martes, 22 de enero de 2019

LOS OJOS… SON EL REFLEJO DEL ALMA...




Capítulo 39: Los errores de la vida se pagan con intereses. 



Notas del capítulo: La vida puede ser hermosa depende de cómo la vivamos. Hay diferentes etapas que el ser humano atraviesa, entre ellas están: La niñez, adolescencia, adultez y por último la vejez. Durante esas etapas, comúnmente se suelen cometer muchos errores, algunos no suelen ser tan graves pero otros hasta se puede marcar la vida de una persona. Por lo general, los errores de la vida se pagan con intereses y no nos damos cuenta en el momento si no que cuando puede ser ya demasiado tarde…


Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…


ACLARACIÓN: Este capítulo será un poco fuerte, por lo que recomiendo que aquellas personas que padezcan de baja autoestima, padecen del corazón o estén pasando por algo similar, les aconsejo que no lean este episodio. Como dice un viejo refrán… Soldado avisado, no muere en guerra… Por lo que si deciden leerlo será exclusivamente bajo su propia responsabilidad.

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En algún lugar de Ciudad Domino…

Hola hijo, he venido a traerte tu desayuno.

El hombre al no escuchar respuesta, decidió dejar la bandeja con la comida sobre una mesita que había en la habitación, después caminó en dirección hacia la cama para sentarse en una esquina.

Joey, no me gusta verte así, sé que he cometido muchos errores y que no he sido el padre perfecto, pero… – Se quedó callado por un segundo, a su mente se le venían todos los consejos que le había dado la psicóloga sobre como tenía que abrir su corazón para poderse acercar a su hijo de alguna manera. – Quiero que sepas que nunca he dejado de quererte. – Trató de tomar su mano, pero el joven la apartó rápidamente. – Déjame decirte que estoy haciendo todo lo posible por cambiar, te acuerdas cuando empecé a recibir las terapias con la señorita Aime. – Lo volteó a ver pero no obtuvo respuesta, el hombre suspiró y agachando la cabeza siguió hablando. – Ella me ha ayudado mucho, me ha hecho ver mis defectos y todas las equivocaciones que he hecho en la vida. Desde el primer día que comencé a ir a su consultorio no he dejado de hacerlo, debes entender que para mí no es fácil todo esto y estoy consciente de que no voy a cambiar de la noche a la mañana.

Por favor, no sigas, no quiero escucharte. – Lo interrumpió de golpe.

Escúchame por favor, yo trato la manera de ayudarte, de estar a tu lado, entiende que tú no estás solo, Joey, no sabes cuánto te necesito en estos momentos.

CÁLLATE, ESO NO ES CIERTO, NO ES VERDAD. – Gritaba furioso. – NUNCA ESTUVISTE EN MI VIDA, NUNCA ME MOSTRASTE NI UNA GOTA DE AFECTO, JAMÁS TE ESCUCHÉ DECIR UN TE QUIERO Y EN VEZ DE ESO… – Gruesas lágrimas caían por sus mejillas, con sus manos apretaba la sábana de la cama con fuerza. – Snif, snif, snif, snif, snif… Lo único que recibí de ti fue maltrato, golpes, castigos, odio y desprecio. Snif, snif, snif, snif, snif… Y después de tantos años me vienes a decir que me quieres, ¿no crees que ya es demasiado tarde para decírmelo padre?...

Por favor, no te pongas así, no quiero verte llorar, cálmate por favor. – Podía sentir un gran nudo en su garganta y odiaba no poder ayudarlo y aliviar su dolor.

Snif, snif, snif, snif, snif… Me dices todo eso por el simple hecho de que te causo lástima, ¿verdad?

Claro que no.

Snif, snif, snif, snif, snif… Pues entonces déjame en paz, snif, snif, snif, snif, snif, no quiero escucharte, no quiero verte.

Joey, no me digas eso te lo suplico, te pido que me des una oportunidad, dime que puedo hacer para demostrarte que he cambiado, que realmente me preocupo por ti.

Nada padre, por favor vete. – Respondió con la voz apagada y la cabeza agachada.

El hombre por más que lo intentaba no encontraba la forma de poder tocar el corazón de su hijo, se le hacía tan difícil hacerlo y de que entendiera, que él tenía tantas cosas que decirle.

Está bien, me iré, pero regresaré más tarde para ver si has logrado comer algo. – Volvió a insistir en aproximarse a él y nuevamente fue rechazado, no tuvo otra opción más que salir de la habitación con el corazón roto.

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Horas más tarde…

Buenas tardes hermana.

Buenas tardes Ryou, hoy no irás a almorzar a casa de tu novio.

No hermana. – Medio sonrió. – “Después de lo que pasó, no me atrevo a verle la cara, menos mal que el novio de Yūgi aceptó en venirme a dejar”. – Pensaba para sí mismo, pero una voz lo sacó de sus pensamientos. – ¿Qué me decías hermana?

Te decía si vas a querer almorzar ya o más tarde.

Primero me iré a cambiar y luego bajo a comer.

De acuerdo, pero no te tardes.

Claro que no.

Decidió irse a su habitación para cambiarse de ropa y animarse un poco antes de que su hermana notara lo distraído que estaba.

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Gracias por invitarme a comer en tu casa Duke.

Ni lo menciones amor, sabes muy bien que me gusta consentirte.

Lo sé, solamente te pido que no lo hagas demasiado o me mal acostumbrarás.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, tú siempre tan gracioso Tristán. Apropósito, hay algo que quiero preguntarte.

¡Eh! Pues dime de que se trata.

¿Tú sabes cómo se encuentra Joey?

Me sorprende que preguntes por él, sobre todo por… – No terminó de hablar ya que fue interrumpido.

Ya lo sé, sobre todo porque yo también solía burlarme de el en la escuela. Es lo que ibas a decir, ¿verdad?

Bueno, yo…

Está bien, lo entiendo y sé que hice mal en hacerlo.

Duke…

No me digas nada Tristán, además, se la razón del por qué tú me rechazabas todo el tiempo.

No voy a mentirte, al principio me caías mal por la forma en como tratabas a Joey y a los demás compañeros de nuestra clase.

Pero quiero cambiar, ya les ofrecí disculpas a muchos de ellos.

Lo sé, no tienes que decírmelo.

Tristán, ayúdame por favor para ver a Joey, tengo que disculparme con él por la manera tan cruel en como lo traté en la escuela.

¡Sigh! ¡Ains!... De acuerdo, pero no te prometo nada.

Muchas gracias amor.

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Buenas tardes señora.

Buenas tardes joven, adelante pasa estás en tu casa.

Muchas gracias señora.

No me digas señora, puedes llamarme Mai.

Está bien. – Medio sonrió.

Hola madre. – Saludó otra persona que estaba entrando al lugar.

Hola hijo, ¿cómo te fue en la universidad?

Muy bien madre.

Bueno pues adelante, pasemos al comedor, hoy cociné algo especial para ustedes.

Gracias madre, no te hubieras molestado.

Pero lo hago con gusto hijo.

Vamos Yūgi.

Si, vamos.

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Una joven de cabellos castaños y ojos azules, había llegado a su casa, estaba muy molesta de cómo sus amigos la dejaron sola por irse con sus novios.

“Esto es el colmo, ¿cómo es posible que ellos se vayan tan tranquilos, dejándome a mi sola? – Pensaba para sí misma. – ¡Bah! ¿Quién los necesita? Creo que me conviene quedarme sola para hacer mis propios planes. Sí, es justo lo que voy a hacer, aprovecharé el momento para ir a hablar con Kaiba, y con eso de que Yami va a traer a Yūgi todas las tardes a la escuela, significa que por alguna razón no está trabajando y que a él lo puedo encontrar en su empresa. Si Kaiba ha dejado de visitar a ese estúpido perdedor, tendré la oportunidad de conquistarlo y que se olvide de el para siempre”.

Se ponía feliz con las ideas que se le venían a la cabeza.

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Muchas gracias por traernos a su mansión joven Pegasus.

No tienes nada que agradecer joven Kaiba.

Si, muchas gracias hermano.

De nada Noah.

Ven Mokuba, vamos a mi habitación.

De acuerdo.

No se vayan a tardar, recuerden que tienen que bajar a comer.

No te preocupes hermano, enseguida bajamos.

El joven se quedó observando como ellos se iban rápidamente, mientras que el caminaba despacio pensando en lo ocurrido.

“¿Por qué Ryou se habrá ido con Yami? Si no quería venir a mi mansión, al menos me hubiera permitido irlo a dejar a la suya. ¡Hay mi pequeño! Me gustaría saber que tanto piensas en tu cabecita. Últimamente hemos discutido mucho y por cosas innecesarias, a veces siento que tú no eres el mismo, no eres aquel simpático niño que eras cuando te conocí por primera vez. Ryou, ¿Quién o quienes serán las personas que te están metiendo cosas locas a tu cabecita? Cada vez que te pregunto tú me evades el tema, pero sabré esperar mi amor, por ti soy capaz de tener la paciencia necesaria para soportar tus cambios. Te amo Ryou”.

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Después que terminaron de comer, se habían ido al jardín a conversar un poco.

Tu madre ha sido muy amable en atenderme, mira que cocinar solamente porque yo venía. – Se sonrojaba ante el comentario que estaba haciendo.

Eso es porque ella sabe que yo te amo, es normal que quiera atenderte.

Sí, pero me da mucha pena.

No debes de apenarte amor, recuerda que tú eres mi novio y mereces lo mejor.

Yami, no digas esas cosas, estás haciendo que me sonroje más.

Ja, ja, ja, ja, ja, te vez tan lindo cuando tu cara se pone al color de un tomate.

¡Oye!

Tranquilo amor, es broma.

Lo sé. – Se acercó a él para besarlo, una vez que terminó el beso, el otro empezó a hablar.

Yūgi, hay algo que debo decirte.

¿Qué cosa amor?

Esta mañana muy temprano me llamó Kaiba por teléfono para decirme que tenía que presentarme a trabajar otra vez.

Hay no. – Manifestó con tristeza.

Lo siento mucho mi pequeño.

¿Cuándo te vas a presentar a la oficina?

Él quería que me presentara hoy, pero le dije que mejor mañana por la tarde.

¿Por qué mañana por la tarde?

Bueno, pues porque quería estar contigo este día toda la tarde y mañana ambos tenemos clases.

¿De verdad? Pasarás conmigo toda la tarde.

Claro amor.

¡Qué bien! Gracias por pensar en mi amor.

No me lo agradezcas Yūgi.

Oye, te puedo pedir un favor.

Claro, pídeme lo que quieras.

¿Lo que yo quiera? – Habló de manera seductora, poniendo a la otra persona un poco nerviosa.

A ver, dime que es lo que quieres.

El menor se levantó de su silla y se dirigió a donde estaba sentado su novio, se inclinó en su oído derecho para susurrarle algo, en cuanto el otro escuchaba tal petición, sintió sus mejillas arder.

¡Yūgi! – Exclamó sorprendido, mientras que su novio lo miraba lascivamente.

¿Y bien? ¿Qué dices amor?

Bueno, pues, yo, yo… – Nunca se imaginó que su novio le pidiera tal cosa.

Anda Yami, por favor acepta, mira que después casi no nos vamos a ver, y este día podemos hacer algo especial e inolvidable.

Suspiró profundamente mientras que cerraba sus ojos levemente.

De acuerdo, hagámoslo.

Gracias mi amor, te prometo que será algo que nunca olvidarás. – Sonreía de oreja a oreja de lo feliz y emocionado que se sentía.

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Casa de la familia Wheeler…

Un teléfono fijo estaba sonando, en ese momento una persona bajaba por las escaleras, se apresuró para poder contestarlo.

¡Aló! Buenas tardes…

Hola, buenas tardes señor Wheeler, habla Seto Kaiba.

¡Ah! Es usted señor Kaiba.

Si, así es, le llamo para decirle que esta noche no podré llegar.

Y puedo saber ¿Por qué?

La verdad es que tengo mucho trabajo por hacer y mañana vendrá la persona que tomará mi lugar y  le quiero dejar todo arreglado para que empiece sin problemas.

Entiendo.

Discúlpeme por favor.

Tranquilo, usted no se preocupe por nada.

Le prometo que estaré ahí mañana por la noche sin falta.

Está bien, le agradezco por haberme avisado.

De nada, bueno ya debo colgar.

Adiós señor Kaiba.

Adiós señor Wheeler.

El hombre colgó el teléfono, se quedó un tanto pensativo, todavía le tenía preocupado todas las cosas que su hijo le había dicho esta mañana. Agarró nuevamente el teléfono y comenzó a marcar un número…

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Creo saber cómo puedo hablar con Yami.

¡Ah sí! ¿Cómo?

Verás, hoy en la mañana muy temprano medio logré escuchar hablar a mi hermano por teléfono.

¿Qué con eso?

Pues con la persona que él estaba hablando era con Yami.

¿Y tú como lo sabes?

Oí claramente que le decía que lo esperaba en su oficina mañana en la tarde sin falta.

Discúlpame Mokuba, pero sigo sin entenderte.

No lo vez, Yami regresará a trabajar, es la oportunidad perfecta para ir a KC en la tarde después del almuerzo.

¡Aaaaaaaahhhhhh! Ya entiendo, así tu podrás hablar con Yami a solas sin que tu hermano se dé cuenta.

Exacto.

Me parece un excelente plan Mokuba.

Verdad que sí.

Pero recuerda que prometiste que me dejarías ir contigo.

Si lo sé, pero temo que tu padre te vaya a regañar por mi culpa.

Tú no te preocupes, él no tiene por qué saberlo. Tú confía en mí.

Está bien amor, confiaré en ti.

Bueno, será mejor que bajemos a comer antes que mi hermano entre hecho una fiera.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, tienes razón, vamos.

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Hola, buenas tardes.

Hola, buenas tardes Malik, vas a almorzar o te irás a descansar.

No gracias Ishizu, logré almorzar en el hospital, solamente vine a descansar un poco y en la tarde me voy otra vez.

No me digas que nuevamente te tocó turno en la noche.

Si, así es.

Bueno, en ese caso le diré a la chef que te prepare la cena para que puedas llevártela.

Gracias Ishizu, no es necesario, sabes que puedo comer en el hospital.

Si lo sé, pero no está de más ponerte algo de comida para que la lleves.

Está bien, tú ganas. Por cierto ¿Dónde está Ryou?

Decidió almorzar en su habitación, últimamente lo he notado un tanto deprimido.

No, como crees, han de ser imaginación tuyas.

Mhg… No lo creo, el no suele ser así, esta como distraído.

Ya sabes cómo son los adolescentes, de seguro sigue muy enamorado de su novio.

Pueda que tengas razón, solamente espero que eso no le traiga problemas en el estudio.

Dale tiempo, vas a ver que se le pasará.

Conste, voy a confiar en lo que me dices.

No es para tanto. – Medio sonrió. – Lo mejor será que me vaya a descansar.

De acuerdo Malik, ve.

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La noche había caído finalmente en toda la Ciudad de Domino, en una habitación, se encontraba un joven de cabellos rubios y ojos mieles, se había pasado todo el día llorando acostado en su cama, no dejaba de pensar en todas las palabras que su padre le dijo, se sentía devastado, confundido, frustrado, deseaba acabar con todo su sufrimiento de una vez por todas. Desde que el empezó a tener uso de razón, su padre nunca estuvo con él, nunca lo trató con amabilidad, no recibió ni una caricia, jamás lo abrazó o le dio un beso ya sea en la mejilla o en su frente. Recordaba también, cuando él se enfermaba, nadie lo atendía, nadie le prestaba atención, siempre se sintió como un estorbo para sus padres, se sintió culpable por no lograr hacer feliz a sus padres, era como si el no existiera en esa casa, nadie fue capaz de preocuparse por él, o de preguntarle aunque sea una vez como le había ido en la escuela. Todo el tiempo lo hacían a un lado y cuando cometía un error por pequeño que fuera, recordaba como su madre incitaba a su padre para que lo castigara y detrás de uno iba el otro a castigarlo. Pensaba en cómo había sido su vida hasta ahora, y comenzó a darse cuenta que no tenía ni un sólo recuerdo bonito, no tenía ni una celebración cada vez que cumplía años, todo lo que tenía eran recuerdos dolorosos y tristes. Su llanto se intensificó más, sintió una gran punzada en su corazón, se levantó poco a poco de la cama hasta quedar sentado en la orilla…

Snif, snif, snif, snif, snif… “Me doy cuenta que de verdad yo no valgo nada. Snif, snif, snif, snif, snif… Nunca les importé a mis padres, me estoy dando cuenta que siempre fui un hijo no deseado, ya no soporto esta situación, no aguanto esta pena tan grande que siento, toda mi vida he tenido que valerme por mi mismo, nunca tuve el apoyo de mis padres, nunca fueron capaces de preguntarme cuales eran mis sueños y lo que deseaba ser en la vida, nunca me sacaron a pasear, ni mucho menos me dejaban ir a las excursiones que habían en la escuela y siempre los oía discutir todo el tiempo, snif, snif, snif, snif, snif, todavía recuerdo el primer castigo que mi padre me dio, es algo que nunca olvidaré, snif, snif, snif, snif, snif, en esa ocasión cuando dejaron de discutir, mi madre provocó a mi padre para que me pegara y yo no entendía ¿Por qué? ¿Por qué se desquitaban su enojo conmigo? Únicamente quería que dejaran de pelear, que fuéramos una familia feliz… Snif, snif, snif, snif, snif… Lo mejor será desaparecer de este mundo para siempre”… – Todo eso lo pensaba para sí mismo. – “Snif, snif, snif, snif, snif… Estoy seguro que a nadie le haré falta, sí, creo que es lo mejor, snif, snif, snif, snif, snif, así ya no sentiré dolor, y podré acabar con toda mi agonía de una vez por todas y de esta manera, nadie volverá a sentir lástima por mí”. – El joven abría su mano lentamente, en ella tenía múltiples pastillas que había guardado por varios días fingiendo que se tomaba sus medicamentos cuando en realidad no lo hacía y con eso en mente, empezó a llevarse todo el puñado a la boca para tragárselas todas.


Continuará…  


N/A: No me maten por fis por haberlos dejado hasta acá… ¿Qué le habrá propuesto Yūgi a Yami? ¿Qué creen que pueda pasar? ¿Se morirá nuestro lindo cachorro? ¿Logrará su objetivo? Hay no, pobre de mí cachorro, pobre de mí que han de desear lincharme y no los culpo… Solamente déjenme decirles una cosa… No se pierdan el siguiente capítulo, y el desenlace de lo que ocurrirá con nuestra linda estrella… Ahora sí, corro por mi vida… ¡Seto, ayúdame!

Me despido de ustedes muy cariñosamente…


Atte.:

           KAT.

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