Capítulo 7: Sueños de adolescentes.
Notas del capítulo:
Todas las personas cuando llegan a cierta edad, empiezan por hacer planes en
sus vidas, estos planes se convierten en sueños, objetivos y metas que se
proponen a realizar. Pero con el paso del tiempo, muchos de los jóvenes no
logran a realizar sus sueños, unos se dan por vencidos, otros siguen luchando por
tratar de salir adelante, y habrá muchas razones, motivos o circunstancias de
las cuales no cumplen con sus metas propuestas. Lo mejor es: No darse por vencido jamás. Porque cuando
se comienzan a hacer los planes en la vida, así también debemos de luchar por
conseguir nuestras metas y poder llegar hasta el final, un final en el cual, la
persona quede satisfecha de lo que fue y ha sido su vida. En ocasiones,
encontraremos más de un amigo/a que nos tienda una mano, pero otras veces, sólo
encontraremos personas que lo único que desean es vernos derrotados. Por ende,
nunca debemos de perder la fe y las esperanzas…
Notas del fanfic:
Antes de comenzar, quiero hacer una pequeña aclaración, este capítulo es algo
así como un pequeño relleno que servirá para aclarar algunas dudas, obviamente
que no todas. No me gustaría descubrir el pastel antes de la fiesta. Sólo
espero no confundirlos, pero si en algún momento se pierden y no logran
entenderme, bastará únicamente que me dejen sus comentarios y yo con gusto les
aclararé todas sus dudas.
Declaimer: Noticia de
último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad
de su respectivo autor. Pero toda la trama de esta historia si es creada por
mí. Me fascina inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una
manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con
todos ustedes. ^_^
******************************
9 años atrás…
“Escuchaba un
sonido muy fuerte, por más que intentaba abrir mis ojos sentía que no podía
hacerlo y enterraba mi cara en la almohada”. – Pensaba un joven que aún estaba
somnoliento. – “Esa maldita campana del demonio por qué no se calla… Luego,
dejé de escuchar ese detestable ruido y oía entre sueño que alguien me hablaba
suavemente al oído.
Cariño, levántate
ya, o se te hará tarde. ¿Hijo, me estás escuchando?
¡Grrr! ¡Grrr…!
Amor, despierta,
anda hijo, no quiero que llegues tarde a la escuela.
“Comencé a abrir
mis ojos con pesadez, y lo primero que vi fue el rostro de una bella mujer,
siempre que la veía me sentía muy feliz…
Me estiro un poco sobre la cama y bostezo con todas mis fuerzas, me siento en
la orilla de la cama, y le doy mi mejor sonrisa diciéndole”:.. Buenos días
madre.
¡Baia! Hasta que
finalmente te despiertas. – Finge estar enojada.
Lo siento mucho
madre, la verdad es que me siento cansado.
Hijo mío, no me
gusta que trabajes tanto, no ha de ser nada fácil para ti estudiar y trabajar
al mismo tiempo. – La mujer acaricia su rostro con ternura.
¿Pero qué cosas
dices mamá? Sabes muy bien que eso no es cierto. – Toma su mano para
acariciarla y darle un beso.
Será mejor que te
apresures a cambiarte o llegarás tarde a la escuela.
Claro madre,
enseguida estaré listo.
De acuerdo, te
espero abajo para que puedas desayunar.
Veinte minutos después…
Apresúrate hijo,
no quiero que te vayas sin desayunar. – Le grita la mujer desde la cocina.
“Estaba por
entrar al comedor cuando en eso escuché una voz detestable para mí”.
A veces pienso
que consientes demasiado a ese holgazán. Yo que tú, no le tuviera tantas
consideraciones.
No digas eso
querido amigo, mi hijo es un buen muchacho, si tú lo vieras en todas las cosas
que me ayuda, casi ni me deja hacer nada. – La mujer le sonríe cariñosamente a
su amigo.
Deberías de
aprender modales muchacho, es que acaso tu madre no te ha enseñado a saludar. –
Lo reprendió en cuanto lo vio entrar.
Con todo respeto
Señor, a mi madre no la meta en esto, si saludo es porque quiero y si no,
simplemente no lo hago. – Respondió fastidiado.
¡Pero qué
atrevido! Maldito mocoso ahora verás. – El hombre se levantó de su silla, y se
dirigió al joven para poder golpearlo pero se detuvo al escuchar una voz
diciendo.
¡No te atrevas a
golpear a mi hijo! Sólo déjalo en paz.
Está bien, sabes
que por ti, yo haría cualquier cosa.
Hijo, ¿a dónde
vas?
Perdóname madre,
pero no me sentaré a comer estando él aquí.
Espera por favor.
– La mujer intentó seguirlo pero el hombre se lo impidió.
Déjalo que se
vaya Victoria, al fin y al cabo no es más que un mal agradecido.
Sabes muy bien
que eso no es cierto, lo mejor sería que tú lo comprendieras un poco, bien
sabes que desde que su padre murió, ya no volvió a hacer el mismo.
Pero eso sucedió
hace varios años, ¿no crees que ya es tiempo de que lo supere?
Tal vez tengas
razón. – Bajó un poco la mirada. – “Pobre hijo mío, no me imagino lo que debe
de estar sufriendo”. – Esto último lo pensó para sí misma.
******************************
En algún lugar de Ciudad
Domino…
¡Yūgi! ¡Hey, Yūgi!
Espérame por favor.
Hola, ¿qué tal
Tea?
Buenos días Yūgi.
– Decía un poco cansada. – Pensé que nunca te iba a alcanzar.
Ja, ja, ja, ja,
ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, pero ya ves que si pudiste alcanzarme.
¡Oye! No te
burles de mí. – La chica empezó a hacer pucheros infantiles.
De acuerdo
tranquila, no es para que te enojes.
Hay Yūgi, bien
sabes que nunca me enojaría contigo… Por cierto, ¿no sabes si los demás
quedaron en nuestro salón de clases?
No, la verdad es
que no lo sé, yo espero que hayamos tocado juntos en este año.
Sí, yo también lo
deseo.
Será mejor que
nos demos prisa, si es que no queremos llegar tarde.
De acuerdo,
vamos.
******************************
Horas más tarde…
Buenos días
amigos.
Muy buenos días Tristán.
Que emoción,
volvimos a estar juntos en este año.
Tú te alegras por
todo Tea.
Ja, ja, ja, ja,
ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. – Comenzaron a reír todos, mientras que la castaña
se sonrojaba.
A todo esto, te
salvaste por un pelo amigo.
Es verdad, casi
llegas tarde en tu primer día de clases Joey.
¡Oh, vamos
amigos! No es para tanto, logré entrar justo a tiempo.
Por poco, y te
ganas tu primer castigo Joey. – Lo reprendía la castaña.
Joey, ¿no crees
que sea demasiada carga para ti? Eso de trabajar, y estudiar al mismo tiempo.
¡Shhhh! Calla Yūgi,
alguien te podría oír. Además, no olviden que dentro de poco cumpliré 15 años,
ya no soy un niño, llegó el momento de ayudarle a mamá un poco, ¿no creen?
Sigues siendo el
mismo cabeza dura de siempre Joey, mira que si el Director se entera que estás
trabajando podría expulsarte de la escuela, ya que a los alumnos no se les
permite trabajar mientras van a la escuela.
Tea, tiene mucha
razón Joey, podrías buscarte muchos problemas por lo que estás haciendo, aún
eres menor de edad.
Muchas gracias por
preocuparse por mí, en verdad se los agradezco chicos, pero ustedes saben los
verdaderos motivos que tengo para hacerlo.
Lo único que te
podemos decir, es que no descuides tus estudios, o levantaras sospechas.
Pero Yūgi, Joey
nunca levantaría sospechas si va mal en clases, con la única forma que
levantaría sospechas es que si fuera muy bien en sus estudios.
Ja, ja, ja, ja,
ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. – Se reían todos al unísono.
Muy gracioso
Tristán, no le veo la gracia. – Expresaba molesto.
En ese momento sonó el timbre de la campana, anunciando que el
primer recreo había terminado. Todos los alumnos se dirigían a sus respectivos
salones para continuar con las clases.
******************************
En otro lugar…
Por favor
Victoria, no estés enojada conmigo.
¿Y cómo no voy a
estarlo? Después de lo que ocurrió en la mañana, intentaste golpear a mi hijo.
¡Oh, vamos, por
favor! Tu bien sabes que soy incapaz de lastimar a tu hijo, mucho menos de
golpearlo. – Medio sonreía con falsedad.
Entonces
explícame, ¿por qué hiciste eso? Si yo no te digo que te detengas lo hubieras
lastimado.
Eso no es del
todo cierto, solamente quería asustarlo un poco. Además, no viste la manera en
cómo me trató.
Te recuerdo que tú
mismo lo provocaste.
Bueno ya, si te
hace feliz, en cuanto llegue de la escuela le pediré perdón. ¿Qué te parece?
¿Es en serio?
Tienes mi
palabra.
¡Oh, gracias
Valon! Yo lo único que deseo es que ustedes dos se lleven bien, por favor
amigo, porque no tratas la manera de llevarte bien con él, Joey es un buen
muchacho, de buenos sentimientos, y con un corazón de oro.
Si claro, lo que
tú digas Victoria. Bueno, será mejor que me vaya, vendré esta noche para que
los tres cenemos juntos, y así aprovecharé para poderme disculpar con Joey.
¡Oh Valon, eres
un amor! No sabes cuánto te lo agradezco, eso va a significar mucho para mí que
ustedes hagan las paces.
Lo que realmente
deseo es verte feliz mi querida Victoria.
La mujer no dijo nada y solamente lo vio marcharse.
******************************
La mañana pasó volando, y al sonar el timbre de la escuela, el
primero en salir corriendo era un joven de hermosa cabellera dorada, piel
blanca, y estatura media, sus amigos se reían al verlo salir rápidamente, y
cuando el docente preguntaba del por qué salía así, ellos se inventaban una
excusa. Obviamente, tenían el pretexto perfecto
para no meter en problemas a ese chico alocado que disfrutaba mucho de
la vida.
Buenas tardes
Señor Arkana, ya llegué.
Llegas puntual
como siempre muchacho, necesito que vayas a la cocina y le ayudes a Aknadin.
Voy en seguida
señor.
Hola Aknadin, el
señor Arkana me dijo que necesitas ayuda.
Hola Joey, llegas
justo a tiempo, hoy tendremos una tarde muy ajetreada.
¿Y eso? ¿Por qué?
¿No me digas que
se te olvidó Joey? – El joven se quedó callado al ver a su compañero de trabajo
algo confundido. – Joey, recuerda que hoy debemos de entregar los 300 platos de
comida que nos encargaron para la fiesta de esta noche.
¡Oh, rayos! Lo
había olvidado por completo.
Ja, ja, ja, ja,
ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ¿en qué mundo vives?
Lo siento mucho. –
Respondió con una sonrisita de lo apenado que estaba. – Bueno, en ese caso hay
que ponernos a trabajar muy duro para cumplir con ese pedido.
Así se habla
amigo.
******************************
Casa de Yūgi…
¡Baia! Esta vez
corrimos con mucha suerte amigos.
Así es Tristán,
por un pelo pensé que el profesor no nos iba a creer ni una sola palabra.
Amigos cálmense,
por fortuna, toda la escuela sabe sobre el problema que tiene Joey.
Pobre, a veces
siento pena por él.
¿Pero qué dices
Tea? Nuestro amigo lo que menos quiere es nuestra lástima, en vez de decir eso,
lo mejor será que lo sigamos apoyando como hasta ahora lo hemos hecho.
Tristán, tiene
razón Tea.
Pero Yūgi… No me
parece justo que él tenga que trabajar.
Tu misma lo
escuchaste, lo hace para ayudar a su madre, últimamente ella necesita de otros
medicamentos que al parecer son más caros, y obviamente ellos no pueden costear
esa cantidad de dinero.
Eso lo sé muy
bien Yūgi. – Sonó un tanto preocupada.
Y también no
olvidemos ese sujeto que llega todos los días a su casa.
Tristán, ¿te
refieres al amigo de la madre de Joey?
Sí, no sé por qué
pero ese sujeto no me agrada en lo absoluto, no después de lo que le hizo a
Joey.
Es verdad, el
pobre tuvo que soportar sus golpes, y prefirió callar para no alterar a su
madre. Yo en su lugar no me hubiera quedado callada, y se lo hubiera dicho a mi
madre para hacerle ver de una vez por todas que él no es ningún santo como
aparenta.
Quizás yo también
hubiera hecho lo mismo Tea, pero en el caso de nuestro amigo es totalmente
diferente.
Bueno, basta de
caras tristes, como sus amigos lo mejor será apoyarlo en todo lo que el
necesite, le haremos saber que siempre puede contar con nosotros incondicionalmente.
Bien dicho Yūgi.
******************************
En el restaurante…
Aknadin, acabo de
terminar de pelar, y picar todas las verduras que me dijiste.
Buen trabajo
Joey, ahora necesito que vayas al supermercado, y me traigas algunas cosas que
me hacen falta. Te daré la lista y le dices al Señor Arkana, que me urgen para
completar el pedido.
De acuerdo.
Aquí tienes la
lista, por favor no te tardes.
Descuida, te
prometo que no me tardaré.
Muchísimas
gracias Joey, en verdad que eres de gran ayuda, anda vete ya.
Se dirigía rápidamente al supermercado para completar la lista que
su amigo le había dado, en el camino no supo por qué, pero a su mente se le
vino el recuerdo de una persona que hacía mucho no lo veía.
Nunca olvidaré el
día que te conocí, y sin decírselo a nadie te fuiste al extranjero. – Suspiró
melancólico. – Soy un tonto el haberme enamorado de ti, si lo único que
hacíamos era pelear, y agredirnos todo el tiempo con palabras. Y sin darme
cuenta, me enamoré de ti.
Comenzó a recordar ese día que había sido tan especial para él…
FLASH BACK
5 años atrás…
Se puede saber,
¿por qué diablos estás llorando perro?
¿Quién eres?
Insolente, aquí
las preguntas las hago yo. – Contestó un niño un poco mayor que el otro.
Por favor váyase,
quiero estar solo.
Deberías de irte
a lloriquear a otra parte perro.
Yo no soy ningún
perro para que me diga así. En todo caso, esta es una escuela, y puedo estar
donde se me dé la gana. – Contestó molesto.
Para mi desgracia
estamos en la escuela, pero por si no lo has notado perro estúpido, estas en la
zona donde los estudiantes van a grados mayores que tú. No deberías de estar
aquí perro.
Porque no
simplemente me deja en paz.
No eres más que
un perro llorón, lo más seguro es que te escondes para que no te encuentren,
eres un cobarde, huyes con el rabo entre las patas.
¡YO NO SOY NINGÚN
PERRO COBARDE! Y NO ME ESCONDO DE NADIE. – Gritó enfadado.
Haz lo que
quieras, al fin y al cabo, si uno de los docentes te ven aquí tú serás
perjudicado.
Espere por favor…
¿Ahora qué
quieres?
Quédese conmigo
por favor. – Lo miró tristemente.
¡Ja! ¿Qué no
querías quedarte solo? – Preguntó con sarcasmo.
El niño volvió a bajar su cabeza, abrazó sus piernas, y ocultando
su rostro comenzó a llorar. El otro joven dio un fuerte suspiro, y no teniendo
otro remedio se sentó en el suelo a la par de él.
¡Por un demonio!
¿Quieres dejar de llorar perro?
Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Yo… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Yo… Lo siento mucho… Snif, snif, snif, snif, snif, snif…
Vine hasta acá porque no quería que mis amigos me
vieran así… Snif, snif, snif, snif, snif, snif…
Lo sabía, si
te estás ocultando, ¿verdad? – Respondió algo molesto.
Snif, snif, snif, snif, snif, snif… No… Yo no tengo problemas con nadie si es lo que usted
piensa… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… – Levantó su cabecita para
verlo a los ojos.
¿Entonces?
Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Hoy… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… – Sentía un
gran nudo en su garganta. – Hoy es el cumpleaños de mi
padre, y han pasado cuatro años desde que falleció y lo extraño mucho... Snif,
snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…
¿QUÉ? ¿ESTÁS LLORANDO
POR ALGO TAN ESTÚPIDO? – Gritó enojado.
El extrañarlo no
es estúpido… Snif,
snif, snif, snif, snif, snif… – Le reprochó. –
Además, ¿usted que sabe? No creo que sepa por lo que yo…
CIERRA EL HOCICO
ESTÚPIDO PERRO. – Lo calló de golpe, mientras se ponía de pie. – No eres más que
un maldito perro llorón, ¿tú crees que con llorar a los muertos vas a
revivirlo? Pues de una vez te digo que eso nunca va a suceder. Lo mejor que
deberías de hacer es continuar con tu patética vida y seguir adelante, nada
ganas con llorar como una niña. Hay mírenme, soy un perro llorón, que
únicamente busco llamar la atención de los demás, por eso me escondo para que
nadie me vea chichar como un perro asustado con el rabo entre las patas. ¿Madura
quieres? Ya estas lo bastante grandecito para estar con tantas pendejadas. Yo
me largo, tengo mejores cosas qué hacer que estar perdiendo mi valioso tiempo
con un perro llorón.
FIN DEL FLASHBACK
“Al principio no
comprendía todas las cosas que me dijiste ese día, pensé que habías sido muy
cruel conmigo, y que solamente habías llegado para burlarte de mí. – Miró hacia
el cielo, cerrando levemente sus ojos. – Pero con el paso del tiempo, me di
cuenta que tú fuiste muy severo conmigo para hacerme entrar en razón. Desde ese
día, ya no volví a llorar, a pesar que todavía me hacía falta mi padre. – Se
limpiaba las lágrimas que comenzaban a salir de sus ojos. – Al día siguiente,
te busqué por toda la escuela, cuando finalmente te vi, me acerqué a ti para
darte las gracias por haber estado conmigo ese día. Como siempre, tuve insultos
por parte tuya, y yo también comencé a insultarte, y entre ofensas y gritos,
nos presentamos diciéndonos nuestros nombres. Fue así como nos conocimos,
tiempo después, sin saberlo me fui enamorando de ti poco a poco. Pero ahora, te
has marchado muy lejos de aquí, no sé si podré verte algún día mi querido Seto.
Yo siempre te amaré en silencio sin importarme que mi amor por ti nunca sea
correspondido”. – Decidió continuar con su camino para comprar las cosas, y
llegar rápido a su trabajo.
******************************
Casa de Yūgi…
¡Qué rápido pasa
el tiempo! Ya está por oscurecer.
Es verdad, la
tarde pasó volando, por fortuna logramos terminar a tiempo las tareas que nos
dejaron.
Oigan chicos,
¿alguno de ustedes puede ir al restaurante donde trabaja Joey?
¿Y eso, cómo para
qué Yūgi?
¿Cómo qué para
que Tea? Recuerda que le tenemos que llevar los problemas de matemáticas ya
resueltos, para que así el sólo tenga que pasarlos en limpio.
Es cierto
Tristán, ya hasta se me estaba olvidando. – Sonrió la castaña un poco apenada.
¿Entonces? ¿Quién
ira a dejarle los problemas? – Interrumpió un chico de baja estatura, pelo de
tres colores, y ojos color lavanda.
Yo iré Yūgi, al
fin y al cabo suelo pasar por ahí cuando voy para mi casa.
Muchas gracias
Tris, y me disculpo de ante mano el no poder ir yo, pero como sabrán mi abuelo
salió a hacer un mandando, y tengo que esperar su regreso.
No te preocupes
por eso amigo, lo entiendo perfectamente.
Bueno chicos, no
es por nada pero yo debo irme ya, no quiero que mi madre se enoje por llegar
tarde a casa.
En ese caso,
vámonos juntos Tea, así te acompaño una parte del camino.
¡Tristán! ¿A qué
se debe que te estás comportando como un caballero?
No comiences con
tus locuras Tea. – Contestaba algo molesto.
Cálmate Tris, Tea
lo dice para molestarte. – Sonreía su amigo en forma de burla.
Ya lo sé Yūgi, es
sólo que…
¡Oh, vamos Tris!
No deberías de clavarte en tonterías, además, se perfectamente bien a quien te
gusta.
En cuanto su amiga le dijo eso, sus mejillas se sonrojaron a más
no poder. Y todos empezaron a reírse a carcajadas.
Tú no sabes nada.
– Fingió estar molesto.
¿Quieres apostar?
Se de alguien que es muy apuesto, sus ojos son como de esmeraldas, y siempre
llega peinado con una cola de caballo. – Se jactaba la castaña de todo lo que
le decía.
De acuerdo, de
acuerdo, de acuerdo, pero deben de admitir que el chico es muy guapo.
Lo malo es que es
creído, antipático, odioso, altanero, y prepotente.
Y no olvidemos
también que está en un grado superior al de nosotros.
Por favor Yūgi,
no me ayudes, ¿quieres? – Manifestó de forma sarcástica.
Ja, ja, ja, ja,
ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… Pero tú no eres el único que está en esa situación
Tris. – Decía la castaña mientras miraba a su otro amigo.
¿Qué? ¿Tú también
Yūgi? – Se sorprendió por lo que acababa de escuchar.
No me digas qué
no lo sabías Tristán. – Ahora la asombrada era su amiga.
Pues no… No sabía
nada de eso. Dime quién es Yūgi.
Mejor olvidemos
todo este asunto, ¿quieren amigos?
¡Ah no, eso sí que
no! Hoy mismo me dirás, ¿quién es esa persona?
Pues… Yo… Este… –
El joven estaba un poco nervioso, con sólo el hecho de pensar en él sus
mejillas se teñían de color rubí.
Anda Yūgi, ya
dime quién es.
Su nombre es
Yami.
Baia, baia, baia,
con que es una chica, eres todo un pilluelo amigo, ¿quién se lo hubiera
imaginado? – Ahora era él quien se mofaba de su amigo.
Si serás cabeza
dura Tris. – Lo reprendía la castaña. – Yami, no es una chica, más bien es un
chico.
¿Qué? ¿Es en
serio? – Los miraba a ambos, pero al ver a su amigo que estaba muy apenado con
la mirada en el suelo, dijo: – Y yo que creía que estaba loco por enamorarme de
un imposible.
Ambos comenzaron a reír al escuchar el comentario de su amigo…
Bueno, ahora ya
sabes mi pequeño secreto Tristán, lo único que te pido es que no le digas nada
a mi abuelo.
Tu tranquilo mi
pequeño Yūgi, tu secreto está a salvo conmigo.
Y tu Tristán,
deja de ser tan obvio cuando veas pasar a ese chico.
¿Tan así me doy a
color?
¡Hay tris! ¿Hasta
cuándo aprenderás?
Es que no puedo
evitarlo. – Suspiró enamorado. – Cada vez que lo veo me pongo sumamente
nervioso, y digo cosas incoherentes.
Aun así deberías
de moderarte un poco, haznos caso a Tea y a mí.
Sí, creo que
tienen razón, muchas gracias amigos.
Para que son los
amigos. – Le sonrió tiernamente la castaña. – Ahora sí, ya debemos irnos porque
ya se hizo muy tarde.
De acuerdo,
vámonos.
Adiós Yūgi, hasta
mañana.
Si Yūgi, hasta
mañana.
Adiós chicos, se
van con cuidado.
******************************
Finalmente la noche cubrió toda la ciudad, algunas personas
dormían plácidamente en sus casas, mientras que otras, llegaban a sus casas
cansados de tanto trabajar, lo único que deseaban era cenar e irse a dormir
tranquilamente a sus camas. Tal era el caso de un joven, de cabellera dorada,
preciosos ojos de color miel, quien llegaba a su casa con la esperanza de poder
descansar un poco, ya que tenía que hacer sus tareas escolares.
Buenas noches, ya
vine madre.
Hijo, finalmente
llegas, me tenías tan preocupada, mira las horas que son y tú nunca llegabas.
Lo siento mucho
madre, es que se me olvidó decirte que hoy teníamos mucho trabajo en el restaurante,
pero por fortuna logramos acabar a tiempo.
Hay mi
muchachito, has de venir muy cansado, pero ven, vamos a la cocina, te he
preparado tu comida favorita que tanto te gusta. – La mujer siempre lo recibía
muy contenta.
Si, está bien
vamos.
Al entrar a la cocina se escuchó una voz reclamándole:
Eres un muchacho
muy desconsiderado, ¿acaso estas son horas de llegar? Mientras tú andabas quien
sabe dónde, tu madre se moría de la preocupación, pero claro, eso para ti no
significa nada. Si yo fuera tu padre, ya te hubiera puesto en tu lugar, no eres
más que un mocoso problemático, haces lo que se te da la gana porque tu madre
no se atreve a castigarte, eso es lo necesitas, un buen escarmiento para que…
¡YA CÁLLESE
VIEJO! – Gritó el rubio. – Usted no es nadie para reclamarme absolutamente
nada. En primera, no es mi padre, en segunda, usted no tiene ningún derecho en
meterse en mi vida, y en tercera, que esta sea la última vez que menciona a mi
madre, ¿me entendió? No le permitiré que un don nadie como usted venga a mi
casa a insultarme, y a meterle cosas estúpidas en la cabeza. Ya me estoy
cansando de usted, nada tiene que venir a hacer aquí viejo rabo verde. – El
joven estaba bastante disgustado, ese hombre siempre lo sacaba de quicio y él
trataba la manera de no hacerle caso a todo lo que le decía ese viejo.
¡Baia! Me doy
cuenta que en definitiva eres valiente sacando tus uñas, ¡claro! Lo haces
únicamente porque ella está presente, ¿verdad? Pero te aseguro que no siempre
te vas a salir con la tuya maldito mocoso, no eres más que un bastardo, tu
padre se ha de estar revolcando en su tumba de lo decepcionado que está por ver
la forma en cómo se comporta su hijo bastardo.
¡VALON! –
Intervino la mujer. – ¿Por qué le dices eso a mi hijo? ¿Cómo te atreves? Esta
vez te has pasado de la raya, lo mejor será que te largues.
Pero Victoria,
¿no estarás hablando en serio?
YA ME OÍSTE, VETE
AHORA MISMO. – Gritó la mujer. – LÁRGATE DE MI CASA, NO QUIERO VOLVERTE A VER
EN TODA MI VIDA.
Cuando la mujer dijo eso último, sintió que sus pies no la
sostuvieron por mucho tiempo, se inclinó un poco llevándose una mano al pecho,
trataba de tranquilizarse cuando escuchó la voz de su hijo…
¡Madre! ¿Estás
bien? ¡Por favor resiste un poco! Iré corriendo a tu habitación a traerte tu
medicina. – El rubio la sostuvo en sus brazos, y logró sentarla en una de las
sillas del comedor, para luego ir por la medicina de su madre. Pero detrás de
él se fue el hombre siguiéndolo, y cuando los dos estaban en la habitación éste
le amenazó:
Eso te pasa por
querer llevarme la contraria maldito mocoso, no olvides que puedo volverte a golpear
cuantas veces yo quiera. Ni creas que te vas a salir con la tuya, maldito
engendro.
Y yo le recuerdo,
que también puedo defenderme, acaso ya olvidó, ¿quién salió más herido? Quién
sabe qué mentiras le dijo a mi madre
para que no le preguntara por los golpes que tiene en la cara.
El hombre se enfureció tanto que agarró al chico del brazo con
fuerza y advertirle:
No me provoques
pedazo de escoria, porque te va pesar, no olvides que sin mí, no tuvieras esta medicina. – El hombre le
había arrebatado el frasco de la mano del joven, y sonriendo con maldad expresó:
– Esta es la última que le queda a tu madre, ¿qué pasaría si yo la tiro al
suelo?
El rubio lo miraba con rabia, trataba de soltarse del agarre, y de
la cólera que tenía, unas finas lágrimas comenzaban a salir de sus ojos.
Está bien, usted
gana, por favor haga conmigo lo que quiera, pero no derrame la medicina, usted
mismo vio que ella se ha puesto mal, y debo llevársela inmediatamente.
No olvidaré tus
palabras maldito mocoso, y por tu bien, más vale que cumplas lo que me acabas
de decir, o si no… – Sonrió con maldad. – Despídete de tu querida madre para
siempre… Así que ya lo sabes, desde hoy harás exactamente todo lo que yo te
diga.
Sí, sí señor,
ahora por favor suélteme, tengo que estar con mi madre.
El viejo lo soltó, y en cuanto le dio la medicina, el otro corrió
al lugar en dónde se encontraba la mujer…
Muy pronto, te
darás cuenta de lo que soy capaz de hacer, maldito engendro, haré que te
arrepientas toda tu vida de haberte metido conmigo. – Se decía el hombre para
sí mismo, mientras miraba como el chico se alejaba.
Continuará….
N/A: Quiero agradecerles por leer esta historia, acepto críticas de
toda clase, únicamente no olviden dejar sus comentarios y cualquier duda que
tengan, con mucho gusto les responderé…
Bueno, me despido de ustedes cariñosamente, les dejo un fuerte
abrazo, y besos virtuales. ^_^
Atte.:
KAT.
P.D.: Quiero recordarles que el próximo mes Fanfics Yaoi estará de
aniversario, si, así es, gracias a ustedes podré cumplir dos años de mantener
este blog, y para ello me gustaría hacer algo especial. Si alguien tiene ideas
de cómo podemos celebrarlo, le pido de favor que me dejen sus comentarios que
yo con mucho gusto les responderé.
Nuevamente les agradezco mucho por este gran apoyo que me siempre
me están brindando.
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