SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…

Capítulo 88: Muerte de un inocente.

 

 

Notas del capítulo: Quiero dejar este episodio a criterio de cada quien, por lo que les pido respeto a todos los lectores que dejen sus comentarios, porque todos tenemos diferentes formas de pensar, y todos debemos de respetar las distintas opiniones y gustos que cada persona tiene.

 

 

AVISO IMPORTANTE: Este capítulo tendrá argumentos fuertes, sádicos, dolorosos y hasta perturbadores, así que antes de leerlo… Te sugiero que lo pienses bien antes de continuar… No me hago responsable por traumas psicológicos, depresiones o pesadillas que puedan tener en las noches… Leer bajo su propio riesgo. Soldado avisado, no muere en guerra.

 

 

Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

 

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Una voz llamó la atención del castaño.

 

         ¿Qué demonios haces aquí?

 

         ¡Mokuba! Yo sólo… Yo sólo vine hablar con Noah.

 

         ¡Lárgate! No quiero que te le vuelvas acercar, no entiendes que no quiero verte, no quiero saber nada de ti. – Lo miraba con odio.

 

         Ya me voy, y ya que te veo déjame decirte que…

 

         No deseo escucharte, nada de lo que digas cambiarán las cosas, ahora vete de aquí. – Trataba de tranquilizarse para no perjudicar a su bebé que llevaba dentro.

 

         Discúlpame por favor por llegar sin previo aviso.

 

Estaba por marcharse hasta que se escuchó una débil voz.

 

         Mokuba… No le hables así a tu hermano.

Ambos se quedaron estupefacto al oírlo hablar y solamente uno de ellos reaccionó al salir corriendo para estar a su lado.

 

         ¡Noah! Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Me tenías muy preocupado mi amor. – Se inclinó para medio apoyar su cabeza contra su pecho.

 

         No… Llores mi amor. – Levantó su mano para acariciar su cabeza suavemente.

 

         Me da gusto que por fin haya despertado.

 

         Fue gracias a usted señor Kaiba.

 

         No me diga que escuchó todo lo que le dije.

 

         Digamos que logré escuchar lo más importante.

 

         Yo no esperaba que usted me pudiera oír.

 

         ¿Se arrepiente de lo que me dijo?

 

         No. – Respondió con seriedad. – En cuanto usted se recupere podríamos conversar con más calma.

 

         Eso me encantaría señor Kaiba. – Medio le sonrió.

 

         Por favor, desde ahora llámeme Seto.

 

         ¿De verdad?

 

         Si.

 

         Así lo haré.

 

         Gracias. Llamaré al Doctor para que venga a revisarlo.

 

         Muchas gracias.

 

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Horas más tarde…

 

         Es una lástima que no nos hayan permitido ver a nuestros amigos.

 

         Tienes toda la razón Tea, y tan ilusionados que veníamos para poder verlos.

 

         Yo moría de ganas por ver a los bebés de Joey.

 

         Creo que tendremos que esperar a que ellos estén fuera de peligro.

 

         Ni modo tendremos que esperar. – Se escuchó un fuerte suspiro. – ¿Quieres que te lleve a tu mansión?

 

         Quiero que me acompañes a ver a Yami a su trabajo.

 

         ¿Qué? ¿Estás seguro Yūgi?

 

         Si.

 

         De acuerdo, vamos.

 

         Muchas gracias.

 

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         ¿Para qué me trajiste a tu oficina Yami?

 

         Para que podamos platicar sin interrupciones.

 

         Creí que no te gustaba que yo viniera aquí.

 

         Eso es correcto, no me gusta que vengas a buscarme a mi oficina.

 

         ¿Entonces?

 

         Mira Tristán, lo que quiero saber es porque has estado evadiéndome.

 

         Yo no te he estado evadiéndote.

 

         ¿En serio? Entonces dime por qué no contestas mis llamadas.

 

         Si no te he contestado es porque la última vez que nos vimos tú me dijiste que no te molestara. Y la verdad es que ya me estoy cansando de que siempre me busques cuando te conviene.

 

         Eso no es verdad. – Expresó con sarcasmo.

 

         Quieres decir que de verdad te he hecho falta.

 

         Pues claro que me has hecho mucha falta, no sabes las ganas que tengo por hacerte gemir cuando te la esté metiendo.

 

         ¡Eres un idiota! Me doy cuenta que no valoras mis sentimientos.

 

         No seas ridículo, te recuerdo que tu sólo estas para darme sexo.

 

         PUES QUE TE LO DÉ TU ESPOSO. – Gritó enfadado.

 

         No me hables de esa manera porque te puede ir muy mal.

 

         Lo siento. – Bajó un poco la mirada. – Yami, lo único que deseo es que me quieras aunque sea un poquito.

 

         Pero si ya te quiero.

 

         No esa clase de querer, lo que trato de decir es que me ames.

 

         Ya te he dicho mil veces que amo a Yūgi.

 

         Pero yo te amo Yami, tú y yo podríamos vivir felices. ¿Por qué no te divorcias de Yūgi?

 

         No digas tonterías, jamás me divorciaré de Yūgi. ¿Y sabes por qué?

 

         No lo sé, tú dímelo.

 

         Yūgi es mi marido, y es la persona a quien yo amo.

 

         En ese caso daré por terminada nuestra relación.

 

         No seas estúpido, sé muy bien que no tienes las agallas de dejarme. – Lo abrazó por detrás y comenzó a besarle el cuello.

 

         Aaahhhhh. – Se escuchó un pequeño gemido.

 

         Sé que te gusta hacerlo conmigo. – Lo abrazaba y metía sus manos por debajo de su camisa. – Conozco muy bien las partes de tu cuerpo que son sensibles. – Apretó uno de sus pezones.

 

         Aaaaaaaahhhhhhhh… Ya… Mi.

 

         Estamos hechos el uno para el otro. – Sacaba sus manos para dirigirlas a la entrepierna de su amante. – Te mueres de ganas por hacerlo conmigo.

 

         Aaaaaaahhhhhhhh… Aaaaaahhhhhhh… Basta… No sigas.

 

         ¿Quieres que me detenga? – Le susurró de manera sensual en su oído.

 

La otra persona se dio la media vuelta para besarlo en los labios, ambos se tocaban lujuriosamente.

 

         Espera Yami.

 

         No arruines el momento, ¿quieres? – Lo llevó hacia un sillón que había en el lugar y ahí empezaba a quitarle la ropa, y al deshacerse de la camisa notó algo extraño en el estómago de su amante. – Baia, baia, mira cómo has engordado desde que andas conmigo. – Manifestó con sarcasmo. – No cabe duda que te has beneficiado a mis costillas.

 

         No… No es verdad… Espera Yami.

 

         Shhhhh, calla. – Fue lo último que dijo al quitarle el pantalón junto con su ropa interior.

 

         Aaaaaaaaaaaahhhhhhhh, Yami, podrías ser gentil en esta ocasión.

 

         Lo dudo, tengo unas grandes ganas de tener sexo salvaje contigo, así que no me andes con cursilerías porque esta vez seré más rudo que antes. – Agarró su pene con fuerza para masturbarlo.

 

         Aaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh… Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh…

 

         Ya sabía que te gustaba. – Manifestó irónicamente en lo que dejaba de tocarlo para comenzar a desvestirse.

 

         Yami… Me gustaría que habláramos.

 

         Después Tristán, que no entiendes que no debes arruinar el momento.

 

         Está bien, luego de hacer el amor hay algo que debo decirte.

 

         Querrás decir después de que tengamos sexo.

 

         Solamente quiero que me escuches… AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH. – Gritó con todas sus fuerzas al sentir como el hombre se la había metido de un sólo golpe.

 

         Ya cállate, haces demasiado drama para nada, gritas como si esta fuera tu primera vez.

         Por… Favor… No te muevas. – Unas finas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

 

         Deja de decir estupideces y ábreme más las malditas piernas. – Se las sujetó con fuerza para elevarlas a la altura de su cabeza y ahí empezó a penetrarlo con rudeza. – Oh si, así, así, mueve ese culo para mí, Tristán.

 

         Aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, no tan fuerte por favor, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, me duele, me duele mucho, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, debiste de haberme preparado antes, aún no estaba listo, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, por favor Yami ve más despacio, siento que me vas a desgarrar, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, te suplico que seas gentil conmigo aunque sea por esta vez.

 

         Aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, tu a mí no me das órdenes, y te la voy a meter como se me dé la gana, y seré tan brusco como quiera, así que gime para mí querida putita, quiero oírte gritar más fuerte, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, mmm, mmm, oh sí, me encanta como me la aprietas, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, esta vez te la voy a meter bien en el fondo hasta que mis testículos quepan en tu culo, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, anda, quiero oírte gritar con más fuerza, di que te gusta cómo te la meto, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, DILO... – Sacaba su pene para arremeterlo con más fuerza, lo hacía una y otra vez en forma de tortura para obligarlo a decir lo que él quería escuchar.

 

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Un hombre había llegado a su mansión para descansar un poco, en cuanto subió las escaleras se dirigió a una de las alcobas principales, permaneció ahí por un buen rato pensando en todo lo ocurrido, y a la vez recordaba lo que sucedió en ese mismo lugar años atrás.

 

         Este fue el cuarto que habías decorado para el bebé que pensabas adoptar, y también fue aquí donde hice pedazos todas las cosas para ese niño. Desde que ocurrió esa tragedia tú jamás volviste a entrar a este lugar y desde entonces ha permanecido cerrado. Pero ahora… No sé si sea correcto en decorarla de nuevo para nuestros hijos, tuviste muy buen gusto para elegir esta alcoba, es muy amplia, hay una ventana en donde tiene una bella vista hacia el jardín, es el lugar perfecto para que sea el cuarto de un bebé, o en este caso de dos. – Sonrió melancólico. – Como me gustaría preguntarte si estuvieras dispuesto en aceptar de que este lugar fuera la alcoba de nuestros hijos, ni siquiera sé cuál va ser tu reacción si volvieras a entrar aquí de nuevo, cachorro. – Se decía así mismo en lo que miraba a su alrededor, en eso una suave voz lo sacó de sus pensamientos.

 

         Niño Seto.

 

         Mana. – Se limpiaba las lágrimas con disimulo.

 

         Disculpe mi atrevimiento pero…

 

         Por favor Mana, háblame con confianza.

 

         Está bien. – Carraspeó un poco su garganta para poder hablar. –  Creo que aquí será una bella habitación para sus hijos, y estoy seguro que al joven Joey también le va encantar.

 

         Agradezco tu optimismo Mana, por desgracia no pienso igual que usted.

 

         ¿Por qué no?

 

         Ya no recuerdas la estupidez que cometí al enterarme de lo que mi esposo planeaba hacer.

 

         Ay niño Seto eso pasó hace años.

 

         Lo sé, por esa razón es que no me atrevo abrir de nuevo esta habitación.

 

         ¿Por qué? Es muy amplia, fresca y tiene una hermosa vista al jardín.

 

         No me gustaría abrir viejas heridas. – Respondió melancólico.

 

         Creo que se preocupa demasiado, y a la vez está olvidando algo muy importante.

 

         ¿Ah sí, y qué es?

 

         Que su esposo no es rencoroso. – Le sonrió con sinceridad.

 

         En eso si tienes toda la razón. – Le devolvió la sonrisa.

 

         No lo piense mucho y convierta este lugar en una hermosa habitación para sus hijos.

 

         Está bien Mana, has logrado convencerme.

 

         Así se habla niño Seto.

 

         Tenemos mucho por hacer aquí antes de que mis hijos salgan del hospital.

 

         Usted no se preocupe por nada nosotros le ayudaremos con gusto.

 

         Muchas gracias Mana.

 

         Muero de ganas por conocerlos y estrecharlos en mis brazos, y dentro de algunos años esta mansión se llenará de risas y juegos.

 

El castaño se alegraba al escuchar hablar esa mujer.

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         ¿Qué significa esto?

 

         ¡Yūgi!

 

         ¿Cómo pudiste hacerme esto?

 

         Yūgi, ¿qué haces aquí?

 

         Solamente vine a decirte que Joey y Ryou están en el hospital. – Se abstenía las ganas de llorar.

 

         Yūgi, yo…

 

         NO ME TOQUES, NO ENTIENDO CÓMO PUDISTE ENGAÑARME, POR TI ERA CAPAZ DE AGUANTAR CUALQUIER COSA, TE AGUANTÉ TUS GOLPES Y TUS VIOLACIONES CONSTANTES, AGUANTÉ TODO TU MALTRATO TANTO FÍSICO COMO PSICOLÓGICO SOLAMENTE PARA ENCONTRARME CON TU ESTÚPIDO AMANTE. – Gritaba todo dolido mientras que los presentes estaban estupefacto por las cosas que oían.

 

         Yūgi, aquí no es el momento de hablar. – Trató de agarrarle el brazo con fuerza.

 

         Suéltame Yami, esto se acabó y quiero el divorcio. – Lloraba desconsoladamente. – Y tu Tristán, ¿cómo pudiste? Creí que éramos amigos.

 

         Lo siento mucho Yūgi pero debes saber que amo a Yami.

 

         ¿Desde cuándo? Hace cuánto que me están viendo la cara.

 

         Yūgi, escúchame por favor, yo te amo.

 

         Que cínico eres Yami.

 

         Te lo diré, desde que íbamos en la escuela siempre he amado a Yami.

 

         ¡CÁLLATE TRISTÁN!

 

         No, no pienso callarme esta vez, él tiene que saber que siempre he estado enamorado de ti.

 

         YA CÁLLATE ESTÚPIDA RAMERA.

 

         NO ME CALLES, TODO LO QUE DIGO ES VERDAD, SIEMPRE HE ESTADO ENAMORADO DE TI, TE AMO COMO NUNCA EN LA VIDA HE AMADO. Y HAY ALGO MÁS QUE DEBES SABER.

 

         TE DIJE QUE TE CALLARAS. – Le dio un golpe en la cara.

 

         Con lo que voy a decir en estos momentos espero que ya no me vuelvas a golpear. – Se abstenía las ganas de llorar. – Yami, estoy esperando un hijo tuyo.

 

         ¿Qué fue lo que dijiste?

 

         Eres o sordo o te haces, claramente te acaba de decir tu amante que esta embarazado.

 

         ESO NO ES CIERTO. – Gritó furioso. – NO PERMITIRÉ QUE ARRUINES MI MATRIMONIO.

 

         PERO SI TÚ MISMO LO HAS ARRUINADO YAMI. – Gritó con odio. – Vámonos de aquí Tea.

 

         Si.

 

         Yūgi, espera por favor.

 

         ¿Para qué quieres que espere? ¿Me pedirás acaso que me quede a ver cómo terminas de hacerle el amor a Tristán? ¿O para ver cómo le acaricias su vientre?

 

         Yūgi, ese hijo no es mío te lo puedo asegurar.

 

         ¿Estas negando a tu propio hijo en mi cara? ¿No tienes vergüenza?

 

         Maldita puta, si vuelves a decir una sola palabra lo lamentarás. Después arreglaré cuentas contigo.

 

Las personas que se encontraban ahí estaban boquiabiertos al verlo tan furioso.

 

         Yūgi, déjame explicarte por favor.

 

         Anda, explícate, explícame por qué te revolcabas con mi mejor amigo. ANDA YAMI, DÍMELO. – Gritaba exasperado.

 

         Yūgi, yo…

 

         Sabes que, no quiero volverte a ver en toda mi vida, y como te dije antes quiero el divorcio.

Al terminar de hablar salió de la oficina con el corazón destrozado.

 

 

Continuará…

 

 

N/A: ¿Qué pasará con Yami y Yūgi? ¿Se divorciarán? ¿Qué decisión tomará Yami sobre el embarazo de Tristán? ¿Mana le habrá aconsejado bien a su patrón? ¿Mokuba perdonará a su hermano? Todo esto y más lo iremos descubriendo en el siguiente capítulo, muchas gracias por leer esta historia, los invito a que no se pierdan la continuación, dejen sus comentarios sobre lo que puede y no puede suceder que yo con mucho gusto les responderé.

 

Nos vemos el próximo viernes, cuídense mucho, no salgan de casa al menos que sea estrictamente necesario, usen siempre su mascarilla, carguen consigo su botecito de alcohol gel, y saniticesen antes de entrar a sus hogares. Ahora si me despido cariñosamente de todos y cada uno de ustedes y les mando muchos besos virtuales y un gran abrazo desde la distancia.

 

Atte.:

 

             KAT.

P.D.: Fanfics Yaoi estará de aniversario y quiere celebrarlos con ustedes, pueden mandar sus dibujos o sus historias Yaoi del fandom que prefieran para ser publicadas durante el mes de abril del presente año. O si prefieren hacer algo conmemorativo por el tercer aniversario de Fanfics Yaoi. No olviden poner su nombre o seudónimo y país de origen. Recuerden que son ustedes los que le dan vida a esta página, son ustedes los que eligen como quieren que se vayan desarrollando las historias y son ustedes los que le agregan sabor y diversión. Los trabajos que reciba se irán subiendo a partir del 1º.  De abril, anímense a participar y hagamos juntos algo nuevo y creativo.