sábado, 4 de febrero de 2023

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 66: Un cachorro muy alegre, y… Un gato disgustado… III parte.

 

 


Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

******************************

 

Días después…

 

         Dime hija, ¿cómo va tu búsqueda?

 

         Que te puedo decir, padre. – Suspiró. – Cuando creíamos que íbamos a tener una pista, viene otro sujeto y nos la quita.

 

         ¿Tienes alguna idea de cómo apareció ese libro ahí?

 

         La verdad es que no lo sé, padre.

 

         Entiendo. – Se quedó callado por un momento. – ¿Has visto el hombre quién lo tiene?

 

         Únicamente lo ha visto Yūgi, y es extraño porque cada vez que me separo de él por un momento, esa persona aparece y luego se esfuma así de la nada.

 

         Le has preguntado a tu amigo, ¿cómo es esa persona?

 

         Lo que me ha contado es que tiene cierto parecido a él, es un poco más alto, Yūgi cree que podría ser la persona al que andamos buscando.

 

         ¿En qué se basa para creerlo?

 

         Porque sus ojos son de color de rubí. Aunque le insistí a Yūgi que me dijera exactamente si eran de rubí o eran rojos.

 

         ¿Qué fue lo que te respondió?

 

         Sigue de necio diciéndome que son de rubí, y eso que ya le expliqué que hay una gran diferencia entre el rojo y el color rubí.


         Interesante…

 

         ¿Qué es lo que te parece interesante?

 

         Nada, nada, olvídalo.

 

         A veces no puedo creer que sea tan tonto.

 

         Cálmate Rebecca, únicamente te pido que seas paciente con él.

 

         Está bien, padre. Con su permiso me retiro.

 

         Sí, sí, claro. – Cuando la mujer se fue, el hombre se quedó muy pensativo. – “Baia, al menos ya puedo estar tranquilo de que el libro ha caído en buenas manos. Que irónica es la vida, sin querer ha caído en el lugar donde corresponde”.

 

******************************

 

Unos hombres llevaban un buen rato discutiendo y dicha discusión en vez de mejorar, empeoraba cada vez más.

 

         NO PUEDO CREER QUE LO HAYAS DESCUIDADO.

 

         YO NO LO DESCUIDÉ, LE ORDENÉ QUE SE QUEDARA EN MI OFICINA.

 

         SI CLARO, COMO SI ORDENÁNDOLE TE VA HACER CASO.

 

         ¿QUÉ QUERÍAS QUE HICIERA? ESTABA EN UNA JUNTA SUMAMENTE IMPORTANTE.

 

         SI IBAS A ESTAR TAN OCUPADO, AL MENOS LO HUBIERAS DEJADO EN LA MANSIÓN.

 

         NO PUEDO DEJARLO AHÍ.

 

         ¿POR QUÉ NO? ANDA DÍMELO, YA QUE TOCASTE EL TEMA.

 

         NO LO ENTENDERÍAS.

 

         AH NO, ESO SÍ QUE NO, NO ME DEJARÁS CON LA DUDA. EXIJO QUE ME RESPONDAS, SETO.

 

         BIEN, SI TANTO INSISTES, TE LO DIRÉ… ME HAS TENIDO ARTO EN QUERER TRAER A ESAS PERSONAS PARA QUE CONOZCAN A JOEY, Y FUE POR ESO QUE TOME LA DECISIÓN DE LLEVÁRMELO TODOS LOS DÍAS A MI OFICINA PARA ALEJARLO DE TI.


El hombre se quedó atónito al escuchar las palabras de su primo.

 

         ¿INSINÚAS QUE YO LOS IBA A METER SIN TU PERMISO?

 

         CONOCIÉNDOTE BIEN, ESTABA SEGURO QUE ASÍ LO HARÍAS.

 

         PUES TE EQUIVOCASTE AL PENSAR ESO DE MÍ, YO NO PONDRÍA EN RIESGO LA VIDA DE JOEY. Y SI, NO VOY A NEGAR QUE MI AMIGO ME HA INSISTIDO TANTO EN LO MISMO, Y CADA VEZ QUE LO HACE LE DOY LA MISMA RESPUESTA.

 

         SI CLARO, COMO SI ESO FUERA A SOLUCIONAR EL PROBLEMA.

 

         ¿Y QUÉ SE SUPONE QUE DEBA HACER?

 

         MANDAR AL DIABLO A TU AMIGO, DECIRLE QUE JOEY NO EXISTE O QUE HACE MUCHO TIEMPO QUE SE LARGÓ DE AQUÍ Y QUE NO SABES A DÓNDE SE FUE.

 

         NO PUEDO DECIRLE ESO A MI AMIGO.

 

         ¿POR QUÉ NO?

 

         PORQUE NO QUIERO MENTIRLE.

 

         NO ERES MÁS QUE UN ESTÚPIDO, YAMI.

 

         PODRÉ SER TODO LO QUE TÚ QUIERAS, PERO AL MENOS YO, NO EMBORRACHO A MENORES.

 

         YO NO LO EMBORRACHÉ. – Gritó más que furioso. – EL NO DEBIÓ DE SALIR SIN MI PERMISO.

 

         PUES DEBISTE DE ESTAR MÁS AL PENDIENTE DE ÉL.

 

         COMO FASTIDIAS, EN TODO CASO ÉL NO ES UN BEBÉ, YA ES TODO UN ADOLESCENTE QUE TIENE QUE ACATAR LAS ÓRDENES QUE SE LE DEN.

 

         DI LO QUE QUIERAS, PARA MÍ, JOEY SIGUE SIENDO UN NIÑO QUE NECESITA SER SUPERVISADO POR UN ADULTO.

 

         SI PARA TI SIGUE SIENDO UN NIÑO, ENTONCES… – Sonrió con malicia. – TÚ TENDRÁS QUE CASTIGARLO POR LA TRAVESURA QUE HIZO.

 

         ¿QUÉ? – Exclamó estupefacto. – ¿QUÉ DIJISTE?


         YA ME OÍSTE.

 

         TÚ NO PUEDES ESTAR HABLANDO EN SERIO.

 

         OH SÍ, ESTOY HABLANDO MUY EN SERIO. – Lo miraba seriamente a los ojos, haciendo que la otra persona tragara saliva en seco.

 

******************************

 

No muy lejos de ahí, pero en una de las habitaciones de la mansión…

 

Un extraño ser había entrado inesperadamente a una alcoba, ahí se encontraba una criatura profundamente dormida, ese ser caminaba alrededor del dragón y a la vez lo observaba detenidamente…

 

         Finalmente me atreví a estar ante su presencia. – Sonrió de medio lado. – Hace más de diez mil años que no te veía. Es una lástima que no puedas recordar nada. Pero creo que es mejor para ti no hacerlo. – Puso su mano en la cara del dragón para acariciarlo. – Puedo darme cuenta de que estas a gusto viviendo aquí, eso es bueno porque le trae paz a tu alma. Y al verte dormido me llena de mucha satisfacción al mirar que tienes una hermosa sonrisa en tus labios. Siempre has sido inquieto, y no importa los años o siglos que pasen, tú jamás cambiarás. La primera vez que te vi, eras un niño de apenas ocho años, te encontrabas llorando porque todos los demás niños se reían de tu apariencia. Fue entonces cuando me presenté ante ti y tomé la decisión de llevarte a una pequeña aldea. Pensé que ahí podrías vivir feliz, pero me equivoqué. – Sin poderlo evitar, sus ojos comenzaban a humedecerse. – Si hubiera previsto lo que pasaría, créeme que nunca te habría llevado a esa aldea. En aquel entonces, yo era un novato, no pensé en tu bienestar, únicamente pensé en mí mismo y en terminar una de mis pruebas. Fui un maldito egoísta al hacer las cosas a mi conveniencia. No tienes idea lo difícil que se me hace al estar aquí, y sé muy bien que he roto las reglas al presentarme ante ti, pero eso no importa, tarde o temprano asumiré mi castigo. Solamente espero que nos podamos volver a ver muy pronto. No más te diré una cosa… – Se acercó a una de las orejas del animal. – Quiero que seas muy feliz y espero que un día puedas perdonarme... – Terminó hablando en un idioma muy antiguo y luego desapareció.

 

******************************

 

En algún lugar de Ciudad de Tokio…

 

Un joven de cabellos de tres colores, se encontraba en su habitación hablando por teléfono.

 

         Rebecca, siento que te preocupas demasiado.

 

         ¿Cómo puedes decirme eso? – Se oía la voz de una mujer del otro lado del teléfono.

 

         No sé por qué te preocupas demasiado.

 

         Yūgi, por estar tan enfocada en la búsqueda no he podido concentrarme en qué regalarte a ti para navidad, y no sé qué regalarle a tu abuelo y a Shādī.

 

         Por Shādī ni te apures, no tienes que regalarle nada.

 

         YŪGI MUTŌ, NO PUEDO CREER QUE ESTÉS HABLANDO EN SERIO.

 

         No me grites, que no soy sordo.

 

         Agradece que no estoy cerca de ti, porque si no…

 

         Ay bueno, si quieres malgastar tu dinero en regalarle algo a ese bueno para nada, pues bien, hazlo.

 

         Por supuesto que lo haré.

 

         Como quieras.

 

         Entonces qué… ¿Me acompañarás?

 

         Tú sabes que odio ir de compras. – Manifestó fastidiado.

 

         Deberías de ir, al menos para ver que le puedes regalar a tu abuelo.

 

         Está bien, te acompañaré.

 

         Excelente, entonces comenzaremos mañana.

 

         Aun no entiendo por qué quieres empezar mañana, si faltan 11 días para navidad.

 

         Porque no quiero estar a última hora comparándoles regalos. Además, recuerda que las tiendas estarán rebalsando de gente poco antes de navidad.

 

         De acuerdo, tú ganas.

 

         Gracias Yūgi.

 

         Entonces te veo mañana.

 

         Claro que sí.

 

******************************

 

Horas más tarde…

 

Un hombre de cabellos de tres colores, se encontraba en una habitación, miraba con tristeza a la criatura que todavía yacía dormido en el suelo.

 

         “Hace tres días que está durmiendo.” – Pensaba para sí mismo. – “¿Hasta cuándo piensa despertar? Tal parece que no le cayó bien la borrachera que se dio”. – Medio sonrió ante sus propias palabras. – “Ay Joey, ¿cómo fue que te embriagaste? Por lo que me contó mi primo, creíste que esas botellas contenían algún refresco. Fue muy gracioso cuando vi entrar a mi primo por la puerta principal, se veía realmente molesto y te cargaba en sus brazos”. – Sonrió al recordar la escena. – Cuando medio abriste tus ojitos y lograste verme, me dijiste…

 

FLASH BACK

 

         Seto, ¿qué fue lo que le ocurrió?

 

         ¿Te importa más este perro que a mí? – Lo cuestionaba furioso.

 

         Bueno… Yo… – Se le quedaba viendo de pies a cabeza. – Pero qué diablos, ¿qué fue lo que te pasó? ¿Y por qué hueles tan mal?

 

         Mejor cállate, no estoy de humor para…

 

         Bonde… Estoshy…

 

         Hasta que por fin despiertas, perro. – Lo ponía en el suelo, pero al ver que no se podía parar lo sostenía en sus brazos.

 

         ¡Hip! Dor quesh hay dosh Yamish… – Se tambaleaba al hablar, mientras que señalaba con su dedo índice en varias direcciones.

 

         ¿Joey? ¿Estás bien?

 

         ¡HIP! SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII… UUUUUUUUUUUUUJJJJUUUUUUUUUU… – Gritaba como si estuviera perdido.

 

El tricolor se había quedado con la boca abierta al ver a su amigo que estaba ebrio.

 

         No me digas que…

 

         ¿Qué es lo que sucede aquí? ¿Por qué tanto escándalo? – Preguntaba el recién llegado.


         ¡Hip! Abora deo dosh Mokubash… – Se reía de forma graciosa.

 

         ¿Joey? ¿Qué es lo que le pasa hermano? ¿Por qué actúa como tonto?

 

         Porque eso es lo que es, un grandísimo idiota.

 

         ¿Eh?...

 

         Tu hermano trata de decir que él está borracho.

 

         ¿Qué, qué? ¿Borracho? ¿Pero cómo?

 

         Eso mismo es lo que yo quisiera saber también.

 

         Lo llevaré a su habitación y luego les contestaré todas sus estúpidas preguntas. – Respondió molesto. – Andando perro, camina.

 

         ¡Hip! Gue bideertido esh esto, bodo tash gando gueltash…

 

         Si, si, tú sólo camina.

 

FIN DEL FLASHBACK

 

         ¿Aún no se despierta?

 

El hombre salió de sus pensamientos al escuchar una voz muy conocida por él.

 

         Todavía no.

 

         Esto es el colmo, ¿hasta cuándo piensa dormir este perro?

 

         ¿Qué fue lo que te dijo el veterinario cuando lo examinó?

 

         Nada, le ahorré que me diera el sermón del por qué estaba en esas condiciones y luego se limitó en decirme que lo dejara descansar.

 

         Ya veo…

 

         Traje agua y una pastilla para el dolor de cabeza.

 

         ¿Para el dolor de cabeza?

 

         Si, ya verás que la va necesitar en cuanto despierte. – Ponía las cosas en la mesa de noche. – No olvides hablar con él a no más abra sus ojos.

 

         Como fastidias, ya te dije que lo haré.

 

         Más te vale que esta vez seas muy duro con él.

 

Antes que la otra persona respondiera, se comenzó a escuchar pequeños gemidos…

 

         Aaaaahhhhhh…

 

         ¡ESTÁ DESPERTANDO! – Exclamó emocionado. – Joey, ¿puedes oírme?

 

         Aaaaaaayyyyyyy… ¿Dónde estoy? – Medio levantaba la cabeza.

 

         ¡Joey!

 

         Cállate Yami, déjalo que se espabile un poco. – Lo reprendió el ojiazul.

 

         ¿Por qué me duele tanto la cabeza? – Trató de transformarse pero no conseguía hacerlo. – Me siento muy mal… Aaaaaaaaaaaahhhhhhh…

 

         ¿Qué esperabas? Con la borrachera de hace tres días, cómo esperabas que te sintieras. – Manifestaba con sarcasmo el ojiazul.

 

         ¿Borrachera? ¿Qué es eso? No recuerdo nada. – Se estiró un poco estando como un dragón.

 

         Oye, ten cuidado con esas garras, perro estúpido.

 

         Lo siento mucho.

 

         Termina de transformarte de una vez para poderte dar una medicina.

 

         Lo intentaré.

 

         Con cuidado Joey, eso es, hazlo despacio.

 

         Déjalo que lo haga por su cuenta, Yami.

 

         No seas tan duro con él, Seto.

 

Después de un rato, el rubio logró transformarse por completo, posteriormente le dieron la pastilla para que se le quitara el dolor de cabeza.

 

         Muchas gracias.

 

         ¿Ya te sientes mejor?

 

         Creo que sí.

 

         Si ya estas mejor, Yami tiene que decirte algo importante.

 

La otra persona volteó a ver a su primo muy molesto, dándole a entender que se esperara un poco más.

 

         No me veas así, y ya díselo de una vez.

 

         ¿Decirme que? – Los miraba confundido.

 

         Cof, cof, cof… – Carraspeó un poco su garganta. – Joey…

 

         ¿Qué pasa Yami?

 

         Tienes que entender que lo que hiciste no estuvo bien.

 

         ¿Qué fue lo que hice? – Cuestionaba con inocencia.

 

         No te hagas perro, bien sabes lo que hiciste.

 

         Basta Seto, déjame manejar este asunto a mi manera.

 

         Como quieras Yami.

 

         Como te estaba diciendo, lo que hiciste no estuvo bien.

 

         ¿Qué fue lo que hice? – Volvió hacer la misma pregunta.

 

         Primeramente, no obedeciste a Seto en quedarte en su oficina.

 

         Lo siento mucho, es que él…

 

         Cállate perro, y pon atención lo que mi primo trata de decirte. – Lo miraba más que molesto.

 

         Lo siento. – Bajó la cabeza.


         Joey, escúchame…  – Lo agarró del mentón para que lo viera a los ojos. – Lo que hiciste, no estuvo bien, no debiste de entrar a ese lugar sin el permiso de Seto y no tenías por qué abrir el mini bar y tomarte todas las botellas que habían ahí.

 

         Yo… Yo solamente buscaba algo para beber, y al ver tantas botellas ahí, creí que eran refrescos de distintos sabores. – Lo miraba tiernamente a los ojos.

 

         No puedo hacer esto. – Volteó a ver a su primo.

 

         O lo haces tú, o lo hago yo. – Su voz sonaba seria.

 

         ¿Hacer qué? – Preguntaba algo nervioso.

 

         Lo lamento tanto Joey, pero lo que hiciste no estuvo bien. Y por ende… – Se armaba de valor para poder decírselo. – Tendré que castigarte por la travesura que has hecho.

 

El joven enmudeció al escuchar las palabras de su amigo y sin poderlo evitar sus ojos comenzaron a humedecerse…

 

         No… Por… Favor… No… Me castigues… – Suplicaba con la voz entre cortada.

 

 


Continuará…

 

 

 


N/A: ¿Qué habrá querido decir el padre de Rebecca? ¿Quién era ese ser misterioso y qué hacía en ese lugar? ¡Ay no! ¿Qué clase de castigo le darán a mi cachorro? Que alguien lo ayude por favor, no permitan que le hagan daño… Kat, sale corriendo a pedir ayuda.

 

Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos, los invito para que no se pierdan la continuación de esta gran aventura. Muchísimas gracias por todo su apoyo, si tienen dudas no olviden dejar sus comentarios que yo con mucho les responderé. De ante mano me disculpo por no actualizar todos los viernes, pero en estos momentos estoy pasando por una situación muy difícil en mi vida, que como ya se los expliqué en el capítulo anterior, les pido que puedan comprenderme. Les mando muchos besos virtuales y un súper abrazo desde la distancia.

 

Atte.:

 

                 KAT.

 



P.D.: He tenido que pasar por una semana bastante difícil, mis esperanzas de poder embarazarme se fueron a la basura. Y esto me ha desanimado bastante, a tal punto que e ocasiones caigo en depresión y no hago otra cosa más que llorar. La única alternativa que me han dado los médicos especialista en ginecología es que me someta a la fecundación in vitro. Para quienes no saben lo que es, se trata de la unión del ovulo de otra mujer y el espermatozoide del hombre. En otras palabras, yo, solamente seré el recipiente, tendría un bebé sin una pizca de mi sangre, no sería su madre biológica. Créanme que no tengo ningún problema con eso, lo que más me desanima de todo esto es que dicho tratamiento cuesta casi $11,000 dólares americanos, es una suma de dinero bastante fuerte que no logro conseguir ni en los bancos. Si tan sólo tuviera a alguien que me tendiera una mano que me pudiera servir de fiador/a, créanme que sin pensarlo me sometería a dicho tratamiento para cumplir mis sueños…

 

Por esa razón, es que no estoy actualizando todos los viernes, estoy haciendo lo que puedo y trato de hallarle sentido a mi vida para animarme como antes y seguir escribiendo con aquella pasión que antes lo hacía. Les pido por favor que me tengan paciencia y me puedan comprender, y a la vez les pido que oren por mí, le pido a Dios todos los días que me haga el milagro de poder quedar embarazada con los poquitos óvulos que me quedan, y realice mi sueño de poder ser madre. Ayúdenme por favor para no darme por vencida…

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario