único que deseaban era cenar e irse a dormir tranquilamente a sus camas. Tal era el caso de un joven, de cabellera dorada, preciosos ojos de color miel, quien llegaba a su casa con la esperanza de poder descansar un poco, ya que tenía que hacer sus tareas escolares.

            Buenas noches, ya vine madre.

            Hijo, finalmente llegas, me tenías tan preocupada, mira las horas que son y tú nunca llegabas.

            Lo siento mucho madre, es que se me olvidó decirte que hoy teníamos mucho trabajo en el restaurante, pero por fortuna logramos acabar a tiempo.

            Hay mi muchachito, has de venir muy cansado, pero ven, vamos a la cocina, te he preparado tu comida favorita que tanto te gusta. – La mujer siempre lo recibía muy contenta.

            Si, está bien vamos.

Al entrar a la cocina se escuchó una voz reclamándole:

            Eres un muchacho muy desconsiderado, ¿acaso estas son horas de llegar? Mientras tú andabas quien sabe dónde, tu madre se moría de la preocupación, pero claro, eso para ti no significa nada. Si yo fuera tu padre, ya te hubiera puesto en tu lugar, no eres más que un mocoso problemático, haces lo que se te da la gana porque tu madre no se atreve a castigarte, eso es lo necesitas, un buen escarmiento para que…

            ¡YA CÁLLESE VIEJO! – Gritó el rubio. – Usted no es nadie para reclamarme absolutamente nada. En primera, no es mi padre, en segunda, usted no tiene ningún derecho en meterse en mi vida, y en tercera, que esta sea la última vez que menciona a mi madre, ¿me entendió? No le permitiré que un don nadie como usted venga a mi casa a insultarme, y a meterle cosas estúpidas en la cabeza. Ya me estoy cansando de usted, nada tiene que venir a hacer aquí viejo rabo verde. – El joven estaba bastante disgustado, ese hombre siempre lo sacaba de quicio y él trataba la manera de no hacerle caso a todo lo que le decía ese viejo.

            ¡Baia! Me doy cuenta que en definitiva eres valiente sacando tus uñas, ¡claro! Lo haces únicamente porque ella está presente, ¿verdad? Pero te aseguro que no siempre te vas a salir con la tuya maldito mocoso, no eres más que un bastardo, tu padre se ha de estar revolcando en su tumba de lo decepcionado que está por ver la forma en cómo se comporta su hijo bastardo.

            ¡VALON! – Intervino la mujer. – ¿Por qué le dices eso a mi hijo? ¿Cómo te atreves? Esta vez te has pasado de la raya, lo mejor será que te largues.

            Pero Victoria, ¿no estarás hablando en serio?

            YA ME OÍSTE, VETE AHORA MISMO. – Gritó la mujer. – LÁRGATE DE MI CASA, NO QUIERO VOLVERTE A VER EN TODA MI VIDA.

Cuando la mujer dijo eso último, sintió que sus pies no la sostuvieron por mucho tiempo, se inclinó un poco llevándose una mano al pecho, trataba de tranquilizarse cuando escuchó la voz de su hijo…

            ¡Madre! ¿Estás bien? ¡Por favor resiste un poco! Iré corriendo a tu habitación a traerte tu medicina. – El rubio la sostuvo en sus brazos, y logró sentarla en una de las sillas del comedor, para luego ir por la medicina de su madre. Pero detrás de él se fue el hombre siguiéndolo, y cuando los dos estaban en la habitación éste le amenazó:

            Eso te pasa por querer llevarme la contraria maldito mocoso, no olvides que puedo volverte a golpear cuantas veces yo quiera. Ni creas que te vas a salir con la tuya, maldito engendro.

            Y yo le recuerdo, que también puedo defenderme, acaso ya olvidó, ¿quién salió más herido? Quién sabe qué mentiras  le dijo a mi madre para que no le preguntara por los golpes que tiene en la cara.

El hombre se enfureció tanto que agarró al chico del brazo con fuerza y advertirle:

            No me provoques pedazo de escoria, porque te va pesar, no olvides que sin  mí, no tuvieras esta medicina. – El hombre le había arrebatado el frasco de la mano del joven, y sonriendo con maldad expresó: – Esta es la última que le queda a tu madre, ¿qué pasaría si yo la tiro al suelo?

El rubio lo miraba con rabia, trataba de soltarse del agarre, y de la cólera que tenía, unas finas lágrimas comenzaban a salir de sus ojos.

            Está bien, usted gana, por favor haga conmigo lo que quiera, pero no derrame la medicina, usted mismo vio que ella se ha puesto mal, y debo llevársela inmediatamente.

            No olvidaré tus palabras maldito mocoso, y por tu bien, más vale que cumplas lo que me acabas de decir, o si no… – Sonrió con maldad. – Despídete de tu querida madre para siempre… Así que ya lo sabes, desde hoy harás exactamente todo lo que yo te diga.

            Sí, sí señor, ahora por favor suélteme, tengo que estar con mi madre.

El viejo lo soltó, y en cuanto le dio la medicina, el otro corrió al lugar en dónde se encontraba la mujer…

            Muy pronto, te darás cuenta de lo que soy capaz de hacer, maldito engendro, haré que te arrepientas toda tu vida de haberte metido conmigo. – Se decía el hombre para sí mismo, mientras miraba como el chico se alejaba.


Continuará….




N/A: Quiero agradecerles por leer esta historia, acepto críticas de toda clase, únicamente no olviden dejar sus comentarios y cualquier duda que tengan, con mucho gusto les responderé…

Bueno, me despido de ustedes cariñosamente, les dejo un fuerte abrazo, y besos virtuales. ^_^

Atte.:

             KAT.



P.D.: Quiero recordarles que el próximo mes Fanfics Yaoi estará de aniversario, si, así es, gracias a ustedes podré cumplir dos años de mantener este blog, y para ello me gustaría hacer algo especial. Si alguien tiene ideas de cómo podemos celebrarlo, le pido de favor que me dejen sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

Nuevamente les agradezco mucho por este gran apoyo que me siempre me están brindando.




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