lunes, 5 de noviembre de 2018

LOS OJOS… SON EL REFLEJO DEL ALMA...




Capítulo 31: Celos y envidia… ¿Hay alguna diferencia? II Parte.


Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

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Horas más tarde…

¿Cómo te fue en la escuela Ryou?

Muy bien hermano.

Que bien Ryou, me alegra… Hay algo que quiero decirte.

¿Qué cosa hermano?

Hablé con la Psicóloga de tu amigo y me dijo que no había ningún problema en que lo fueras a visitar.

¿De verdad? También le preguntaste si pueden venir mis amigos.

Así es, ellos podrán visitarlo, es más me sugirió que lo mejor sería que fueran todos juntos a verlo.

¡Hermano! Que agradable noticia… ¿Cuándo iremos?

Si no me equivoco, dentro de dos semanas.

¡Qué bien! Mañana les contaré a mis amigos… Muchas gracias Marik.

No hay de que Ryou.

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Otro joven estaba llegando a su casa, esta vez no fue recibido por nadie ya que su abuelo había salido a comprar más mercadería para su negocio, en cuanto subió a su habitación, el teléfono sonó. 

Hola…

Yūgi. – Se escuchó del otro lado del teléfono.

Mi amor, no esperaba tu llamada.

Solamente se escuchaba un inmenso silencio, la otra persona se le hacía bien difícil articular palabra.

Yami, ¿Qué sucede? ¿Pasa algo?

Perdóname Yūgi, pero no podré verte en una semana.

El menor sintió como si le hubiesen tirado un balde con agua fría y cubos de hielo al mismo tiempo.

¿Por qué me dices eso amor? – Comenzaba a llorar.

Mi madre me ha prohibido verte. – Su voz sonaba muy triste.

¿Por qué? Pensé que le caía bien.

Escúchame, no es tu culpa… Anoche llegué un poco ebrio a la casa y ella se molestó, pero aunque me haya prohibido verte te prometo que te llamaré todos los días por teléfono…

Está bien Yami, pero prométeme que no te olvidarás de mí. – Su llanto se escuchaba cada vez más fuerte.

Eso nunca mi niño, jamás me olvidaría de ti… Discúlpame, debo colgar.

De acuerdo, cuídate mucho y no olvides que te amo.

Gracias mi vida, yo igual te amo mucho.

En cuanto el menor colgó el teléfono, se sentó en la cama a llorar, no podía creer que no vería a su novio en toda una semana.

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Gracias por venir a almorzar conmigo a mi mansión.

No tienes nada que agradecer Mokuba.

¿Quieres comer en la mesa? O… ¿Prefieres que nos vayamos a mi habitación?

Me gustaría comer en tu alcoba Mokuba.

De acuerdo Noah, adelántate en lo que yo voy a decirle a uno de los empleados para que nos la suban arriba.

Sí, pero no tardes mi cielo.

Claro que no… – Se acercó a él para besarlo en los labios, haciendo que el otro se sonrojara bastante.

Mokuba, alguien podría vernos.

No me importa, es más quiero que todo el mundo sepa que a quien amo es a ti.

De… ¿De verdad?

Claro.

Entonces… ¿Por qué no le has dicho a tu hermano sobre nosotros?

Noah, déjame buscar el momento apropiado para hablar con Seto.

¿Lo prometes?

Tienes mi palabra.

Está bien, en ese caso esperaré Mokuba.

Gracias Noah, espero que tu también hables con tu padre.

Sí, no te preocupes, le diré a mi padre que me he enamorado de ti.

Y yo de ti amor. – Lo volvió a besar en los labios, esta vez el beso fue correspondido con mayor intensidad.

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¿No cree que lo mejor sería que se fuera a descansar a su mansión?

No, claro que no… Además, ya me estoy acostumbrando a su compañía. – Medio le sonrió.

Tal parece que la situación nos ha obligado a unirnos.

Es posible, aunque odie admitirlo.

Ahora que lo he empezado a tratar ya no me cae tan gordo.

Viniendo de usted, creo que eso es un cumplido.

Hay algo que quiero preguntarle.

Adelante, pregunte.

¿Ya encontró al culpable que le hizo esto a mi hijo?

¿Para qué quiere saberlo?

No olvide que soy su padre y tengo derecho a saberlo.

Con todo respeto… Yo…

¿Lo ha encontrado sí o no?

No exactamente… Pero hay un sospechoso.

¿Quién es? – Trataba la manera de no salirse de control.

No lo sé, pero pronto lo averiguaré.

Prométame que me tendrá al tanto de todo.

¿Por qué?

Porque quiero que ese maldito pague todo lo que le hizo a mi hijo.

No tiene que preocuparse por eso…

Entonces… ¿Me mantendrá informado?

Por supuesto señor Wheeler.

Se lo agradezco, señor Kaiba.

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A la mañana siguiente…

Yūgi, no llores así.

No se imaginan como me siento, es que no se me hace justo que no lo pueda ver en una semana.

Siento que todo esto es mi culpa. – Manifestaba la castaña.

No Tea, no es tu culpa.

Claro que si Yūgi, recuerda que fue mi idea de que le dieras a beber vino para acompañar la cena.

Pero tú no sabías que él nunca había tomado antes.

Por supuesto que no lo sabía Tristán, ya que de haber sabido no me hubiera atrevido a decirle que le diera de beber licor.

Perdónanos Yūgi, todo esto fue por nuestra culpa.

No chicos, no es su culpa, sé que ustedes solamente querían ayudarme para que la cena fuera inolvidable.

Y vaya que lo fue. – Bromeó la ojiazul.

¡Tea! Ahórrate tus comentarios… ¿Quieres?

Tsk, tsk… Únicamente trataba de verle el lado bueno Tristán.

Yūgi, ya no llores, trata de tranquilizarte.

Al fin los encuentro amigos. – Comentó una persona que acababa de llegar. – ¿Qué le pasó a Yūgi?

No verá a su novio en una semana.

¿Qué? ¿Por qué?

Porque…

En eso la mujer interrumpió a su amigo de golpe.

Porque su madre lo regañó por llegar bien noche el día que estuvo con Yūgi.

Yūgi, lo siento tanto.

Gracias Ryou, gracias a todos por su apoyo.

No tienes nada que agradecernos amigo, sabes que te queremos mucho.

Yo también los quiero chicos.

Y yo que les traía una noticia…

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En algún lugar de Ciudad Domino…

Un joven alto y ojos de rubí, estaba llegando a su destino… En cuanto entraba al lugar todas las personas lo saludaban con amabilidad y él contestaba todos los saludos. Al llegar por un pasillo su secretaria salió a su encuentro, estaba por decirle algo pero el joven tenía mucha prisa y se fue directamente a su oficina… En cuanto ingresó…

¿Kaiba? ¿Qué haces aquí?

Te recuerdo que esta es mi oficina. – Respondió seriamente.

Eso ya lo sé… Me refería a…

Ya sé a qué te refieres Atemu, no te preocupes, solamente vine a ver como estaban las cosas por acá.

Pues como te darás cuenta todo está perfecto.

Por tu bien, eso espero…

La otra persona se percató que el castaño se miraba un poco cansado, pareciera como si no pudiera dormir por las noches y se atrevió a preguntarle:

¿Estás bien Kaiba?

Sí, no te preocupes… Mejor pongámonos a trabajar, ya que únicamente estaré por aquí en la mañana.

De acuerdo… Ya que has venido, necesito que apruebes unos documentos, ya que solamente tú los puedes firmar.

Bien, muéstrame todo lo que tienes pendiente.

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¿De verdad eso te dijo tu hermano?

Así es, lo mejor es que podemos ir todos juntos a verlo.

Finalmente veremos a Joey.

Urra, que emoción. – Expresó con sarcasmo la ojiazul.

No te veo muy contenta que digamos Tea.

¿Acaso no quieres ver a nuestro amigo?

Por supuesto que quiero verlo, pero porque esperar dos semanas.

No lo sé.

Hay Ryou, no le hagas caso a Tea, yo si me apunto para ir a verlo.

Yo secundo a Tristán.

Y tú que dices Tea… ¿Irás?

Ya que, vamos todos juntos entonces.

¡Qué bien! – Exclamó el albino muy contento.

El timbre de la escuela sonó para que todos los estudiantes se fueran a sus respectivos salones.

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Ayer vi como Ryou, se puso contento cuando le dije que dentro de dos semanas vería a su amigo.

Es verdad, no dejaba de repetirlo todo el día… Lo que no entiendo es porque dentro de dos semanas.

Aime, me explicó que lo mejor sería darle tiempo a Joey que se vaya recuperando poco a poco, así sus amigos no lo verán tan demacrado.

¡Oh! Entiendo… Hizo bien en hacer eso, ya que Ryou se hubiera puesto muy triste al ver a su amigo en ese estado.

Si, lo sé… Tú sueles visitarlo más seguido, crees que se logre recuperar.

Si sigue comiendo como hasta ahora, podrá recuperarse un poco…

No sabes si Kaiba aun lo sigue visitando.

Siempre que he llegado para examinarlo, ahí lo encuentro, es como si no se separara de su lado.

No puedo creer como ese muchacho ha podido cambiar un hombre tan frio como Kaiba.

Esas cosas solamente suceden si hay amor verdadero.

Es verdad, hasta podría decir que a mi también me pasó lo mismo contigo cuando te conocí.

Créeme amor, que nunca olvidaré ese día cuando nos vimos por primera vez.

Y todo se lo debemos a ese joven… ¿Irónico verdad?

Era nuestro destino conocernos ese día.

Tienes razón mi amor.

Bueno Marik, ya va siendo hora que me vaya a trabajar.

Igual yo, quieres que te pase dejando en el hospital.

Me encantaría mi vida.

Entonces, vamos.

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La mañana pasó muy rápido trayendo consigo la tarde.

Baki, has venido por mí.

Por supuesto que sí.

Discúlpenme chicos, pero me tengo que ir.

Claro Ryou, no te preocupes, lo entendemos amigo.

Gracias.

Adiós Ryou. – Todos se despidieron de el al mismo tiempo.

En cuanto se quedaron solos…

A veces envidio a Ryou.

¿Por qué dices eso Yūgi?

Se ve que su novio lo ama verdaderamente.

Pero que dices Yūgi, Yami también está muy enamorado de ti.

Tea tiene razón.

Lo sé... Es sólo que en ocasiones creo que el destino se ensaña para que no podamos estar juntos.

No digas eso Yūgi, ya verás cómo las cosas se irán solucionando poco a poco.

¿De verdad crees eso Tristán?

Claro que si amigo.

Yo también lo creo Yūgi, ahora vámonos te encaminaremos hasta tu casa.

Muchas gracias amigos. – Trataba de darse ánimo.

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Puedo saber… ¿Por qué estás tan triste?

Me preocupan mis amigos, en especial Yūgi.

Y… ¿Qué es lo que te preocupa tanto?

Tiene problemas con su novio, y con eso de que no lo verá en una semana lo tiene devastado.

¿Sabes por qué se pelearon?

Yūgi, lo invitó a cenar a su casa y como que la mamá de Yami se molestó por llegar tan noche a la mansión.

El mayor prestaba atención todo lo que su novio le decía, se dio cuenta que al parecer sus amigos no le contaron lo que realmente pasó esa noche o… Yūgi, prefirió ocultárselo a sus amigos… Y con eso en mente, la otra persona lo sacó de sus pensamientos.

Baki, ¿me estás escuchando?

Claro que si Ryou… No deberías de preocuparte tanto por eso.

¿Por qué me pides eso? Son mis amigos, debo buscar la manera de cómo ayudarlos.  

Discúlpame amor, tienes razón… Estoy seguro que encontrarás la forma de poderlos ayudar.

Muchas gracias por escucharme.

No tienes que agradecérmelo.

Durante el camino, conversaban de muchas cosas…

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Dos semanas después…

Los días fueron pasando, hasta que por fin se había llegado el momento tan esperado por todos… Era sábado por la mañana, y los que le tenían aprecio a cierto joven de cabellos rubios estaban llegando a su casa… Entre los presentes se encontraban: Yūgi, Tristán, Tea, Ryou, Mokuba, Noah, Yami, Bakura, la Psicóloga, y Seto Kaiba. Solamente dos personas no estaban de acuerdo que hubieran tantas personas ahí.

Pasen, por favor. – Los recibía una hermosa mujer.

Los primeros en pasar fueron Yami y Bakura, posteriormente entraron…

¿Kaiba? ¿Qué demonios haces aquí? – Preguntó sorprendido un muchacho de cabellos castaños y ojos marrones.

No deberías de estar aquí Kaiba. – Expresó molesta una mujer de cabellos castaños y ojos azules.

Amigos, por favor, no vayan a comenzar una pelea.

Pero Yūgi, él no tiene derecho a estar aquí, de seguro ha venido para terminarse de burlar de nuestro amigo.

Estoy de acuerdo con Tristán… En este mismo instante nos dirás… ¿Qué estás haciendo aquí?

El CEO, con la poca paciencia que le quedaba respondió.

No tengo porque darles explicaciones a una bola de fracasados como ustedes… Y a todo esto, no es de su incumbencia del por qué estoy aquí.

Escúchame ricachón petulante, eres el menos indicado para que estés aquí y no creo que nuestro amigo quiera recibirte. – Manifestó con cierta sonrisa triunfal. 

Mhg… Sigues sin entender todavía Gardner… Claro, no me sorprendería viniendo de una mente tan hueca como la tuya.

Estúpido Kaiba…

No pudo terminar la frase ya que fue interrumpida por alguien más.

Kaiba, no permitiré que trates mal a mis amigos.

Pues entonces Yūgi, dile que mantenga el hocico callado.

¡YA BASTA! Suficiente, si se siguen comportando de esta manera yo misma cancelaré esta reunión y ninguno podrá ver a Joey. – Intervino la Psicóloga quien hablaba muy seriamente, todos se quedaron boquiabiertos a la advertencia que acababan de escuchar.

Será mejor esperar afuera. – Sentenció el ojiazul muy molesto.

Hermano.

No te preocupes Mokuba, solamente saldré a respirar un poco de aire fresco. – Al decir esto, se dirigió a la puerta para poder salir a la calle.

Bien, si ya no hay más interrupciones, les comenzaré a explicar algunas cosas que deben de saber antes de entrar a verlo. Como el grupo es bastante grande, los tendré que dividir en tres… Primero entraran los que eran compañeros de Joey, luego seguirá el joven Mokuba junto con el joven Noah y por último, el joven Valentine junto con el joven Pegasus… Alguna duda hasta aquí.

No señorita Aime. – Respondieron todos.

¿Cree que esto sea una buena idea? No creo que mi hijo esté preparado para recibir a tanta gente. – Le susurró un hombre a la Psicóloga, se veía realmente preocupado.

Tranquilícese señor Wheeler, si todo sale bien, habremos logrado avanzar bastante.

Espero y tenga razón…

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Mansión de los Ishtar…

Hermano, ya quita esa cara, no ganas nada poniéndote así.

Discúlpame Ishizu, es que no dejo de pensar en Ryou… Hoy fue a visitar por primera vez a Joey… Y fue con todos sus amigos.

Si estas tan preocupado… ¿Por qué no lo acompañaste?

El joven Pegasus me dio su palabra que cuidaría muy bien de él.

Vez, entonces no tienes por qué angustiarte tanto.

La verdad ni yo mismo se porque estoy tan nervioso… Lo que ellos no saben, es que ahí también estará Seto.

Vaya sorpresa que se van a llevar, si lo encuentran en esa casa.

Quizás sea eso lo que me tiene tan preocupado.

Será mejor que te calmes, todo saldrá bien… Iré a la cocina a traerte una taza de té.

Muchas gracias hermana.

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Lentamente abría la puerta, se miraban unos a otros como dándose valor para seguir y entrar a la habitación, una vez que ingresaron…

Hola, Joey.

¿Qué tal amigo?

Hacían lo posible para que su voz se les escuchara normal y a la vez recordaban todas las indicaciones que la Psicóloga les había dado.

Yūgi, Tristán, Ryou, Tea, todos han venido a verme.

Claro que si amigo.

Te hemos traído un presente. – Manifestó el albino, mientras le entregaba una caja de donas.

Únicamente escogimos los sabores que a ti te gustan. – Expresó la ojiazul.

Muchas gracias amigos.

A todos se les hacia un poco difícil conversar con su amigo, ya que no debían de mencionar ciertas cosas y si tenían que hacerlo, lo debían de hacer muy poco como la escuela.

Te hemos extrañado mucho Joey.

Hasta a Tristán le has hecho mucha falta.

No hay quien lo aguante, tú eras el único que lo podía poner en su lugar. – Reían todos.

Basta chicos, saben que eso no es cierto.

¡Ah, no! Espera que Joey se recupere y verás que nosotros tenemos razón.

El rubio comenzaba a reír al escuchar hablar a sus amigos, aunque de vez en cuando se le quedaba viendo a Ryou un poco asustado, como si su mente quisiera recordarle algo.

¿Sucede algo Joey?

Eh… No, nada.

Bueno amigo, lo que te estaba diciendo es que tienes que volver, nadie come tanto como tú. – Bromeaba la castaña.

Sí, sí, eso es verdad.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… – Risas se escuchaban en toda la habitación.

A que no adivinas Joey…

¿Qué? Anda, dímelo Ryou.

Todos hemos venido a verte.

¿En serio?

Sí, es verdad. – Comentaba muy contento el tricolor menor.

Allá abajo están: Mokuba, Noah, el novio de Yūgi y el novio de Ryou.

No puedo creer que vinieran todos a verme.

Eso es porque te apreciamos mucho Joey. – Contestó el albino.

No olviden que también Seto Kaiba está aquí. – Expresó la castaña.

El rubio en cuanto escuchó eso, su cuerpo se tensó, sus pupilas se dilataron, comenzaba a temblar poco a poco, trataba de tranquilizarse y sin poderlo evitar gruesas lágrimas salían de sus hermosos ojos mieles.

No… Snif, snif, snif, snif, snif… Que entren todos menos él... Snif, snif, snif, snif, snif… Por… Favor… No permitan que entre… Snif, snif, snif, snif, snif… No quiero verlo.

Joey, cálmate por favor, no llores. – Trataba de tranquilizarlo el castaño.

No te preocupes Joey, no dejaremos que entre.

¿Lo prometes Yūgi?

Claro que si amigo.

El joven se fue tranquilizando para el alivio de los demás… Volvieron a conversar de otras cosas y cuando se dieron cuenta el tiempo se les había terminado, ya que debía de entrar el siguiente grupo… En cuanto se despidieron de su amigo, salieron de la habitación.

Tea… ¿Por qué le dijiste que Kaiba estaba aquí? – Le reclamaba el tricolor menor.

Solamente le estaba diciendo quienes estábamos en su casa… Además no tenía idea que se iba a poner mal al escuchar su nombre.

Tienes que ser más prudente para la próxima vez Tea. – Le decía el castaño.

Si, si, si, lo que digan… Aunque pienso que se están ahogando en un vaso con agua. – Esto último lo dijo en un susurro.

Chicos, lo mejor será no decirle nada a la psicóloga de lo que pasó ahí dentro, porque si lo hacemos tal vez no nos vuelva a dejar que lo veamos de nuevo.

Creo que Ryou tiene razón.

De acuerdo, si ustedes no dicen nada, yo tampoco lo haré. – Respondió la ojiazul un poco molesta.

Te recordamos Tea, que lo hacemos para ver a Joey de nuevo.

Si, seguro Tristán, lo que tú digas. – Comenzó a alejarse de ellos.

¿A dónde vas?

Veré si hay un baño en esta casa.

A veces no logro entenderla.

Déjala Ryou, no le hagas caso.


Continuará…




N/A: ¿Qué tal les pareció este capítulo? ¿Creen que Tea actúa de buena manera? ¿Tendrá buenos amigos Joey? ¿Mejorará la relación entre Yūgi y Yami? Todo esto y más en los siguientes capítulos, gracias por leerme…

Como dije anteriormente, las personas que dejen sus reviews, las nombraré en cada nuevo capítulo que suba. En esta ocasión quiero a la lectora Camila_ 953, Vive tu Yaoi, y Desire Nemesis, por haberme dejado su comentario en la página Amor Yaoi y tambien agradecerle al lector/a Shinigami por dejar su comentario en mi blog. Y a las personas que les da pena hacerlo, pues de igual manera les agradezco por tomarse su tiempo en leerme.

Ahora sí, me despido de ustedes muy cariñosamente, mandándoles muchos besos y abrazos virtuales…

Atte.:

           KAT.



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