Capítulo 66: Un cachorro muy alegre, y… Un gato disgustado… III parte.
Declaimer:
Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!,
“No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor,
abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se
diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la
dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…
******************************
Días después…
Dime hija, ¿cómo va tu búsqueda?
Que te puedo decir, padre. – Suspiró. –
Cuando creíamos que íbamos a tener una pista, viene otro sujeto y nos la quita.
¿Tienes alguna idea de cómo apareció
ese libro ahí?
La verdad es que no lo sé, padre.
Entiendo. – Se quedó callado por un
momento. – ¿Has visto el hombre quién lo tiene?
Únicamente lo ha visto Yūgi, y es
extraño porque cada vez que me separo de él por un momento, esa persona aparece
y luego se esfuma así de la nada.
Le has preguntado a tu amigo, ¿cómo es
esa persona?
Lo que me ha contado es que tiene
cierto parecido a él, es un poco más alto, Yūgi cree que podría ser la persona
al que andamos buscando.
¿En qué se basa para creerlo?
Porque sus ojos son de color de rubí.
Aunque le insistí a Yūgi que me dijera exactamente si eran de rubí o eran
rojos.
¿Qué fue lo que te respondió?
Sigue de necio diciéndome que son de
rubí, y eso que ya le expliqué que hay una gran diferencia entre el rojo y el
color rubí.
Interesante…
¿Qué es lo que te parece interesante?
Nada, nada, olvídalo.
A veces no puedo creer que sea tan
tonto.
Cálmate Rebecca, únicamente te pido que
seas paciente con él.
Está bien, padre. Con su permiso me
retiro.
Sí, sí, claro. – Cuando la mujer se
fue, el hombre se quedó muy pensativo. – “Baia, al menos ya puedo estar
tranquilo de que el libro ha caído en buenas manos. Que irónica es la vida, sin
querer ha caído en el lugar donde corresponde”.
******************************
Unos
hombres llevaban un buen rato discutiendo y dicha discusión en vez de mejorar,
empeoraba cada vez más.
NO PUEDO CREER QUE LO HAYAS DESCUIDADO.
YO NO LO DESCUIDÉ, LE ORDENÉ QUE SE
QUEDARA EN MI OFICINA.
SI CLARO, COMO SI ORDENÁNDOLE TE VA
HACER CASO.
¿QUÉ QUERÍAS QUE HICIERA? ESTABA EN UNA
JUNTA SUMAMENTE IMPORTANTE.
SI IBAS A ESTAR TAN OCUPADO, AL MENOS
LO HUBIERAS DEJADO EN LA MANSIÓN.
NO PUEDO DEJARLO AHÍ.
¿POR QUÉ NO? ANDA DÍMELO, YA QUE
TOCASTE EL TEMA.
NO LO ENTENDERÍAS.
AH NO, ESO SÍ QUE NO, NO ME DEJARÁS CON
LA DUDA. EXIJO QUE ME RESPONDAS, SETO.
BIEN, SI TANTO INSISTES, TE LO DIRÉ… ME
HAS TENIDO ARTO EN QUERER TRAER A ESAS PERSONAS PARA QUE CONOZCAN A JOEY, Y FUE
POR ESO QUE TOME LA DECISIÓN DE LLEVÁRMELO TODOS LOS DÍAS A MI OFICINA PARA
ALEJARLO DE TI.
El
hombre se quedó atónito al escuchar las palabras de su primo.
¿INSINÚAS QUE YO LOS IBA A METER SIN TU
PERMISO?
CONOCIÉNDOTE BIEN, ESTABA SEGURO QUE
ASÍ LO HARÍAS.
PUES TE EQUIVOCASTE AL PENSAR ESO DE
MÍ, YO NO PONDRÍA EN RIESGO LA VIDA DE JOEY. Y SI, NO VOY A NEGAR QUE MI AMIGO
ME HA INSISTIDO TANTO EN LO MISMO, Y CADA VEZ QUE LO HACE LE DOY LA MISMA RESPUESTA.
SI CLARO, COMO SI ESO FUERA A
SOLUCIONAR EL PROBLEMA.
¿Y QUÉ SE SUPONE QUE DEBA HACER?
MANDAR AL DIABLO A TU AMIGO, DECIRLE
QUE JOEY NO EXISTE O QUE HACE MUCHO TIEMPO QUE SE LARGÓ DE AQUÍ Y QUE NO SABES
A DÓNDE SE FUE.
NO PUEDO DECIRLE ESO A MI AMIGO.
¿POR QUÉ NO?
PORQUE NO QUIERO MENTIRLE.
NO ERES MÁS QUE UN ESTÚPIDO, YAMI.
PODRÉ SER TODO LO QUE TÚ QUIERAS, PERO
AL MENOS YO, NO EMBORRACHO A MENORES.
YO NO LO EMBORRACHÉ. – Gritó más que
furioso. – EL NO DEBIÓ DE SALIR SIN MI PERMISO.
PUES DEBISTE DE ESTAR MÁS AL PENDIENTE
DE ÉL.
COMO FASTIDIAS, EN TODO CASO ÉL NO ES
UN BEBÉ, YA ES TODO UN ADOLESCENTE QUE TIENE QUE ACATAR LAS ÓRDENES QUE SE LE
DEN.
DI LO QUE QUIERAS, PARA MÍ, JOEY SIGUE
SIENDO UN NIÑO QUE NECESITA SER SUPERVISADO POR UN ADULTO.
SI PARA TI SIGUE SIENDO UN NIÑO,
ENTONCES… – Sonrió con malicia. – TÚ TENDRÁS QUE CASTIGARLO POR LA TRAVESURA
QUE HIZO.
¿QUÉ? – Exclamó estupefacto. – ¿QUÉ
DIJISTE?
YA ME OÍSTE.
TÚ NO PUEDES ESTAR HABLANDO EN SERIO.
OH SÍ, ESTOY HABLANDO MUY EN SERIO. –
Lo miraba seriamente a los ojos, haciendo que la otra persona tragara saliva en
seco.
******************************
No muy lejos de ahí, pero en
una de las habitaciones de la mansión…
Un
extraño ser había entrado inesperadamente a una alcoba, ahí se encontraba una
criatura profundamente dormida, ese ser caminaba alrededor del dragón y a la
vez lo observaba detenidamente…
Finalmente me atreví a estar ante su
presencia. – Sonrió de medio lado. – Hace más de diez mil años que no te veía.
Es una lástima que no puedas recordar nada. Pero creo que es mejor para ti no
hacerlo. – Puso su mano en la cara del dragón para acariciarlo. – Puedo darme
cuenta de que estas a gusto viviendo aquí, eso es bueno porque le trae paz a tu
alma. Y al verte dormido me llena de mucha satisfacción al mirar que tienes una
hermosa sonrisa en tus labios. Siempre has sido inquieto, y no importa los años
o siglos que pasen, tú jamás cambiarás. La primera vez que te vi, eras un niño
de apenas ocho años, te encontrabas llorando porque todos los demás niños se
reían de tu apariencia. Fue entonces cuando me presenté ante ti y tomé la
decisión de llevarte a una pequeña aldea. Pensé que ahí podrías vivir feliz,
pero me equivoqué. – Sin poderlo evitar, sus ojos comenzaban a humedecerse. –
Si hubiera previsto lo que pasaría, créeme que nunca te habría llevado a esa
aldea. En aquel entonces, yo era un novato, no pensé en tu bienestar,
únicamente pensé en mí mismo y en terminar una de mis pruebas. Fui un maldito
egoísta al hacer las cosas a mi conveniencia. No tienes idea lo difícil que se
me hace al estar aquí, y sé muy bien que he roto las reglas al presentarme ante
ti, pero eso no importa, tarde o temprano asumiré mi castigo. Solamente espero
que nos podamos volver a ver muy pronto. No más te diré una cosa… – Se acercó a
una de las orejas del animal. – Quiero que seas muy feliz y espero que un día
puedas perdonarme... – Terminó hablando en un idioma muy antiguo y luego
desapareció.
******************************
En algún lugar de Ciudad de
Tokio…
Un
joven de cabellos de tres colores, se encontraba en su habitación hablando por
teléfono.
Rebecca, siento que te preocupas
demasiado.
¿Cómo puedes decirme eso? – Se oía la
voz de una mujer del otro lado del teléfono.
No sé por qué te preocupas demasiado.
Yūgi, por estar tan enfocada en la
búsqueda no he podido concentrarme en qué regalarte a ti para navidad, y no sé
qué regalarle a tu abuelo y a Shādī.
Por Shādī ni te apures, no tienes que
regalarle nada.
YŪGI MUTŌ, NO PUEDO CREER QUE ESTÉS
HABLANDO EN SERIO.
No me grites, que no soy sordo.
Agradece que no estoy cerca de ti,
porque si no…
Ay bueno, si quieres malgastar tu
dinero en regalarle algo a ese bueno para nada, pues bien, hazlo.
Por supuesto que lo haré.
Como quieras.
Entonces qué… ¿Me acompañarás?
Tú sabes que odio ir de compras. –
Manifestó fastidiado.
Deberías de ir, al menos para ver que
le puedes regalar a tu abuelo.
Está bien, te acompañaré.
Excelente, entonces comenzaremos mañana.
Aun no entiendo por qué quieres empezar
mañana, si faltan 11 días para navidad.
Porque no quiero estar a última hora
comparándoles regalos. Además, recuerda que las tiendas estarán rebalsando de
gente poco antes de navidad.
De acuerdo, tú ganas.
Gracias Yūgi.
Entonces te veo mañana.
Claro que sí.
******************************
Horas más tarde…
Un
hombre de cabellos de tres colores, se encontraba en una habitación, miraba con
tristeza a la criatura que todavía yacía dormido en el suelo.
“Hace tres días que está durmiendo.” –
Pensaba para sí mismo. – “¿Hasta cuándo piensa despertar? Tal parece que no le
cayó bien la borrachera que se dio”. – Medio sonrió ante sus propias palabras.
– “Ay Joey, ¿cómo fue que te embriagaste? Por lo que me contó mi primo, creíste
que esas botellas contenían algún refresco. Fue muy gracioso cuando vi entrar a
mi primo por la puerta principal, se veía realmente molesto y te cargaba en sus
brazos”. – Sonrió al recordar la escena. – Cuando medio abriste tus ojitos y lograste
verme, me dijiste…
FLASH
BACK
Seto,
¿qué fue lo que le ocurrió?
¿Te
importa más este perro que a mí? – Lo cuestionaba furioso.
Bueno…
Yo… – Se le quedaba viendo de pies a cabeza. – Pero qué diablos, ¿qué fue lo
que te pasó? ¿Y por qué hueles tan mal?
Mejor
cállate, no estoy de humor para…
Bonde…
Estoshy…
Hasta
que por fin despiertas, perro. – Lo ponía en el suelo, pero al ver que no se
podía parar lo sostenía en sus brazos.
¡Hip!
Dor quesh hay dosh Yamish… – Se tambaleaba al hablar, mientras que señalaba con
su dedo índice en varias direcciones.
¿Joey?
¿Estás bien?
¡HIP!
SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII… UUUUUUUUUUUUUJJJJUUUUUUUUUU… – Gritaba
como si estuviera perdido.
El tricolor se había quedado con la boca
abierta al ver a su amigo que estaba ebrio.
No
me digas que…
¿Qué
es lo que sucede aquí? ¿Por qué tanto escándalo? – Preguntaba el recién
llegado.
¡Hip!
Abora deo dosh Mokubash… – Se reía de forma graciosa.
¿Joey?
¿Qué es lo que le pasa hermano? ¿Por qué actúa como tonto?
Porque
eso es lo que es, un grandísimo idiota.
¿Eh?...
Tu
hermano trata de decir que él está borracho.
¿Qué,
qué? ¿Borracho? ¿Pero cómo?
Eso
mismo es lo que yo quisiera saber también.
Lo
llevaré a su habitación y luego les contestaré todas sus estúpidas preguntas. –
Respondió molesto. – Andando perro, camina.
¡Hip!
Gue bideertido esh esto, bodo tash gando gueltash…
Si,
si, tú sólo camina.
FIN
DEL FLASHBACK
¿Aún
no se despierta?
El hombre salió de sus pensamientos al
escuchar una voz muy conocida por él.
Todavía
no.
Esto
es el colmo, ¿hasta cuándo piensa dormir este perro?
¿Qué
fue lo que te dijo el veterinario cuando lo examinó?
Nada,
le ahorré que me diera el sermón del por qué estaba en esas condiciones y luego
se limitó en decirme que lo dejara descansar.
Ya
veo…
Traje
agua y una pastilla para el dolor de cabeza.
¿Para
el dolor de cabeza?
Si,
ya verás que la va necesitar en cuanto despierte. – Ponía las cosas en la mesa
de noche. – No olvides hablar con él a no más abra sus ojos.
Como
fastidias, ya te dije que lo haré.
Más
te vale que esta vez seas muy duro con él.
Antes que la otra persona respondiera, se
comenzó a escuchar pequeños gemidos…
Aaaaahhhhhh…
¡ESTÁ
DESPERTANDO! – Exclamó emocionado. – Joey, ¿puedes oírme?
Aaaaaaayyyyyyy…
¿Dónde estoy? – Medio levantaba la cabeza.
¡Joey!
Cállate
Yami, déjalo que se espabile un poco. – Lo reprendió el ojiazul.
¿Por
qué me duele tanto la cabeza? – Trató de transformarse pero no conseguía
hacerlo. – Me siento muy mal… Aaaaaaaaaaaahhhhhhh…
¿Qué
esperabas? Con la borrachera de hace tres días, cómo esperabas que te
sintieras. – Manifestaba con sarcasmo el ojiazul.
¿Borrachera?
¿Qué es eso? No recuerdo nada. – Se estiró un poco estando como un dragón.
Oye,
ten cuidado con esas garras, perro estúpido.
Lo
siento mucho.
Termina
de transformarte de una vez para poderte dar una medicina.
Lo
intentaré.
Con
cuidado Joey, eso es, hazlo despacio.
Déjalo
que lo haga por su cuenta, Yami.
No
seas tan duro con él, Seto.
Después de un rato, el rubio logró
transformarse por completo, posteriormente le dieron la pastilla para que se le
quitara el dolor de cabeza.
Muchas
gracias.
¿Ya
te sientes mejor?
Creo
que sí.
Si
ya estas mejor, Yami tiene que decirte algo importante.
La otra persona volteó a ver a su primo
muy molesto, dándole a entender que se esperara un poco más.
No
me veas así, y ya díselo de una vez.
¿Decirme
que? – Los miraba confundido.
Cof,
cof, cof… – Carraspeó un poco su garganta. – Joey…
¿Qué
pasa Yami?
Tienes
que entender que lo que hiciste no estuvo bien.
¿Qué
fue lo que hice? – Cuestionaba con inocencia.
No
te hagas perro, bien sabes lo que hiciste.
Basta
Seto, déjame manejar este asunto a mi manera.
Como
quieras Yami.
Como
te estaba diciendo, lo que hiciste no estuvo bien.
¿Qué
fue lo que hice? – Volvió hacer la misma pregunta.
Primeramente,
no obedeciste a Seto en quedarte en su oficina.
Lo
siento mucho, es que él…
Cállate
perro, y pon atención lo que mi primo trata de decirte. – Lo miraba más que
molesto.
Lo
siento. – Bajó la cabeza.
Joey,
escúchame… – Lo agarró del mentón para
que lo viera a los ojos. – Lo que hiciste, no estuvo bien, no debiste de entrar
a ese lugar sin el permiso de Seto y no tenías por qué abrir el mini bar y
tomarte todas las botellas que habían ahí.
Yo…
Yo solamente buscaba algo para beber, y al ver tantas botellas ahí, creí que
eran refrescos de distintos sabores. – Lo miraba tiernamente a los ojos.
No
puedo hacer esto. – Volteó a ver a su primo.
O
lo haces tú, o lo hago yo. – Su voz sonaba seria.
¿Hacer
qué? – Preguntaba algo nervioso.
Lo
lamento tanto Joey, pero lo que hiciste no estuvo bien. Y por ende… – Se armaba
de valor para poder decírselo. – Tendré que castigarte por la travesura que has
hecho.
El joven enmudeció al escuchar las
palabras de su amigo y sin poderlo evitar sus ojos comenzaron a humedecerse…
No…
Por… Favor… No… Me castigues… – Suplicaba con la voz entre cortada.
Continuará…
N/A:
¿Qué habrá querido decir el padre de
Rebecca? ¿Quién era ese ser misterioso y qué hacía en ese lugar? ¡Ay no! ¿Qué
clase de castigo le darán a mi cachorro? Que alguien lo ayude por favor, no
permitan que le hagan daño… Kat, sale corriendo a pedir ayuda.
Todo esto y más lo iremos descubriendo en
los siguientes capítulos, los invito para que no se pierdan la continuación de
esta gran aventura. Muchísimas gracias por todo su apoyo, si tienen dudas no
olviden dejar sus comentarios que yo con mucho les responderé. De ante mano me
disculpo por no actualizar todos los viernes, pero en estos momentos estoy
pasando por una situación muy difícil en mi vida, que como ya se los expliqué
en el capítulo anterior, les pido que puedan comprenderme. Les mando muchos
besos virtuales y un súper abrazo desde la distancia.
Atte.:
KAT.
P.D.:
He tenido que pasar por una semana
bastante difícil, mis esperanzas de poder embarazarme se fueron a la basura. Y
esto me ha desanimado bastante, a tal punto que e ocasiones caigo en depresión
y no hago otra cosa más que llorar. La única alternativa que me han dado los
médicos especialista en ginecología es que me someta a la fecundación in vitro.
Para quienes no saben lo que es, se trata de la unión del ovulo de otra mujer y
el espermatozoide del hombre. En otras palabras, yo, solamente seré el
recipiente, tendría un bebé sin una pizca de mi sangre, no sería su madre
biológica. Créanme que no tengo ningún problema con eso, lo que más me desanima
de todo esto es que dicho tratamiento cuesta casi $11,000 dólares americanos,
es una suma de dinero bastante fuerte que no logro conseguir ni en los bancos.
Si tan sólo tuviera a alguien que me tendiera una mano que me pudiera servir de
fiador/a, créanme que sin pensarlo me sometería a dicho tratamiento para
cumplir mis sueños…
Por esa razón, es que no estoy
actualizando todos los viernes, estoy haciendo lo que puedo y trato de hallarle
sentido a mi vida para animarme como antes y seguir escribiendo con aquella
pasión que antes lo hacía. Les pido por favor que me tengan paciencia y me
puedan comprender, y a la vez les pido que oren por mí, le pido a Dios todos
los días que me haga el milagro de poder quedar embarazada con los poquitos
óvulos que me quedan, y realice mi sueño de poder ser madre. Ayúdenme por favor
para no darme por vencida…
No hay comentarios:
Publicar un comentario